Cap8

201 17 4
                                    

un poco más tarde vi que seguían en el salón y, como siempre, me entrometí no con palabras, sino que entré y les lleve bebidas sin que me lo uniesen pedido, con el fin, digo la verdad, de saber lo que estaban discutiendo, aunque tratándose de Regina no era fácil no era fácil discutir, era pacífica y sabía llevar a robin, aunque ignoraba todo lo que hacia su marido fuera del hogar. Cualquiera que lo supiera descubriría las mentiras, pero yo, ante todo y sobré todo no quería hacerle daño a Regina y estaba segura que sí yo dijera lo que sabía, Regina se volvería loca de desesperación.

Entre y trate de saber por dónde iba la conversación a tales alturas. Robin decía en aquel momento como una exclamación arrogante.

-Que cosas dices Regina! En modo alguno me paso, por la cabeza ahogar en el trabajo la pena que me pudiera producir no ser padre todavía...

- tu nunca has ahogado en el trabajo Luis penas, pero desde hace algún tiempo estas distinto. Cuando una persona ama a otro sabe siempre, por una causa que desconozco, cuando hay altibajos, vacilaciones e incoherencias. Yo creo que eso te ocurre ahora.

-llevo años aguardando la sorpresa y no ha llegado aún, ni va a llegar ya, me temo. No me gustaría que eso fuera un motivo para nuestro matrimonio se desmoronará. Yo te amo como el primer día. Te necesito intensamente. Para mi, robin, es un consuelo salir de mi oficina, entrar en el hogar y verte por ahí en zapatillas, en bata o vestido aún para esperarme y llevarme al cine. Sí eso me faltara, me dejaría morir.

- vaya! No te pongas dramática, a estas alturas ya no merece la pena discutir por algo que los dos hemos aceptado de buen agrado.

- No robin, no, yo sigo anhelando ser madre, pero las cosas parece que en ese sentido se han torcido pera los dos.

-lo mejor que puedes hacer es vestirte para ir a dar un paseo, a cenar, si gustas, aunque antes podríamos ir al cine a distraernos. Siento que mañana no pueda acompañarme. Ya de que los domingos me necesitas mucho más, pero el trabajo impone sus reglas.

Robin había reservado aquel domingo para zelena, daría todo cuanto tengo, porque Regina descubriera la verdad. Pero yo no sería quién se lo dijera. Amaba demasiado a Regina para hacerle daño y, por lo visto, el tampoco pensaba hacérselo, así que iba a vivir con dos mujeres, la esposa y la amante, y engañaría a una y a otra, pensaba yo, con todo el cinismo del mundo. Nunca lo había considerado cínico, pero observaba que lo era y mucho.

- Me resignare a quedarme en casa o a llamar a alguna de las compañeras del despacho. Sin ti el día es muy aburrido, pero tendré que resignarme, aunque te advierto, robin, que ese trabajo tuyo me tiene muy molesta. No me gusta que por trabajar tanto y ocuparte de lo que no es tuyo- porque la fábrica no lo es ni nunca lo será- me dejes a mi sola. Tendrás que pensar en ello; este domingo, pase, pero no te perdonare ningún otro.

Y la muy tonta le pasaba la mano por el cuello y le besaba en el pelo.

Wow al fin sabemos que piensa REGINA sobre el "trabajo"de robin, pobre Regina.  Y Emma muuuuy atenta a lo que dicen.
Les invito a que le he gen un vistazo a otra historia que comencé a escribir, aún no se qué será, me podrían ayudar votando por su favorito: outlawqueen, Evilcharming, hookqueen o swanqueen.
Bien, actualizare pronto, besos.

Special secretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora