Capítulo 3.

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Desde que pasó el incidente aquel, Jake no me ha vuelto ni a dirigir la palabra. Quizás fui una tonta al pensar que me hablaba porque yo le gustase o algo. Seguramente lo hacía por alguna razón, la cuál me gustaría descubrir. Aunque a decir verdad, fue conocerlo, y mi tranquila vida dió un giro de 180º. Creo que apartir de ahora será mejor mantener la distancia con él. 

Llegué hasta la taquilla y guardé en mi mochila los libros que necesitaba para las tres últimas horas. Después de eso me dirigí hacia los vestuarios de chicas y me cambié de ropa para hacer la clase de gimnasia.

-¿Estás bien? -me preguntó Lucy a mi lado.

Asentí con la cabeza y guardé la ropa en la taquilla.

-¿Por? -pregunté mientras me miraba en el espejo para hacerme una coleta.

-Hombre, teniendo en cuenta que estuviste secuestrada durante un día, además de que te noto distinta.

-Será por eso misma por lo que estoy distinta. -admití- ¿Vamos?

Ella suspiró y se puso a mi lado para salir hasta el campo.

Cuándo llegámos allí todos nos pusimos en un círculo alrededor de la profesora, la que nos explicaría que sería lo que íbamos a hacer.

-Hoy tendrémos una clase algo especial, -comenzó a hablar- los chicos de la clase 6A del último curso darán la clase de hoy, que estará ambientada a la resistencia física.

¿Los chicos de último curso? Eso sólo podía significar que Jake estaría ahí.

Le di un codazo a Lucy y ella se inclinó un poco hasta dejar su oído cerca de mi boca.

-En esa clase está Jake. -susurré.

Ella se volvió a incorporar y abrió sus ojos, para después hacer una mueca de disgusto.

-Eso no puede significar nada bueno, ¿no? -preguntó.

Negué con la cabeza y me abracé a mi misma por el frío que estaba haciendo ahora mismo.

-Hacedlos caso en todo, -se colocó las gafas y nos miró a cada uno de nosotros- no quiero ni una queja.

Toda la clase gruñó aunque de nada sirvió, porque desde donde estábamos, pudimos ver a los más mayores del instituto entrando como reyes al campo. Llegaron hasta dónde estábamos nosotros y se pusieron todos en línea recta. Jake empezó a hablar.

-Bueno, estámos aquí para prepararos, no para jugar, así que esto os lo tendréis que tomar en serio. Empezaremos corriendo por parejas. Uno de último curso, con uno de vosotros. Tendréis que seguir nuestro ritmo.

Buscó con la mirada a alguien hasta que me encontró y sonrió de lado.

-Dakota, tú irás conmigo.

En mi estómago parecía haber un león, que no paraba de saltar y correr. Ahora mismo estaba extremadamente nerviosa.

No sin antes la mirada de compasión de Lucy, me acerqué hasta él con los brazos cruzados y no le dirigí ni la palabra, ni la mirada.

Cuando ya todo estuvieron con uno de último curso, empezamos a correr. Yo y Jake fuimos los primeros en empezar el recorrido.

-No te quedes atrás. -me dijo Jake mientras aumentaba la velocidad.

Chasqueé la lengua con rabia y con algo de dificultad me puse otra vez a su altura. Ambos corríamos con alguna mirada de por medio, pero nada importante. Después de un interminable tiempo, paramos y la siguiente pareja empezó a correr.

-Nada mal. -dijo antes de beber de su botella de agua.

Me la extendió pero negué con la cabeza.

-¿Te comió la lengua un gato o qué?

Achiné los ojos y me giré ignorando por completo su presencia.

Rió y se volvió a colocar a mi lado con los brazos cruzados mientras miraba a los demás corriendo.

-Desde que te vi me pareciste distinta a cualquier otra chica que pudiese haber visto, -me miró de reojo y volvió al sitio de antes. -Eras especial, y destacabas entre todo el mundo. Quizás fue eso lo que me llamó la atención de ti.

Noté como mis mejillas empezaban a arder y giré mi cara al sentido contrario de donde estaba él y sonreí instintivamente ante lo que dijo.

-¿Te sonrojaste? -preguntó divertido.

Giré mi cara rápidamente y negué.

-Qué va, y menos por lo que digas tú. -dije fría.

Levantó los hombros y negó con la cabeza.

-Al menos te hice hablar, -rió- eso significa que ya no estás enfadada conmigo, ¿verdad?

-¿Quién te dijo que yo estaba enfadada contigo? -pregunté.

-Nadie, pero lo supuse por tu comportamiento.

-¿Mi comportamiento? -pregunté irónica y reí.- No tendria que hablarte como si fuésemos amigos, porque no lo somos. Simplemente te ayudé, y después tú me ayudaste a mí.

Levanté mis hombros como lo había echo él anteriormente y empecé a caminar hacía el vestidor, dejándolo sólo. El me llamó un par de veces pero lo ignoré y entré. Me senté en uno de los bancos y apoyé mi cabeza en mis manos. Una pequeña voz dentro de mí me decía que volviése allí fuera y lo abrazáse. Pero no, no iba a hacer caso a lo que una voz me decía.

Sin importarme que la clase aún no hubiese terminado, me cambié de ropa y me quedé allí esperando a que sonase el timbre. Lucy llegó y se cambió y juntas salimos hacia la otra clase.

*

Por fin podía salir de éste infierno al que llaman escuela. Me coloqué la mochila y empecé a caminar en dirección a mi casa. Me giré hacia atrás y pude ver como un coche negro seguía mis pasos y se metía por las calles en las que yo me metía. Empecé a caminar aún más rápido hasta que entré en el peor sitio al que podría haber entrado, un maldito callejón.

El coche apagó sus luces y la persona que antes conducía ahora se acercaba a mí con una capucha puesta y la vista baja.

Me abracé lo más fuerte que pude y deseé que sólo fuera un hombre que no sabía donde iba. Llegó a mi altura, se destapó y la imágen de un Jake besándome me sorprendió. Me quedé estática todo el rato, mientras que el se mantenía pegado a mí sin mover ni un solo músculo. Cuando ya no tuvo más remedio que separarse para respirar, cortó el beso. Yo me quedé mirando sus brillantes ojos durante un rato.

Agarró mis brazos y apretó la mandíbula.

-No sabes lo que me jode estar locamente enamorado de una niñata como tú. -negó con la cabeza divertido y sarcástico- Y que tú no seas capaz de darte cuenta.

Agachó la cabeza y se fue de allí, sin decir nada más.

Mi boca parecía que se iba a chocar en cualquier momento con el suelo, de lo sorprendida que estaba ante lo que acababa de pasar.

La mochila se deslizó por mis manos hasta caer al suelo y mis ojos se cerraron pesadamente mientras intentaba desaparecer de una vez del planeta Tierra.







Enamorada de la persona equivocada. #Wattys2016 [Completada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora