1991
Un lugar nevado, en una bóveda grisácea; dos hombres vestidos de prendas militares estaban a cada extremo de una puerta metálica de forma circular, el posicionado a la izquierda insertó una llave en una entrada justo frente a él, giró ésta ciento ochenta grados y un "click" se escuchó a continuación. La pesada puerta abrió mecánicamente, mientras el coronel Drago Mano Dura se acercaba con las manos atrás y accedía. Al estar ya dentro, ingresó un código en un panel de contraseña:
1-7-8-2-6
Aquella password nadie más la sabía que él solo, y no confiaba en decírsela ni siquiera a sus propios compañeros de su sucio trabajo; pues daba acceso a su mayor tesoro y al más grande peligro.
Una entrada, justo a su izquierda, del tamaño que mide el brazo de una persona promedio se abrió, dejando ver qué había dentro de ese mediano espacio: una pequeña y vieja libreta roja, un símbolo negro con forma de la cabeza de la feroz Furia Nocturna sobresalía de ésta.
___Uno de los tantos doctores que trabajaban en aquella secreta organización, presionó un botón frente a él, y dos capsulas se abrieron, vapor salió gracias a las bajas temperaturas dentro de ellas; en la primera y más pequeña se dejó ver al legendario Soldado de la Furia Nocturna, que apenas despertaba aunque no lo parecía, ya que su semblante era serio; y en la siguiente y más grande, se descubrió a su dragón de metal, Furia Nocturna.
Dos militares bajaron al Soldado y pasaron cada uno un brazo suyo por su hombro, ayudándolo a caminar directo a su gran dolor.
___El Soldado de la Furia Nocturna gritaba desgarrante de dolor, estaba sentado en una silla metálica y gruesa, sus brazos estaban aprisionados a los costados, y unas partes de igual material se posicionaban en su cabeza. Le borraban la memoria. Varios guardias miraban a unos metros, junto con el coronel Mano Dura y el doctor. El coronel decidió acercarse con la libreta rojiza en manos, dispuesto a leerle unas líneas escritas.
La máquina soltó la cabeza del castaño Soldado.-Anhelo -comenzó Mano Dura en un idioma desconocido, mientras caminaba alrededor del Soldado de la Furia Nocturna-. Oxidado... Diecisiete... Amanecer... Horno... Nueve... Benigno... Bienvenida... Uno... Vagón de carga...
El Soldado calmó su dolor y una mirada llena de frialdad le dominó en los verdes ojos, el coronel al ver al Soldado sin reaccionar cerró aquella libreta, ya que sabía que por ahora ya no la necesitaría.
-Buenos días, soldado -le saludo mientras dejaba la rojiza libreta en la mesita que el Soldado tenía al lado.
-Listo para obedecer -respondió el castaño después de unos segundos.
-Tengo una misión para ti -comentó Mano Dura mientras tomaba unos documentos de la misma mesita-. Sanción y extracción. Sin testigos.
A pesar de que el dolor lo había abandonado, aún respiraba pesadamente.
___Por un camino de tierra en medio de un bosque de noche, un oscuro auto pasaba, el Soldado lo miró montado en su dragón, oculto entre los árboles, hacía un tiempo que lo estaba esperando. Dio una pequeña patadita a la Furia Nocturna y esté inició a volar rápidamente hasta alcanzar y quedar justo al lado del automóvil. El Soldado golpeó con el puño su ventana, provocando que se descontrolara y chocara con un árbol que se encontraba a la orilla del delgado camino. El dragón regresó sobre sus pasos y aterrizó justo enfrente de aquel coche completamente aboyado por la parte del cofre. Bajó el Soldado, se acercó a la cajuela y la abrió sin siquiera necesitar de una llave. Dentro se hallaba un maletín, que contenía cinco bolsitas de un líquido azul.
___El coronel miraba aquel producto con el Soldado al lado.
-Bien hecho, Soldado -le felicitó sonriendo.
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Jack Frost: Civil War
FanfictionDespués de los acontecimientos sucedidos en las diferentes partes del mundo en que The Big Eight participó para salvar a la humanidad, el coronel Norte implementa un nuevo acuerdo, que controlará la participación de los superhéroes en cualquier situ...