Han pasado aproximadamente 2 horas desde que el Cochino murió, aun no puedo creerlo... si hace solo un rato el estaba conmigo, y le abrí la ventana para que saliera a pasear, de haberlo sabido, jamás le hubiese abierto.
Me asome a la ventana... y afuera estaba, un conductor de un colectivo, al lado del Cochino, tomándose la cabeza, e intentando hacer despertar al recién mencionado, no hubo respuesta, entonces de alguna manera sintió mi presencia y volteo, y de inmediato se sintió avergonzado, yo me aleje de la ventana y en ese momento, me vino toda la adrenalina, ahora si estaba tomando en cuenta que acababa de pasar, baje las escaleras corriendo y abría la puerta de la entrada de par en par, salí a la calle y allí estaba, la luz del sol me dejo sin visión unos segundos, pero seguí corriendo, ahora estaba a su lado... finalmente, me arrodille junto a el y lo tome con delicadeza, no sabía que hacer en ese momento, solo reaccione a abrazarlo lo más fuerte que pude... y llorar.
Paso aproximadamente media hora desde que salí a ver a mi gato, ahora ya no me quedaban lagrimas, y sollozar solo hacía que mi cabeza doliera, el conductor aun estaba allí, sentado en la vereda, escondiendo su cabeza entre las piernas, se sentía muy culpable... por lo que pude ver, entonces se levanto y se acerco a mi
Hijo... - tomo mi hombro, yo volteé y lo quede viendo a penas, mis ojos estaban muy hinchados - Lo siento por lo de tu gato... no era mi intención, cualquier cosa que necesites, puedes llamarme... no te detendré si quieres estar molesto conmigo, lo siento amigo... ten - me alcanzo un papel, en el estaba su número de teléfono - llámame si necesitas algo o... si necesitas hablar, estarás bien?
Solo baje la cabeza y quede viendo nuevamente al Cochino, solo asentí, pasaron unos segundos y me dio unas palmadas en la espalda
Nos vemos... - se dirigió a su colectivo, se subió y partió viaje a terminar su recorrido, yo me quede allí unos minutos más, hasta que finalmente me puse de pie y volví a la casa, con el Cochino en brazos.
Eran aproximadamente las 8 de la tarde, y yo me encontraba en el patio de mi casa, con una pala en la mano, al lado mio tenía al Cocino en una manta y frente a mi un recién echo, agujero de aproximadamente 1 metro de profundidad, me arrodille junto al Cochino y lo tome para poder meterlo dentro de este... lo quede viendo unos minutos... y lo comencé a meter.
Finalmente no pude, era demasiado, necesitaba tomarme mi tiempo, así que deje la pala a un lado del agujero y me lleve al Cochino a un sector de mi patio en donde habían bastantes flores, lo deje encima de estas y lo tape bien, al día siguiente tendría el valor de enterrarlo, me puse de pie y camine a la entrada, mire por ultima vez al Cochino y entre.
Estaba en mi habitación ahora, sentía el pecho pesado, era una horrible sensación de culpabilidad, me senté en la punta de la cama y puse mis manos sobre mi rostro, otra vez había empezado a llorar
Esto no puede... estarme pasando a mi - susurre para mi mismo, me recosté hacía atrás y no se en que momento me quede dormido.
A la mañana siguiente, un gran resplandor chocaba contra mi rostro, haciendo que mis ojos ardieran, era la luz del sol que venía por mi ventana, había olvidado cerrar las cortinas, me senté y entonces me puse en situación, recordé lo que había pasado el día anterior y me deprimí nuevamente, esto era peor de lo que pensaba... entonces fue cuando lo escuche un maullido... uno muy familiar, mis ojos se abrieron como platos, esto no podía ser posible, corrí por las escaleras y baje al primer piso, fui a la puerta corrediza y salí al patio, allí estaba el agujero, la pala y una manta tapando a mi gato, corrí en su dirección, este seguía en la posición del día anterior... y su rostro había empeorado, esto era horrible, una horrible situación, me arrodille a su lado y nuevamente comencé a llorar, últimamente lo hacía bastante, entonces comencé a escuchar un maullido lejano, mire a todos lados, no sabía de donde provenía, este se hacía cada vez más cercano y fuerte, hasta que sentí un golpe en el pecho que me tiro hacía atrás, cayendo dentro del agujero que había cavado el día anterior, entonces los maullidos se hicieron claros y precisos, venían de afuera del agujero, eso era seguro, desesperado me puse de pie y lo vi, era el Cochino, estaba allí, como si nada hubiera pasado, intacto y hermoso como siempre.
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7 Vidas - Jainico Yaoi
RomanceResumen: Jaime es un joven de 21 años, algo enojon y mal carácter, pero en el fondo una persona con gran corazón, el es amante de los juegos y los gatos, incluso tiene uno, pero un día este muere, después de la muerte de su gato, el cae en una terri...