Bueno, quizá no fue la mejor decisión que tomé en mi vida el acostarme a la tres de la mañana un día antes de comenzar las clases.
Pues ese día fue bastante malo; al despertar, la chica tierna no estaba y decidí que sería buena idea aprovechar para cambiarme con un vaquero azul oscuro, camiseta de baloncesto de los Lakers y las Converse cliché negras que toda típica chica rebelde debe tener, desgastadas y con el acetato perdido en la lejanía de algún pueblo remoto.
• • •
—Bonita vista trasera — dijo un chico rubio de ojos azules mirando mi trasero.
¿Y decía que mis Converse eran clichés? Este chico es el típico Mariscal de campo que se cree alguien en este mundo como para hacer ese tipo de comentarios descarados. Alguien debía ponerlos en su lugar y aquí está Nombre de hombre Caminante para lograrlo.
Lo arrinconé brutalmente contra una de las paredes del pasillo -ganándome la atención de varios alumnos- con mi antebrazo sobre su cuello y una mirada asesina susurré entre dientes:
—Escúchame bien, Ken, no tienes el mínimo derecho para dirigirme la palabra y si te vuelvo a pillar intentándolo o simplemente mirándome, te quedas sin tus mini-Kens — advertí y el chico asintió frenéticamente. Puede que parezca busca pleitos... Y lo soy. Fin de la historia.
Con un asentimiento me alejé, pero claro, no podía haber un día sin problemas.
—No te vuelvas a acercar a mi novio — voz chillona. Lo sospechaba... Me volteé y pues, mis pensamientos eran más que correctos.
No hay Ken sin Barbie, hablando de clichés, la porrista "súper sexy" rubia de ojos celestes al igual que su novio, creyendo que puede contra mí.
—Oh Barbie...
—Bueno, princesa, es suficiente — y ya estaba sobre los hombros de algún otro idiota.
—No me llames princesa, imbécil — moví mi rodilla y pateé su mentón logrando que pierda el equilibrio y caiga, en consecuencia; mi libertad — ¿¡Tú de nuevo?! Te lo advierto, idiota, me tocas de nuevo y te asesino. Oh y deja de ponerme motes estúpidos — el idiota de los libros seguía siguiendome.
—Me necesitas, bebé, si no te mteerás en muchos líos — bufé conteniendo mis ganas de golpearlo — y cielo, dejaría de usar estos ingeniosos motes si supiera tu nombre.
—No necesitas saber mi nombre porque no volveremos a hablar — y me fui del lugar, Bobby Walker se va triunfante o no se va.
• • •
Malditas clases, la odio. ¿Por qué rayos esa mujer tiene que hablar tan fuerte?
—Disculpe profesora, ¿Puede hablar más alto? — maldito seas, Hundson.
Bueno, sí, la mujer estaba susurrando, pero sentía como si tuviera jaqueca por alcohol, claro que sin el disfrute del día anterior; en síntesis, sentía que me desmayaría y no había tomado alcohol, que mierda.
La mujer habló hasta que fue hora de salir, decidí que lo mejor sería saltarme la segunda clase.
Caminé hasta mi árbol y saqué mi cajetilla de cigarros recién comprada, ¿Y cómo conseguía cigarros en pleno campus?
—¡By! ¿Estrenando ya? ¡Te los di ayer!
—Marcus, si lo que quieres es que vaya a dos horas de clase seguidas, ni lo pienses — dije sin levantar la vista de mi móvil, al menos no hasta que sentí que me rodeaban por los hombros — aléjate, tonto — exclamé ríendo y empujándolo cariñosamente lejos de mí.
Estúpido Marcus.
—Oh vamos, tú amas mi contacto — sonreí.
—Oye... Mi madre llamó — solté algo molesta.
—¿Y?
—Pues... Creo que está vez fue peor, me dijo que no vuelva para Acción de Gracias así que... ¿Me aceptas en tu casa? — Marcus sonrió y extendió sus brazos — nada de contacto.
—Nada de casa — replicó y lo miré mal. Rodé los ojos y lo abracé.
—Te odio.
—Sigue diciéndote eso, quizá en algún momento llegues a creertelo — reí.
—¡Hola, nena! — saludó una voz masculina que para mi mala suerte se me comenzaba a hacer familiar.
—¿By quien es él? — dijo algo molesto Marc.
Claro, había tensión sexual entre nosotros, y habíamos tenido un par de encontronazos, pero nunca llegamos a nada oficial.
—¿By? — preguntó divertido.
—No tengo la menor idea, es un imbécil que me acosa — dije separándome un poco de él.
—¿Estás molestando a mi amiga? — preguntó amenazante mi amigo.
—Yo no molesto — me guiñó un ojo y me acerqué a él.
—Entiéndelo, amigo, no lograrás nada conmigo — articulé.
—Eres muy narcisista, nena, yo solo quería ser tu amigo porque das pena, siempre sola, vamos, no te creas que eres alguien — soltó con un aire de superioridad.
—¡Te mataré! — rugí y me habría lanzado sobre él de no ser por Marcus que me tomó por la cintura.
—Recuerda que no puedes matarlo, aún, tienes que quedarte en la universidad.
Bufé.
—Solo unos cuantos golpes, por favor — rogué y el peliverde negó, por mi parte hice un mohito.
—Vamos, termina tu cigarro y vamos a la cafetería por un almuerzo.
Asentí y le di unas dos últimas caladas a mi cigarro para luego tirarlo al suelo y aplastarlo. Marc tomó mi mano y tiró de ella.
—Escucha esta canción de Panic! At the disco — además de proveerme cigarros, Marcus me daba música — me recuerda a ti maldita adicta a la nicotina — bromeó — Nicotine — dijo poniéndome el auricular en la oreja.
Brendon Urie cantaba como si su vida fuese a terminar y yo simplemente disfrutaba la canción.
• • •
»Oye, ¿necesitas ayuda contra ese idiota? — preguntó Marcus.
—No, sabes que puedo lidiar con todos estos — dije riendo.
Marc me devolvió la sonrisa y me abrazó por los hombros.
—Te quiero mucho, mucho, cariño — yo lo rodeé por la cintura.
Ese chico de pelo verde y ojos azules era el único que podía llamarme con esos motes absurdos que tanto odiaba, era especial.
—Yo también te quiero, Marcus — dije tocando su piercing del labio. Ya no era una intimidad para nosotros, algo normal para ambos.
^-^
Holaaaa.
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Rebel souls ||M.H.||
FanfictionÉl, Matty Healy, un chico rebelde. Ella, Bobby Walker, una típica estudiante "nerd"que está buenísima y todos los chicos populares quieren llevarla a la cama, pero ella no sabe lo bella que es y necesita que el irresistible Matty se lo diga, y no ol...