"Las cosas que jamás diré".

"Eres razón para confiar"

No quería desprenderme de ese momento mágico, no quería soltar a Logan, nuestros padres estaban emocionados, él les había hablado de mi a los suyos. Yo por supuesto no, pero ellos me conocen mejor que yo.

Saliendo de ese lugar nos dirigimos hacía un restaurante de pinta muy elegante.

- Estás nerviosa? (Me preguntó Logan).

- (Sonreí), nerviosa. Nerviosa feliz.

- Porqué me costó tanto convencerte Rachell?...

- Es difícil confiar en alguien hoy en día, es difícil dar el siguiente paso. Quizá yo retrocedí demasiado pues me hicieron daño, y cuando te hacen daño mas de una vez, es decir, con una sola vez que te rompan el corazón es razón suficiente para tener miedo y no querer confiar en alguien nuevamente. 

- Creo que tienes algo de razón...

- Sólo algo de razón?

- Si, esta bien, tienes miedo y lo entiendo, pero sabes, así es la vida. Si no te levantas te quedarás ahí, en el mismo lugar. Sola. Sin amar.

Al terminar la cena se dirigió a acompañarme a casa, al parecer mis padres y los suyos ya se conocían desde antes, así que esa misma noche regresaron juntos a la otra ciudad.

Mientras caminaba de su mano, tan suave, sentía como encajaban perfectamente, sentía esa magia saben, magia de verdad. Mi corazón estaba feliz, respiraba el aire más puro y sonreía nuevamente.

Sinceramente, no podía creer que ahora esta era mi situación en la vida, que yo tenía a alguien para amar, y que ese alguien me amaba quizá aún más todavía. No podía contener mi emoción, era tan desbordante verlo y sentir su cariño, sentir su mirada desde esos profundos ojos café, si, "café que quitan el sueño, café que producen desvelos", ver esos labios, Dios, no dejo de verlos, son tan suaves, jamás creí volver a confiar, todo se dio tan rápido de repente, pues de un abrir y cerrar de ojos estaba ahí besándolo y el proponiéndome matrimonio.

 Así de directo era su amor, así de puro. Había esperado mucho tiempo por mi.