Capítulo 21: No te creo

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Kai salió del departamento de Kris con el resto de chicos. Hicieron grupos de acuerdo del lugar a dónde se dirigían y empezaron las despedidas. En un momento, Tao le pidió a Jongin un momento para conversar los dos solos en privado. A pesar de las quejas del bailarín y sus amenazas de que igual iba a contarle todo a Kyungsoo, el muchacho insistió que quería hablar sólo con él. 

–¿Por qué tanto misterio, Tao? Es mi novio y mi confidente, se lo contaré todo después con lujo de detalles, ¿por qué no le dejas venir?– se quejó infantilmente. 

–Bueno, es que yo...– Tao hizo una pequeña pausa. –Yo he aprendido algo muy importante en todo este tiempo y creo que todo esto está relacionado justamente con eso: con el tiempo. El tiempo es gratis, pero no le puedes dar un valor. Tampoco puedes adueñarte del tiempo, pero puedes usarlo. Puedes tenerlo, pero no mantenerlo. Y, una vez que lo has gastado, jamás lo tendrás de vuelta– el chico suspiró. –Lo que quiero decir es que no importa cuántas vidas hayas tenido o creas que tendrás, jamás será suficiente y jamás podrás vivir la misma cosa dos veces. El tiempo perdido, se pierde para siempre. Sólo te recomiendo que tengas cuidado con respecto a eso, Kim Jongin.  

–Entonces tú...– Kai quiso hablar, pero el más alto de los dos no se lo permitió. 

Cuando regresó a sus sentidos, se dio cuenta que ya estaba con Kyungsoo y otros de sus amigos en un restaurante. Se sintió completamente confundido y su mente estaba dando vueltas en una idea particular. 

–Te siento muy distante y callado, Jongin. ¿Estás con nosotros?– quiso saber Sehun, preocupado. 

–Sí, sí. Sólo que me quedé pensando. Realmente quiero descubrir lo que está pasando– Jongin se justificó y Kyungsoo acarició su pierna.

–Todos queremos– comentó Baekhyun, mientras alzaba su bebida fingiendo un brindis al respecto. La comida llegó y la conversación se tornó mucho más liviana para todos. 

–¿Puedo hablar contigo?– preguntó Luhan en el oído de su novio, mientras los demás conversaban animados. Se separaron un poco del grupo y fueron al baño. Sehun hizo un par de preguntas que no fueron contestadas. Cuando llegaron al baño, el rubio cerró la puerta con seguro y acorraló el muchacho, a quien le costó un poco reaccionar. 

–¿Lu? ¡Lu!– exclamó cuando unas manos empezaron a tocarlo, fue la poca fuerza de voluntad que le quedaba lo que logró que pudiera apartarlo un poco. 

–No digas nada y disfruta– dijo el mayor de los dos ceca de su oído y luego mordió su lóbulo. Sehun se descuidó por un segundo y terminó haciendo lo que le dijo: disfrutar. Pero pronto, a pesar de que no quería parar, separó nuevamente al rubio, no sin antes besar sus labios con dulzura, para preguntarle por el arrebato inesperado. 

–Lu, creo que no es el momento ni el lugar. Es un baño público, alguien podrían hacer un escándalo, podrían atraparnos. 

–Lo tendré en cuenta y lo incluiré en el grupo de cosas que no me interesan– bromeó tranquilo, mientras metía sus manos dentro de su camisa. Sehun quería ser razonable y responsable, sacar a su novio de ahí antes de no poder parar y luego arrepentirse. 

–Pero Lu...– quiso seguir con sus quejas, pero Luhan lo conocía tan bien, que tocó y mordió lugares específicos con propósitos específicos. –Por favor, para– rogó el menor en un susurro, intentando evitar que un gemido se escapara de sus labios. 

–Entonces vamos a otra parte– pidió el rubio. Maldito Luhan. Sabía qué hacer y cómo para que Sehun no fuera capaz de negarse. Hubieran podido escapar, pero iban a conversar de cosas muy importantes con los demás y no podía simplemente irse. El castaño lo apartó con delicadeza, pero sólo intentó enojar a su novio. 

