"El Dueño de mis Noches" (Jelsa)

3.

— Hola. — le saludó sonriendo de lado parándose junto a ella y su acompañante.

— ¡Oh vaya! — murmuró cuando fueron interrumpidas—  Hola, soy... Bella— le saludó una castaña levantando la vista.

— Jack Frost, un placer—tomó su mano y besó sus nudillos sonriéndole de manera educada y encantadora. — Realmente le queda el nombre... es hermosa, señorita.

La castaña sonrió y bajó la mirada al libro que yacía en su regazo.

— Se lo agradezco, caballero—murmuró pasando un mechón por su oreja. — Luego seguimos, Elsa. Creo que ahora iré a ayudarle a Aurora...

— Es una buena chica. —murmuró cuando se fue, más que nada para dejarlos solos en su charla. — ¿Puedo?

— Adelante... ¿ya terminó la presentación de mi hermana?

— Afortunadamente alcanzaron a tocar. —dijo con expresión dramática. — Es demasiado sociable esa chica.

Elsa rió y se sentó a su lado justo al frente, había dos alumnos por pupitre y ese era el más cercano al escritorio del profesor.

— Mi hermana es así, prefiere estar en acción y yo observar.

— Suena aburrido. —dijo frunciendo el ceño. — ¿Por qué no dejas de pensar o estudiar en tu caso sobre la vida y comienzas a vivirla? —señaló los libros en la mesa. — ¿A dónde iremos hoy? Sabes que estoy disponible a ti, mi Reina.

— ¿Qué? Vivir sin leer sería como vivir sin... vivir — le miró sorprendida y se cruzó de brazos. — Además... ¿Tú Reina? —arqueó una ceja divertida.

— Por el momento solo mía. —le guiñó un ojo y ella rio suavemente. — Pero luego ocuparás el trono y serás también de todos estos.

— Estos.... — repitió y el albino supo que no era la expresión correcta.

— Lo siento, es solo que... bueno es mi primer día y no sé qué esperar de esto.

— Oh... lo hubieras preguntado antes. —murmuró y ladeó la cabeza. — Mi padre quería una escuela de líderes. Siempre dice que en la vida solo existen dos grupos: Los triunfadores y los que ven triunfar, aquí viene toda la nobleza educando principalmente para las monarquías y reinados, quiere que tengamos la preparación correcta y aquí solo está lo mejor de lo mejor en todo.

— Eso explica varias cosas... ¿Pero qué hay de los demás que no nacimos en cuna de oro? — preguntó y a la princesa le sorprendió que fuera tan directo. Bajó la cabeza avergonzado, muchas veces le habían reñido y decir que meditara antes de hablar, pero a ella le pareció un noble gesto el expresarse sin miedo.

— También está aquí, claro que los que nacimos en cuna de oro nos envían casi por mandato pero, debemos aceptar que hay unos que... —señaló el aula.

El profesor aún no llegaba y por ende, nadie salvo ellos dos estaba en su sitio. Un chico, príncipe de hecho, estaba al frente y comenzó a tocar una guitarra moviéndose para bailar.

— Hay muchas oportunidades para todos, los que son persistentes y tienen habilidades de triunfadores entran casi con desfile— ambos se sonrieron cómplices. —Como tú...

— ¿Cómo yo?

— ¡Sí se enteraran de cómo me salvaste! Fue impresionante como con solo un palo pudiste...

— Cayado. —le corrigió.

— Bueno, da igual lo que importa es que apostaría por ti a que eres el mejor aquí.

— Puedo enseñarte si quieres. —la idea le saltó a la cabeza de pronto, ella le miró perpleja. —Princesa o no es esencial aprender a defenderse. Me encantaría hacerlo yo.

— No... no podría es algo...

— Jackie —la voz de Anna los interrumpió y se acercó al peliblanco.

— Milady —le saludó con una sonrisa forzosa. Estaba esperaba la respuesta de Elsa.

— ¿Por qué no salimos hoy con los chicos? Hacer amistades ahora te vendría bien y, si vienes conmigo mis padres estarán felices.

— Tengo tutoría, Elsa me ayudará a poner al margen con las clases —mintió bastante natural con una sonrisa, la platinada se preguntó cómo lo hacía tan fácil. — Quizá en otra ocasión, gracias.

Anna hizo un puchero e iba a hablar cuando el profesor entró y mandó a todos a sentarse, Jack arqueó las cejas esperando la respuesta de Elsa, suspiró al mirarla sumergida en sus pensamientos dudando. Tocó su mano y levantó la vista casi al momento.

— Iríamos esta noche a China... ¿Qué me dices?

Remojó su labio superior. Suspiró y le sonrió.

— Está bien, Jackie Chan... enséñame en China

El peliblanco no pudo evitar echarse a reír.

2},ݽ��%3