Capítulo 18

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POV Peeta

Nuestras miradas no se despegaron, la canción había terminado y pero nosotros aun seguíamos en la pista de baile ya sin movernos. Kat tenía un hermoso sonrojo en su rostro, yo sonreí un poco para aligerar el ambiente pero ella seguía sin ninguna expresión.

-¿Kat?-hable por primera vez. -Dime algo.

-¿Por qué... porque hiciste eso? -eso no era lo que esperaba, yo esperaba que me dijera que me amaba como yo a ella. No ésta pregunta.

Ahora ya no había nada que perder, ella ya sabía lo que sentía, ahora estaba en Katniss decidir.

-Ya sabes porque lo hice Kat, sabes que te amo y desde que te vi salir de la habitación con ese vestido y viéndote tan hermosa he querido hacerlo.

Ella sonrió un poco, solo un poco ¿Eso era bueno o no?

-Pero tu eres tan especial y yo no. -por segunda vez me respondía algo que no esperaba. -¿Qué es lo que pudiste ver en mi?

-Kat. -tome sus manos y las bese. Sentí la mirada de varias personas, sabía que no era buen lugar para tener esta conversación y mucho menos en medio de una pista de baile.

Sin soltarle las manos salimos del auditorio, de camino vi la mirada preocupada de Annie y Finnick, solamente les di a entender con la mirada, que no se preocuparan, antes de salir.

Una vez fuera Kat me soltó y caminó hacia la orilla de la cancha de futbol. Se quedo mirando a la nada por unos momentos.

Me decidí hablar, si no nunca arreglaríamos nada, ella era muy tímida así que debía darle una ayudadita.

-Como te dije en su momento, yo te amo Kat, es por ello que hice todo lo posible para que vinieras conmigo. - comencé. -Y no creo que tu seas alguien simple, tu eres una persona maravillosa, inteligente, luchadora y fuerte, todo eso eres Katniss, así que nunca vuelvas a decir que no eres especial, eres mucho más que yo y de todos los que están ahí adentro.

-¿De verdad? -sus ojos comenzaron a brillar por las lagrimas, yo le di mi mejor sonrisa y asentí. -¡Gracias! -se lanzo a mis brazos sorprendiéndome totalmente. -¡Muchas gracias por todo!

La estreche más a mi, eran pocas las ocasiones donde era cariñosa o tomaba la iniciativa de algo y lo iba aprovechar.

-Eso no lo debes de dudar nunca. -la separe un poco de mi para observarla mejor.

Estuvimos en los brazos del otro por unos pocos momentos, sentí como se ponía de puntitas para quedar sus labios en mi oído.

-Yo también te quiero Peeta. -al escuchar esas palabras la estreche con mas fuerza a mi.

-¡Ay Katniss, no sabes lo feliz que me haces! -nos quedamos mirando ambos, sin pensarlo más me acerque a su rostro para besarla de nuevo.

.

.

.

Estábamos frente de la gran casa, Kat estaba tensa, podía sentirlo a pesar de la distancia en la que estábamos. Finnick no pudo acompañarnos, ya que tuvo que ir a Washington a arreglar algunos papeles de la universidad y Katniss dijo que no quería que Effie se enterara de que íbamos a venir, si no se alteraría y no dudaría en venir con nosotros y según ella no era momento de que ellos se encontraran, es por ello que Anne y yo nos ofrecimos pero lo mejor hubiera sido que solo viniéramos mi hermana y yo, Katniss no tenia porque regresar a casa de su padre.

-Sigo diciendo que es mala idea que hayas venido. -dijo Annie expresando mi pensar.

-Tenia que hacerlo Annie. -respondió Kat, pero su voz sonaba agitada y yo no quería eso. - No podía dejar que ustedes lo enfrentaran solo por venir por mis cosas, es cosa mía y además algún día debía enfrentarme a él, solo espero que no este en casa, eso me haría las cosas más fáciles. Por lo regular a ésta hora está en el trabajo.

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-Sea como sea estaremos juntos en esto ¿ok? -le dijo mi hermana con una sonrisa.

Ellas se habían convertido en grandes amigas, después de arreglar sus diferencias por los celos de Annie, comenzaron a llevarse muy bien y siempre pasaban noches durmiéndose tarde platicando de cosas que nunca me dejaban saber... ¡chicas!

-Annie tiene razón, Kat. -le tome su mano. -Estamos juntos esto.

Ella asintió y nos acercamos a la puerta, de su pantalón saco una llave y después de tomar varias respiraciones la introdujo en el cerrojo y abrió la casa. Como era de suponer estaba todo oscuro y silencioso, parecía una mala imitación de una película de terror, los tres nos miramos confundidos al final Katniss se encogió de hombros y se apresuro al pasillo que conectaba a su habitación, Annie y yo la seguimos por el pequeño camino, que he de resaltar que Kat estaba caminando muy rápido, supongo que quería salir de aquí lo más pronto posible.

Entramos a su habitación y como supuse no había cambiado nada, aun seguían sus ropas tiradas en el piso y la cama desarreglada. Pero lo que más me llamo la atención y me lleno de bilis la boca fue ver la camiseta, la misma que recordaba que había llevado el día en que la lleve a los videojuegos, manchada de sangre y rota de algunas partes, Annie siguió mi mirada y se tapo la boca con ambas manos reprimiendo un gemido, cuando nos dimos cuenta una mano que tomaba rápidamente la camiseta.

-No pretendía que vieran eso. -hizo bola la tela y la arrojo en el sesto de la basura. -Es mejor que busque mis maletas.

Con ello comenzó a buscar en el closet las maletas, mire de reojo a Annie que solo se encogió de hombro y fue acompañar a Kat a sacar sus cosas.

Una vez fuera las maletas comenzamos a guardar sus pertenencias en ellas, conforme las íbamos llenando, yo iba a dejarlas a la camioneta que nos presto el padre de Gale, a mi segunda vuelta escuche un sonido extraño, pareciese a un gruñido, decidiéndome si ir o no, seguí el origen del sonido, este provenía de un cuarto que tenia puertas dobles. Algo dentro de mí me decía que debía alejarme, pero mi lado estúpido me dijo que era mejor ver, así que lentamente abrí las puertas.

-¡Demonios! -corrí hacia el señor Everdeen que estaba tirado en medio de la habitación, tal vez odiaba a este tipo pero tampoco era tan inhumano como para dejarlo ahí a su suerte. -¡Señor Everdeen pero que demonios!

El abrió los ojos estaban rojos y desenfocados.

-¿Quién eres tú... y que haces en mi casa? -su voz sonaba ronca, ahora veía de donde venían los gruñidos.

-Señor debe levantarse. -le dije, sabía que no tenia sentido porque se veía muy mareado.

Ya que no me hacia caso, lo tome del brazo y intente levantarlo pero para estar delgado pesaba mucho y no podía solo, y cargaba su peso muerto.

-A ti... a ti te conozco. -me miro mientras con mucho esfuerzo lo colocaba en el sillón. Y ahora que lo notaba era lo único de la habitación que estaba en pie.

-Si, señor... soy Peeta Mellark. -le dije. -Soy... amigo de su hija. -no quise decir cual era la verdadera relación que tenia con Katniss para evitar problemas.

Se recostó completamente, estirando su cabeza hacia atrás, pensé que se iba a dormir y era lo mejor, seguramente las chicas estaban preguntándose por mí.

-¿Mi hija? -pregunto cuando estaba dispuesto a irme.

-Si, y será mejor que me vaya.

Me aleje un poco más, pero él intentó levantarse murmurando no sé que cosas, en su fallido intento casi cae, pero logre sujetarlo.

La Chica De La Bufanda Roja (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora