Capítulo 2: Nos fuimos siendo cuatro... y volvimos siendo cinco

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Aunque lo habitual era estar tres días en el hospital nosotros nunca lo habíamos experimentado, como las gemelas nacieron antes de tiempo pues no sabíamos lo que era estar tres días y luego irte con tus bebés a casa, así que esta vez pedimos el alta voluntaria al día siguiente. No habían pasado ni dos años del nacimiento de las niñas pero a mi ya se me había olvidado lo que era tener un bebé tan pequeño. Cuando lo pusimos en su asiento para el coche se veía más pequeño aun. 

 

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Max llamó a sus padres, que estaban cuidando de las gemelas en nuestra casa, para decirles que habíamos pedido el alta y que aproximadamente en una hora estaríamos en casa. Max y yo habíamos hablado mucho después del nacimiento de Gael de como iba a ser nuestra estancia en casa. No queríamos que Alaïa y Chloe estuviesen celosas, así que decidimos involucrarlas desde el primer momento en el cuidado de Gael para que así no se sintiesen desplazadas. En el fondo ellas eran las reinas de la casa y ahora con la llegada de su hermano queríamos que se siguiesen sintiendo como tal. Los padres de Max se iban a quedar unas semanas con nosotros para ayudarnos. A Max no le hacía mucha ilusión pero a mi me venía muy bien que estuviesen en casa, porque dentro de cuatro días Max empezaba otra vez con los entrenamientos y yo sola con tres niños y recuperándome de un parto no podía. De camino a casa no podía parar de pensar en las niñas, solo habíamos estado tres días sin ellas pero yo las echaba muchísimo de menos. 


Nada más llegar y antes de presentarles a Gael fuimos directas a saludarlas. Después Max sacó a Gael del asiento para el coche y lo tumbó en el sofá encima de una mantita. Al principio ninguna de las dos se acercaba, pero entonces Chloe al cabo de una media hora se acercó y le dio un beso. Alaïa se mostraba más reticente y sin decir nada se fue a su cuarto a jugar. Aunque eran muy pequeñas Max y yo decidimos dejarla un rato y luego iríamos a hablar con ella. 

 

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Al cabo de un rato y después de darle el pecho a Gael, Max cogió a Chloe en brazos y fuimos a su habitación. Aunque Chloe parecía haberlo entendido y parecía que se lo había tomado bien, teníamos que hablar también con ella. Max se sentó en el suelo y puso a Chloe sobre sus rodillas, yo intenté hacer lo mismo con Alaïa pero me rechazó y se sentó en las rodillas de Max. No sabía si eran las hormonas o que era pero ese gesto de mi hija me dolió en lo más profundo del corazón y me entraron unas ganas enormes de llorar, así que me levante y me salí de la habitación. Antes de salir de la habitación le hice un gesto a Max de que se quedase con las gemelas que yo necesitaba estar sola. 


Entendía que en parte era nuestro error porque no nos sentamos a hablar antes con ellas sobre que íbamos a tener otro bebé. Pero preferíamos esperar a que naciese y a que estuviésemos los cinco en casa para que al estar con Gael sería más fácil explicárselo. Me fui al baño y allí cerré la puerta con el cerrojo, no quería que nadie entrase. Entonces escuché como Max hablaba con su madre para que vigilase a las gemelas. Entonces le oí dirigirse al baño y tocó la puerta. 


-Max: Juliette cariño ábreme la puerta.

-Juliette: no quiero Max, quiero estar sola, por favor.


Pero Max me conocía tan bien, que sabía que lo que estaba diciendo no era verdad. Por supuesto que quería que entrase pero no se porque mi mente lo negaba. Entonces me levante, quité el cerrojo y volví a sentarme pero esta vez en el suelo. Entonces Max entró lentamente. Al verme allí tan triste me abrazó enseguida. Nos pusimos de pie todavía abrazados. 

-Juliette: sabía que les iba a costar acostumbrase a Gael, pero no me imaginaba que Alaïa me iba a rechazar

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-Juliette: sabía que les iba a costar acostumbrase a Gael, pero no me imaginaba que Alaïa me iba a rechazar. Ningún gesto me ha dolido nunca tanto. Si viniese de otra persona quizás no me lo hubiese tomado así, pero viniendo de mi propia hija, me ha roto el corazón. 

-Max: mi niña no es algo personal. Es solo que está desconcertada. Necesita tiempo para asimilarlo. En cuanto se acostumbre a que Gael esté aquí todo irá bien. 

-Juliette: ¿seguro? a ti no te ha rechazado. ¡Para ti es fácil decirlo! ¡Te pasas meses fuera de casa y yo soy la que se encarga sola de las niñas! ¡Y luego encima cuando vienes parece que prefieren estar contigo a estar conmigo! ¡Conmigo están aquí ocho meses y no consigo que hagan nada sin que se pongan a llorar o acabemos enfadadas! ¡Conmigo ni se ríen! ¡En cambio cuando llegas tú todo son risas y buenos momentos!

-Max: ¿¡me estas echando en cara que no estoy nunca!? ¿Te piensas que para mi es fácil alejarme de mi familia durante tantos meses? ¡De verdad Juliette que no se que te pasa! ¡Te estas tomando esto a la tremenda! ¡Es una niña de dos años! 

-Juliette: ¿que yo me lo estoy tomando a la tremenda? Pues como me tomo las cosas a la tremenda me voy a ir a un hotel con Gael. ¡No puedo estar aquí sabiendo que parece que molesto!


Max iba detrás de mi diciendo que como me iba a ir a un hotel que las cosas no se solucionaban así. Pero yo hacía como que no le estaba escuchando. Cogí ropa para Gael su asiento para el coche y salí de casa. Conocías un hotel en el que siempre te trataban bien y además siempre había sitio. Condujiste durante una hora, en la que Gael se quedó dormido. Una vez llegué enseguida me dieron una habitación y al llegar te tumbaste en la cama con Gael. Tenía un montón de llamadas de Max y de sus padres pero en ese momento solo te importaba tu hijo. No sabías que pasaría mañana pero de momento hoy tocaba descansar. Te tumbaste y Gael te miraba con los ojos tan abiertos. Poco después los dos nos quedamos dormidos. 

 

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The Driver and The NurseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora