Capitulo: 19 - Maldito niño pequeño.

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Todo esta oscuro, una tenue luz se escapa de las grandes cortinas que bloquean la luz. Busco el interruptor y lo presiono para encender la luz.

- Quedate aquí, si pasa algo ven corriendo - le susurro.

- Vale.

Gailen y yo entramos, esta temblando ,pero yo la cojo de la mano para darle animo.

- Milen ¿estas aquí?

No responde.

- ¿Milen?

- ¿Que coño queréis? - su voz suena rasposa.

Por fin lo veo, esta tirado en el sofá mirando hacia arriba, y con una mano sujetando una botella de ginebra.
Poco a poco nos vamos acercando hacia el, sus ojos se desplazan hasta nosotras.

- ¿No entendéis que necesito estar solo?

- Es mentira, te sientes solo y le pediste a Gailen que se quedara contigo.

- No lo recuerdo.

- Estas bebido, es normal.

- Tu no eres nadie, para decirme lo que tengo que hacer.

- Lo se, pero en estas condiciones....

- Estoy bien - empieza ha elevar la voz.

- Le has hecho daño - le corto.

De pronto veo la desesperación en la cara de Milen.

- ¿Has estado llorando?

Ella asiente.

- Lo siento.

Se vuelve hacia nosotras y de pronto Gailen se encoge. Mierda. Se queda mirando su mano.

- Milen lo que has hacho esta mal.

- Estaba confundido.

Voy hacia el y coloco la mano de Gailen que ya no temblaba en la de Milen, se miran.

- Estas temblando.

Se le escapa un sollozo.

- ¿Nos podéis dejar solos?

- No hagas nada malo.

Salgo de la habitación y allí esta Eyeless, esperándome, espero que lo que ha hecho Milen el no lo haga.

- Princesa, ¿te pasa algo?

- No, ¿de donde cogistes el chocolate?

- De la fraternidad, ¿te vienes?

- Si, pero para antes de cenar hay que venir.

- Siiii, no deberías ser tan responsable - sugiere con una mueca.

- Si dejara de ser lo estuviera loca y no me controlaría a mi misma, haría lo primero que se me pasara por la cabeza.

- Me gustaría verlo.

- En la vida lo vas ha ver.

- No se sabe.

Conversamos mientras nos vamos hacia el siglo XXI, nos estamos centrando demasiado en ese siglo, yo creo que es el único termino medio, ni demasiado antiguo ni demasiado moderno, normal.

- Hola chicos - nos saluda Nero.

- ¿Tienes chocolate?

- ¿Caliente o normal?

- ¿¡TIENES CALIENTE?! - digo medio gritando.

- Es para ella - dice con una sonrisa torcida.

Nero le da a una palanca, una plataforma sube con pequeñas urnas de cristal .

- Llevate la que quieras.

- ¿Que son?

- Algo para acompañar.

Abro la primera urna lleva galletitas de todo tipo de formas, en la segunda, Mini nubes, esto es el paraiso, no veo las demás y cojo la urna.

- Vale, toma - me da una gran taza de chocolate caliente.

- ¿No es demasiado para ti?

- No, no lo es - digo en tono frío - gracias - me acerco a Nero y le doy un beso en la mejilla, este se sonroja; que tierno es.

Subo felizmente por las escaleras, es increíble que no me haya encontrado a nadie, hay bastante gente, para que no haya nada.

Al entrar en la habitación me siento en el suelo, donde hay una alfombra aterciopelada de color café oscuro, pongo la tele y me empiezo ha tomar mi chocolate con mini nubes.

- Eres una imbecil

- ¿Por?

- Te da una taza de chocolate caliente y ya le das un beso a cambio, hoy tengo que estar todo el rato detrás de ti - se enfurruña como un niño pequeño.

Lo miro y el quita sus ojos de los mios.

- Que lindo eres - pienso en voz alta.

Se sonroja.

- ¿Que quieres decir?

- Nada - desvío la mirada hacia la televisión.

Se sienta a mi lado.

- ¿Me das un poco?

Me tomo un poquito de chocolate.

- Ya veo que no.

Giro la cabeza hacia el otro lado, dejo la taza encima del mueble de la televisión y después desplazó una pierna para sentarme delante de el, quiero besarlo ahora.
Se queda mirandome y yo antes de que diga nada le estampó mi labios en los suyos, estaba manteniendo un poco de chocolate en mi boca para dárselo a el, abro la boca mas y mas, nuestras lenguas se entrelazan una con la otra, mantengo el control mientras que Eyeless me besa con pasión. Nos separamos y un pequeño hilo de babita se cuelga.

- ¿Esta bueno?

- Por mi te untaba entera de chocolate y te lamia poco a poco.

- Eres un asqueroso.

- Soy un soñador no un asqueroso.

- Bueno haz lo que quieras

Me deslizo hasta mi asiento, aunque antes de que esto ocurriera el me había cogido de la muñeca y me había vuelto ha poner en sus regazo.

- Aunque tienes que tener cuidado.

- ¿Por que? - sonrió.

- Soy un potencial pervertido.

- Eso ya lo sabia.

- No del todo.

De pronto con un dedo alza mi barbilla.

- No lo sabes bien - su dedo recorre mi cuello hasta mi clavícula.

Sus manos se alzan hasta mis pechos, los toca como un niño pequeño, después se recuesta en mi hombro.

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⏰ Última actualización: May 26, 2016 ⏰

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