5.

17 2 5
                                    

Charlie fingía estar enfermo. Según el tenia un resfriado y le dolía la cabeza. Incluso llego a pensar que seria un fantástico actor. La señora Walker le creyó toda su mentira. 

Cuando su madre le colocaba el termómetro en la axila, o la boca, el siempre aprovechaba que su madre se diera una vuelta por la casa para colocarlo en su té. La señora Walker era tan ingenua.

Pero Charlie lo disfrutaba. Su madre le preparaba su comida favorita, y jugaba sus juegos favoritos. Y no asistiría al colegio.

No le apetecía ver a Dave, inclusive a Charlotte.  

No quería confiar en nadie. Si algo le enseño la vida es que en este mundo no se puede confiar de nadie. Ni siquiera de Charlotte. 

Fiarse de Charlotte significaría encariñarse de ella.

Ademas, Charlotte es muy bonita. Ella no merecía aun perdedor como Charlie ¿Cierto?. 

Charlie retiro el termómetro del té. 39 grados, con eso basta.

Escucho que alguien llamaba a la puerta.

-Adelante.

No entro su madre. Para su mala suerte entro Charlotte. 

¿Como consiguió su dirección?

-Conque estas enfermo -Charlotte coloco ambas manos en su cintura. Parecía no creerle la mentira.

-Pues si -dijo el. 

Charlotte no creyó su embuste. Ella era mas astuta. 

-¿Tienes fiebre? -toco su frente y después la de Charlie.-Yo creo que no

Charlie no respondió. 

-¿Es por lo del papel? ¿Verdad? Charlie ignóralos. Cierto, sobre eso, hable con Dave, el dijo que no volverá a molestarte, ya puedes ir a la escuela tranquilo.

El cruzo los brazos, cada vez le agradaba mas. 

-No es tan fácil -aseguro Charlie. 

-Claro que si lo es -dijo con aire despreocupado.

Al fin y al cabo Charlie terminaría enamorándose de Charlotte. Que pena que ella no.




CharlotteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora