REGLA 1: NUNCA DIGAS QUE LA GUARDIA ESTÁ TRANQUILA.

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Sábado 5 de marzo. 02:34 am

     Aún no he logrado comprender la razón por la cual, una eminencia como yo, está trabajando en un hospital como este.

      Villa Esperanza es un pequeño pueblo situado a las afueras de la gran ciudad, y, aunque la gente es amable, en este diminuto hospital nunca ha sucedido nada interesante desde que trabajo aquí, sin embargo, siendo sincero, este es mi tercer día; además, no hago esto porque sea mi vocación ayudar a las personas sin recursos. Este es un castigo por mi hermosa y envidiable personalidad.

Miércoles 2 de marzo. 1:43 pm

- ¿Ya te enteraste del rumor? - Preguntó Samuel, mi mejor y único amigo.

- Será un rumor mal difundido doctor, porque yo no me he enterado de nada. - Contesté luego de darle un sorbo a mi café.

- Amigo, siempre eres el último en enterarte de todo. Te aseguro que cuando mueras, no lo sabrás hasta que tu cadáver esté calcinado. - Mencionó entre risas.

- Solo enfócate y cuéntame el rumor. - Protesté sin indicios de sonrisa. Realmente suele ser una persona bastante molesta.

- Fue solo una broma doctor. - Rió nuevamente. - El asunto es que nuestro hospital estará trabajando este año con el colegio Dra. Elizabeth Geist. En resumen, nuestro sagrado lugar de trabajo se llenará de estudiantes preguntones.

- Como si no fuera suficiente con los internos. - Contesté y luego continué bebiendo mi café, el cual no logré terminar porque se escuchó por el altavoz la desagradable voz de la enfermera Fanny.

- Se solicita a todos los especialistas en obstetricia y cardiología en la puerta de emergencia. Se solicita...

     No esperé a que se repitiera el mensaje. Le di una mirada a Samuel y corrí directamente a emergencias. Al llegar, me esperaba Francis, uno de los internos.

- Dr. Presley, la paciente llegará en 3 minutos. - Mientras él hablaba, ambos caminábamos hacia la puerta a esperar la ambulancia. - Es una femenina de 29 años con 33 semanas de gestación. Embarazo gemelar con rotura prematura de membrana. Uno de los fetos presenta una malformación congénita que desconocemos.

- Francis. - El pobre chico me miró asustado. - ¿Por qué desconocemos la malformación del feto? - Dije mientras le entregaba el vaso de papel de donde bebía el café, ya que veía venir la ambulancia.

- Pues... verá doctor... que...- El camillero interrumpió abriendo las puertas de la ambulancia. Mientras sacaban a la paciente ella apareció para explicar.

- Paciente femenina de 29 años y 33 semanas de gest...- Esos hermosos labios rojos se movían y yo no podía dejar de mirarlos. Los labios perfectos de Meriam Geist.- ¿Entendió doctor? Necesitamos tratar inmediatamente la Tetralogía de Fallot luego de la cesárea.

- ¿Necesitamos? Gracias por su explicación profesora Geist. Vuelva a su colegio que los médicos nos encargaremos de esto. - Le dije dedicándole una sonrisa. Mi estúpida boca que no obedece las órdenes del cerebro.



*~~~~*


      Por mi parte, hice lo que un obstetra debe hacer, traer vidas al mundo. Sin embargo el Dr. Meyers, cardiólogo, sigue ocupado en el quirófano reparando las 4 malformaciones en el corazón de la niña. Con eso en mente abro mi casillero y me saco la camisa de la pijama quirúrgica. Mi turno terminó por hoy.

- Dr. Presley. - Interrumpe la bellísima enfermera Kate. - El director quiere hablar con usted en su oficina.

      Asentí y termine de cambiarme, no sin antes darme una ducha rápida. Al llegar a la oficina del director di dos golpes y abrí sin esperar la respuesta.

- Jeremy Presley. - Mencionó el anciano mientras se levantaba. Tras saludarnos me invita a sentar. - Sabes que no me gustan los rodeos, así que iré al punto.

- Lo conozco doctor. Por favor prosiga. - Mencioné ansioso. El director no suele llamarme a este lugar.

- Eres un médico excelente. Recibí una petición y me gustaría que tú la aceptaras. Quiero que seas docente en el colegio Geist.

- ¡Me niego! - Exclamé casi inmediatamente con un tono de voz elevado - No tengo intenciones de trabajar para Meriam.

- Me ofende que uno de mis médicos no sea capaz de separar los asuntos personales del trabajo. Jeremy, como obstetra eres muy bueno pero como persona careces de muchas cosas, sobretodo de humildad.- Me mantuve en silencio mientras el director hablaba. Admito que tiene razón. - Por lo tanto como rechazas este trabajo, entonces te enviaré a Villa esperanza hasta que la encuentres.

- ¿Hasta que encuentre a quién? - Pregunté aún sin entender por qué me estaban echando del hospital.

- Hasta que encuentres humildad Jeremy. Trabajarás en el hospital "El arbolito" en Villa Esperanza desde mañana. Sin discusión.

      Y aquí me encuentro. Un sábado a las 03:06 am en la guardia más tranquila de toda mi carrera. Ya dispuesto a cerrar los ojos para dormir, la enfermera más jóven se acerca asustada.

- Doctor, doctor, paciente, emergencia, hemorragia. - Dice con la respiración entrecortada y los ojos llorosos.

- Calma por favor. - Dije colocando las manos sobre sus hombros para que se tranquilizara. - Dime que sucede que no te entiendo.

- Hay una paciente en emergencias doctor. Está embarazada y con una hemorragia abundante.

     Mientras corría hacia la sala de emergencias recordé las sabias palabras de mi profesor: "Nunca digas que la guardia está tranquila".

CÓMO ESTUDIAR MEDICINA Y NO MORIR EN EL INTENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora