— Estas muy guapa Emma, — le dije viendo su hermoso vestido azul con diseños florales. Ella volteó y se bajó a mi altura y me sonrió con dulzura pero pude ver como un destello de tristeza se instaló en sus ojos por unos momentos para después desaparecer como apareció.
— Carl — esto no me gustaba, solo me llamaba así cuando algo malo se avecinaba.
— ¿Que sucede Emma? — ella me alzó en brazos y me abrazo para que no la viera llorar.
— Me iré de casa, — patalee mientras mis ojos empezaban arder, por las lágrimas que no quería dejar salir — escucha, debes prometerme que no le dirás nada a Sebastián inventale una excusa, cuando vuelva les explicaré todo lo prometo. — Carla asintió lentamente, mientras su mirada se oscurecía y caía en llanto.
— Pero Sebastián, él... No te perdonará... No puedes irte y dejarme no ahora... Emma te necesitamos, Sebas no puede con todo y esas personas volverán y no lo quitaran todo, todo — dije hipando, mientras una furia recorría su cuerpo — ¿¡Como puedes ser tan egoísta!? Te odio largo y no quiero que vuelvas
— Carl
—¡CÁLLATE! — Le grité — no me llames así, toma en cuenta esto que si cruzas esa puerta, serás una extraña para mí y te juro manita que olvidaré que eres mi hermana y no dudes que lo haré — en ese instante Sebastián entra, y yo en cambio salgo de la habitación y me dirijo al ático, entro y después de estornudar varias veces encuentro lo que quiero y sin más subo, veo a Sebastián en la puerta mientras que Emma se va alejando hasta perderse en el camino, no sé de qué han hablado y tampoco me interesa, en cuanto Sebas cierra la puerta se pega de esta y se arrastra hasta el suelo a llorar, siempre fue un hombre fuerte que se preocupaba al máximo por nosotras, trabajaba sin parar para acomodarnos a nosotras, por eso lo veíamos pocas veces, no teníamos padres ellos fueron asesinados, ¿por quienes? Muy sencillo, por ellos mismo ¿Cómo así? Esa es una historia que quizás le cuente al calor de una chimenea con tazas de chocolate y con una noche nevada. Me acerqué despacio hacia él, tome el bate de hierro y lo pegué en su cabeza fuertemente, Emma pensaría que estaba de broma, le probaría que no.
(***)
Narradora
Todas miraban desde la ventana a Rocío que estaba desde hace media hora sentada en el columpio que les hizo Will con una goma y soga junto al fuerte árbol.
— Hola — ella alzó la vista encontrándose con Matt
— Hola — el se sentó en el césped al lado de ella, Rocío se fijó que tenía en brazos un regalo. — ¿es para mí? — el se lo extendió, Rocío lo sopesó un rato pero luego lo aceptó. — ¿Que es?
— ¿Porqué no lo descubres por tí misma? —Ella no se lo pensó y lo abrió enseguida, se asombró al ver lo que era, que tuvo que devolvérselo.
— No puedo aceptarlo
—¿Porqué? —Preguntó el confundido.
— Siempre que quería verlo jamás me dejaste hacerlo y ahora vienes así... — No se sabe de que manera Rocío llegó a parar en los fuertes brazos de Matt.
— Si nunca te lo dejé ver es porque dentro de ese cuaderno está mi vida, de quién era antes de conocerlos a ella — le susurró mientras le depositaba un beso en el cuello estremeciendo el cuerpo de Rocío por completo — eres a la primera chica, porque créeme cuando te digo que te amo, no te mentiré que tuve ciento de mujeres pero...
— Bésame Matt — sin decir nada más se fundieron en un apasionado beso, despertando viejos recuerdos por parte de Matt y maravillosas y desconocidas sensaciones por parte de Rocío, el succionaba, lamia, mordisqueaba, haciendo que Rocío gimiera por lo bajo pero lo suficientemente fuerte para que su ya levantado y fuerte miembro palpitara de la excitación.
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Antes de las 12:00
RandomUna noticia les cambiara la vida por completo, seis amigas se van a Inglaterra a hacer sus carreras universitarias lo que ellas no saben es que en este viaje encontraran de todo amor, acción, secretos, intrigas, perdidas y lo principal cumplirán su...