Kentin & Tu ~Si Te Hubieras Quedado~

~ Te quiero recuperar.~

- En mi habitación-
Vaya, ¿quien lo diría? No e podido reconocer aquel chico lindo de ese campamento al que fui hace años, tal vez sea por que en aquel entonces el tenía el pelo color negro y ahora en la actualidad se lo a teñido de rojo, a crecido y a cambiado mucho su forma de ser, recuerdo que el no era de esa manera.... Era mas lindo y más amigable que el Castiel de ahora, ahora es un idiota de primera.
Me e levantado de mi cama y me e puesto un vestido color amarillo para irme a la preparatoria, encuento e acabado de cambiarme e bajado y mis padres estaban en el comedor almorzando.
- Buenos días hija, ¿que tal dormiste?
- Bien, gracias papá.
- Toma cariño tu desayuno y tu almuerzo para la escuela.
- Gracias mamá.
E comido algo rápido y me e levantado, lavado mi plato y me e ido a lavar los dientes e tomado mi mochila y me e despedido de mis padres.
Estoy casi llegando al parque, cuando escucho el motor de una moto pasearse a lado mío e volteado y e visto a Castiel quitándose el casco.
- ¿Ya estás más tranquila?
- Algo, aún estoy confundida.
- Ya veo, ¿podemos hablar?
- No quiero que se me haga tarde para ir al instituto.
- Tranquilo, si es así yo te llevo ¿si?
- De que es lo que quieres hablar Castiel enserio no quiero ir contigo.
- Ya hace 2 semanas aproximadamente que se fue Kentin por favor, perdóname.
- Yo no soy a la que le deberías de pedir perdón.
- Claro que eres tu a quien le debo pedir perdón, fuiste la que resultó más afectada por todo esto.
- Se me está haciendo tarde para ir al instituto, me tengo que ir.
Castiel me a tomado del brazo y me a jalado hacia el y me a abrazado.
- Por favor, ¿quieres que te pida perdón de rodillas? Esta bien, lo haré.
Se a puesto de rodillas sosteniendo mis manos.
-Por favor, te lo pido lo más sinceramente que puedo, perdóname.
- Castiel, parate.
- No hasta que me perdones o al menos me digas que lo pensarás, no lo se di algo.
- Esta bien, esta bien, pero te tienes que ganar mi perdón, no sera nads fácil.
- Entiendo, entiendo perfectamente, ahora vamos ya es tarde te llevo, me a dado su casco.
- ¿Y tu, no llevarás casco?
- No te preocupes por mi, anda pontelo.
- Mejor tu.
A tomado el casco y me lo a puesto, me e sonrojado un poco pero lo bueno es que no se vio ya que tenía el casco.
- Anda sube y agárrate de mi.
- Esta bien.
Me e subido detrás de castiel y lo e tomado de la chaqueta, el se a reído un poco y a dado marcha hacia el instituto, en cuento hemos llegado me e bajado y le e entregado el casco.
- Gracias por traerme.
- Gracias a ti.
-¿ Porque a mi?
- Por haberme acompañado.
- Tengo clase ahora, me tengo que ir.
Me e dado la vuelta y me e dirigido a hacia el salón del señor Farres, por suerte aún no llegaba, Nath se a sentado a lado de mi y me a sonreído.
- Dicen que llegaste con Castiel en su moto, ¿es cierto?
- Bueno... Si, lo que pasa es que se me a hecho tarde.
- ¡Alejate de el!
- Oye tranquilo, no tienes por que gritarme.
- Perdón, no era mi intención gritarte.
- Déjalo, ya llegó el señor Farres.
La clase a transcurrido rápidamente sin ningún inconveniente, cuando acabado la clase e salido para ir al patio y acostarme, cuando me e acostado me a empezado a dar sueño entonces me e empezado a quedar dormida, hasta que siento la presencia de alguien observandome, me e levantado exaltada y miro que es Castiel.
-¿Que haces aquí?
- Nada sólo quería ver si estabas bien.
- Pues lo estoy, no tienes nada que preocuparte.
Se acostado a lado mío y me a volteado a ver.
-¿Quieres ir por un helado?
- Ahora no, sólo quiero dormir.
- Pues entonces duerme que yo te cuidare.
Me e quedado callado y me e puesto mi brazo en mi cara, me e quedado dormida.
- Oye, oye vamos despierta ya a sonado el timbre.
Aún estando dormida escucho voces en mi subconsciente y siento que me cargan es cuando abro mis ojos de golpe y soy cegada por la luz del sol, cuando poco a poco se enfoca mi vista veo a mi alrededor y no reconozco nada volteo a ver a quien me está cargando y vaya para mi sorpresa es Castiel.
- ¿Que estas haciendo?
- Ya habían timbrado y no te despertabas así que decidí llevarte a un lugar más tranquilo para que pudieras dormir.
- Castiel, bajame por favor.
- ¿Que no quieres dormir?
- Si quiero pero vamos a perder clases.
- No pasa nada, eres amiga del delegado puedes decirle que te saque un justificante.
Me a bajado con cuidado en el pasto y se a sentado a lado mío.
- Duerme, ya está más tranquilo aquí.
- ¿Castiel?
- ¿Si?
- No, nada.
El se a quedado callado y no me a dicho nada, se a acostado a mi lado y me a abrazado, yo me e quedado atónita.
- No sabes cuanto te extrañe.
- Oye, Sueltame hace calor.
- No me importa yo sólo quiero abrazarte.
- Pero sinceramente yo a ti no, enserio tengo calor.
- Vamos sólo un poco.
Se a alejado un poco de mi y me a mirado a los ojos.
- Sólo un poco.
Me a tomado de mi barbilla con su mano izquierda y me a besado todo fue tan rápido que no e sabido que hacer o que decir, se a separado de mi y estaba totalmente sonrojado al igual que yo.
- Cre...creo que mejor me voy.
Me e levantado lo más rápido que e podido y e tomado mis cosas.
- Oye, (...) espera, por favor.
- Me tengo que ir.
Iba totalmente sorprendida, que no sabía que decirle o hacer, me a tomado del brazo y me a jalado hacia el.
- No era mi intención hacerte enojar.
- N...no estoy molesta ¿que te hace creer eso?
- Tu forma de comportarte justo ahora.
- Pues no, no estoy molesta.
Me a mirado a los ojos y me a abrazado nuevamente.
- Castiel, debo de ir a mi casa.
- Vamos, ni siquiera sabes donde estamos.
- Claro que se donde estamos.
Me a mirado nuevamente a los ojos y se a reído, ya que bien sabía que estaba mintiendo.
- Estamos en el parque, esta parte jamás habías visto ¿o si?
Me e quedado callada y e agachado la cabeza, Castiel me a tomado de mis hombros y me a vuelto abrazar.
- Dame la oportunidad de enamorarte, de demostrarte lo mucho que me importas.
- Castiel.
- Por favor, te quiero recuperar.
Me e quedado callada y e dejado que me abrazara, cuando me a soltado a tomado mis cosas y hemos empezado a caminar hasta la salida del parque, me a dado un casco y me a dicho que suba a su moto y me a llevado a casa.
Ahora en lo único que puedo pensar en esa mirada llena de honestidad que tenía cuando me dijo " te quiero recuperar".
Más noche me a llamado por teléfono y me a dicho que pasará por mi en la mañana para qu estuviera lista a tiempo, después de colgar no e podido evitar sonreír.