Epílogo 2.

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El miedo siempre está presente en todas las etapas del ser humano, pero en la adolescencia es donde se vive más.
Y me costaba admitirlo, ahora que aparte de ser una persona reconocida en el mundo por haber podido dejar su huella, era abuela de tres adolescentes.
Había vampiros de todo, pero los adolescentes son los que más varían.
Esta historia, la vida, mi vida siendo la eternidad y todo lo que conlleva serlo te muestra que no hay nada más difícil que sentirte bien contigo mismo en la adolescencia.

No sabes qué hacer, y le temes a todo. Por más rudo que seas, en el fondo, eres sensible.

En la adolescencia es donde más personas mueren, porque a veces se nos cierra el mundo y creemos que no hay salida. Pero no hay obstáculos que no puedas vencer, no hay nada que puedas superar.

Yo viví mi vida mal, y ahora mírame, estoy genial.

Eres esa clase de chicos que tienen su lado oscuro, su etapa negra por un momento, y cuando crezcan se lo contarán a su familia. Yo lo fui, y lo soy.

—Entonces volví a nacer y me convertí en lo que soy. —Dije en voz alta, contándoles la historia de mi vida a los jóvenes que me acompañaban.

—Abuela, usted no sabe lo que dice. —Dijo mi nieta, y se fue caminando por la puerta.

Los otros la siguieron y no me creyeron.
Pero ellos no lo sabían.
Yo era la eternidad.

Aeternum.  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora