Martes11:43 a.m.
Nos suspendieron la última clase del día y la penúltima la tuvimos a medias debido a razones desconocidas pero por lo que pude percibir hay reunión de maestros.
Estaba esperando a mis compañeras de cuarto en una de esas mesas de picnic, similares a las que encuentras a los parques, bajo la sombra de un árbol cerca de la entrada principal de la academia aquella por la cual cruzamos en nuestra llegada a la escuela por primera vez. Debido a esta suspensión habíamos decidido empezar la tarea que el profesor de Historia Nacional nos había dejado horas antes. El plan era que yo llegara a apartar la mesa mientras Callie iba por algo de comer y Rosa iba por lo que necesitábamos para la tarea. Pero ya estaban tardando.
Confesarle ayer a la entrenadora lo que me había ocurrido fue una de las cosas más difíciles que he hecho, lo único que me dijo fue que le buscaría una solución a todo eso. El camino a casa después de eso fue tenso, sentía que en cualquier momento el tipo ese cuyo nombre aún desconozco saldría de entré los arbustos y terminaría lo que comenzó. Pero en fin es un nuevo día y debo dejar de pensar en eso.
- Um, ¿disculpa?
Alce la vista para encontrarme con el dueño de esa voz. Era alto, cabello negro y algo largo para el corte que traía, labios gruesos, cejas pobladas, mirada encantadora, usaba una camisa blanca de manga corta y estampada, pantalón de mezclilla oscura algo holgado. Era guapo, el tipo de chicos que me encantaba mirar cuando salía con mis amigas pero jamás había hablado con uno de su tipo antes.
- ¿Si? - no sabía que quería pero no podía dejar de mirarlo.
- Espero no molestarte pero ando algo perdido ¿podrías decirme donde queda la oficina de información?
En ese momento noté que traía dos inmensas maletas detrás de él, color rojo por cierto.
-¿Eres nuevo aquí? - <<Gracias "Princesa de lo obvio" >>
- ¿Cómo lo notaste? - dijo con un tono divertido, no pude evitar sonrojarme un poco. -Es mi primer día en este lugar.
-¿En la academia?
-La academia, el país... -Eso me sorprendió y mi reacción inmediata fue cambiar el tema.
- ¿Y se puede saber porqué tan tarde joven? - busque aligerar el ambiente fingiendo un regaño.
-Bueno, mis padres no querían dejarme asistir aquí, decían que estaba muy lejos de casa pero como puedes ver mi labor de convencimiento es muy buena. -sonrió y sonreí - Me llamo Samuel por cierto, puedes llamarme Sam. -estiro su mano hacia mi y no dudé en tomarla.
-Yo soy Amelie - lo mire y me miro, en este momento deseaba saber como se supone que se coquetea sin quedar como tonta en el intento.
-Escucha Amelie, me encantaría quedarme aquí y charlar contigo pero fue un viaje muy largo en avión y luego en taxi...
- Ah sí, si - me levanté de la mesa, avergonzada por robarle su tiempo al intentar coquetear.- Mira, aquel edificio de allá, entras en la primera planta, a mano izquierda, la primera puerta que veas.
-Muchas gracias Amelie, espero volver a verte por aquí.
Su sonrisa se veía sincera y sólo puede mirar como se alejaba.
-¿Están segura que el mapa va así? - Callie parecía confundida, no la culpo la historia no es su fuerte.
- Sí lo preguntas por los colores, conste Callie que yo intente convencer a Ames de usar algo más bonito como rosa, morado