–Lu, por favor, no te pongas así. 

–No te quejes luego, cuando no quiera que me toques– amenazó resentido y salió del baño enojado. Se sentó al lado de Kyungsoo, que enseguida le preguntó si algo había pasado. 

Luhan vivía solo y, la mayor parte del tiempo, Sehun se pasaba en su casa con él. Ese día, fue diferente. Le costó demasiado al menor de los dos convencer a su fastidiado rubio que le dejara quedarse, después de la escena en el restaurante, cuando todos pudieron notar que estaban peleando. Finalmente, el rubio dejó la puerta abierta y empezó a hablarle. Eran pasadas las cinco de la tarde, cuando Luhan empezaba a quedarse dormido mientras venían la televisión. Sehun lo miró, era muy tentador. Se sintió mal por aprovecharse de la situación, logró acercarse a él, después de haber sido rechazado toda la tarde. 

–Lu– le llamó cuando lo había envuelto en sus brazos. Esperaba otro rechazo, pero contrario a lo que pensó, el chico se aferró a él y empezó a besar su cuello y el inicio de su barbilla. 

–Nunca vuelvas a rechazarme, Sehun– pidió, mientras se acomodaba para quedar recostados sobre el sofá. –No tienes idea lo que provoca en mí el que no me quieras a tu lado. Fue demasiado difícil para mí aceptarte y decir abiertamente lo que siento por ti. Por eso, si me rechazas me asusto, demasiado. 

–No te estaba rechazando, Lu. Por favor no lo tomes así. Es sólo que no podemos besarnos en cualquier parte, alguien podría vernos.

–Entonces, ¿te molesta que se sepa que estamos juntos?– preguntó Luhan con una expresión de preocupación y una cara de niño bueno y y perdido, que hizo que Sehun se sintiera terrible. 

–¡No! ¿Crees que es fácil para mí pretender que no pasa nada cuando quiero besarte hasta dejarte sin aliento? No eres tú, ni soy yo. Es sólo que la gente es mala, Lu. Ya te han demostrado que no dudarían en hacerte daño. Sólo intento protegerte. Además, debo admitir que me sorprendió saber que querías hacerlo en un baño público, ese no es tu estilo para nada. 

–Es porque recordé– admitió Luhan con la mirada baja, temeroso de la posible respuesta de su novio. 

–¿Qué recordaste exactamente?– preguntó Sehun preocupado. 

–Todo.

–¿A qué te refieres con todo?– quiso saber el menor, alterado. 

–Las otras vidas, las cosas que hicimos mientras estaba en trance. Y también, nuestro primer encuentro. 

***

–Jongin– el chico dio un pequeño brinco de sorpresa al escuchar que Kyungsoo lo llamaba. 

–Dime, Dodo– respondió con una sonrisa. 

–Te veo algo distraído. Estoy un poco preocupado de que luego no recuerdes lo que estamos viviendo ahora mismo. ¿Te sientes bien?– quiso saber con preocupación y Kai negó con la cabeza. 

–Sí, estoy bien. Tranquilo, no me pasa nada. Es sólo que estoy pensando en lo que Tao dijo. Él sabe algo que nosotros no y para mí que es algo más grande de lo que podemos imaginar. 

–¿Qué te hace dudar de él?– Kyungsoo se veía bastante interesado en el tema. 

–Mencionó experiencias previas, cuando insistió no saber nada. Lo que dijo y la forma en la que me la dijo no me pareció normal. No era el Tao mimado y caprichoso de esta vida. Era un Tao que yo ya conocí una vez. 

–¿Qué te dijo exactamente?

–No sé, sonaba casi como un poema sobre el tiempo perdido que nunca recuperaremos. 

–Bueno, podría estar preocupado, ¿cómo sabes que oculta algo?

–Solamente lo sé. 


Overdose: Sobredosis de emociones (OT12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora