Cap. 43
Cuando llegué a casa me di cuenta de que no llevaba las llaves. Solo intentaba respirar para relajarme aun que tenía unas ganas enormes de llorar. Liam se había acostado con la que hasta ahora era mi mejor amiga. Mi novio... La persona a la que mas quería en el mundo ¿como me habían podido hacer algo así?
Piqué a la puerta y Liam me abrió.
No pensaba en lo que hacía.
"Te has acostado con Madison..."dije casi susurrando.
"¿Que?¿Que te ha pasado? Estas llena de morados y arañazos! ¿Quién te ha pegado?"dijo él observando mis brazos.
"Por qué te preocupas por mí? Te has acostado con Madison. Para ti solo soy un objeto, no hace falta que te preocupes por mí. Por mucho que yo te quiera..."
El me interrumpió.
"Espera ¿qué? Madison me dijo que hablaste con ella... Que no sentías nada por mí y que me ibas a dejar. ¿Como iba a acostarme con ella si tú eres la persona más importante en mi vida?"
Estaba asombrada por lo falsa que había llegado a ser Mady conmigo... Creía que éramos amigas.
"Así que..."
"Esa tía es una puta falsa!"
Estaba completamente decepcionada. Creía que quien me utilizaba era Liam pero en realidad era Madison.
"Sabes que yo te quiero más que a nadie. Eres mi vida, no se que haría sin ti. Por un momento creí lo que ella me había dicho y..." Entonces empecé a llorar.
Liam me acercó a él y me abrazó estrechándome contra su pecho.
"¿Como has podido creerla?" Dijo él secando mis lágrimas con sus dedos. Me dio un beso en la punta de la nariz. "¿Sabes lo mucho que me importas? No me imaginaría que sería de ni vida sin ti."
Me alejé de él.
"Liam, sabes que tú eres perfecto y yo... No destaco en nada. Soy horrible, no tengo buen cuerpo y..."
Liam me puso la mano en la boca.
"Eres completamente perfecta! No vuelvas a decir eso nunca más ¿vale? Yo te quiero seas como seas y para mi eres la persona más hermosa del mundo. Mientras que yo... Bueno, yo soy un gilipollas."
La verdad es que en eso Liam tenía razón, podía llegar a ser un auténtico gilipollas, pero él era mío, mi hombre.
Entonces lo abracé con todas mis fuerzas. Nada ni nadie conseguiría separarnos.
Unos días después llegaron nuestros padres de su viaje de novios. Sentíamos que no podíamos seguir ocultando nuestra relación.
