A veces, es difícil tener claro las metas que nos ponemos, pero aún más difícil es luchar por conseguir el objetivo impuesto.
El camino es empedrado y se hace largo, cuesta arriba, con bifurcaciones que llegan a hacernos dudar.
Lo más típico sería abandonar, rendirse o buscar otro camino más fácil pero...
Querido amig@, si en algún momento tuviste la certeza para escoger esa maratón, ¿por qué vas a tirar la toalla tan fácilmente?
Hay que seguir luchando, hay que caerse para poder volver a levantarse y hacerse más fuerte.
Debemos pulir el aguante y soportar esos obstáculos que se interponen entre nosotros y nuestra meta.
No abandones, no te acomodes a medio camino, respira coge fuerza y sigue luchando.
Tarde o temprano llegarás a tu meta, y volverás a estar como al principio, sin un rumbo claro, pero así funciona este juego, ten paciencia y ante todo aprende a valorar lo que ganaste recorriendo esa cuesta, saltando esos baches.
Yo, sólo puedo decirte
pasión y resistencia.
ESTÁS LEYENDO
La Vida Tras Mis Pasos.
RandomAquí escribo mis cosas sueltas para tenerlas localizadas, son cosas cotidianas y normales. Un saludo!