Dejar de evitar

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—¡Que me duele el útero te dicen!

-Deja de fingir y levantate, vas a llegar tarde de nuevo —respondió mi madre a la vez que me lanzaba un libro para golpearme. Me levanté, era el Quijote el que de seguro me dejaría el hematoma para toda la semana.

Me subí al carro y las notas me fueron martillando los oídos. No me importaba mucho la música, sólo era una muralla, un bloqueo a un exterior tan inestable y abrasivo. Enfrascarme en mis pensamientos era lo que buscaba para esos viajes mañaneros, que para algo se disponían tan longevos.

¿Qué estás haciendo con tu vida?

Sentía que algo me faltaba, mas no estaba segura del qué, era una comezón que se escondía en mi interior. Algo me faltaba... Y se notaba, pero no entendía que era exactamente ¿Libertad? ¿Salir de ese colegio? ¿Amor? ¿Amanda? ¿O era algo que escapaba de mi entendimiento?

A primera hora tenía clases con la profesora Caprice, me estaba acostumbrando a pasar disgustos con los humanistas, cosa del día a día no más. Lo importante de esa clase era ese hecho, el que era del electivo, y como Amanda era de mi mismo electivo y estaba dispuesta a cambiar mi switch eso me ponía bastante nerviosa y ansiosa, la verdad es que no sabía bien que hacer para acercarme. Es evidente que una parte de mí me gritaba para mantener todo tal cual, estaba en una disyuntiva.

Afortunadamente para mí siempre demoraba en buscar puestos cuando era hora de ir a la sala del electivo, y al estar tanto rato de pie mirando desesperada por un asiento desperté la bondad de una compañera de curso. Lucy me hizo señas para sentarme al lado de ella, pues si bien yo siempre me sentaba sola aquella vez la persona que siempre se sentaba con Lucy no vino, así que me ofreció un lugar a la par de ella en la fila de la ventana.

Dejé mis cosas y al levantar mi mirada me encontré con una intranquilizante sorpresa, al frente de nosotros estaba Amanda sentada con otra chica más del curso. Y es que era normal, no sé como no me lo esperé, si las mujeres humanistas del curso se sentaban siempre juntas.

Me puse algo nerviosa y empecé a sudar frio, pero ¿Por qué? Me di cuenta que era estúpido, sólo estaba cerca de ella, rodeadas de otras 30 personas más, nada raro iba a pasar, estábamos en clases de ciencias sociales, sólo eso. Respiré tranquila al fin y me senté desganada apoyada en la muralla, saqué mi cuaderno aunque no pretendía escribir, estábamos a fines de Mayo y ya los ramos electivos me daban igual, eran un chiste, con suerte prestaba atención, pero como predije al principio, mis mejores notas las tenía en los electivos. La verdad es que no podía entender como algunos humanistas sacaban notas bajas de 5,0 en las pruebas y los trabajos, cultura general, era demasiado sencillo, examenes a prueba de tontos. Como sea, me revolví como nada en mi silla para prepararme a echarme una siesta, la voz de Caprice era perfecta para acunarme y dormir.

—Herodoto fue el padre de la historiografía...

Y ahí va de nuevo... Lista para dormir.

Luego de eso intenté irme en negro, pero no podía dormir, ni si quiera dormitar, sólo conseguí descansar y cerrar mis ojos. No tenía para qué dormir, tenía a Amanda al frente mío. Y como lo predecible de las novelas siempre cae en mi historia Amanda se dio vuelta y me habló, bueno, nos habló a las dos, a Lucy y a mí.

—No sé de qué color pintar esta parte que me falta —nos mostró una especie de dibujo tribal que estaba haciendo, era casi como una mandala, mas dibujado por ella.

—Yo le pondría morado —dije lo más relajada posible.

—O quizás celeste —dijo Lucy.

—Me gusta esa idea, le pondré morado —se dio vuelta y sacó un lapiz de tonalidad morada de su estuche.

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Pasó un rato pintando hasta que volvió a hablar —¿Cuáles son son sus colores favoritos
— Nos preguntó de la nada sin dejar de estar en sus cosas.

—Estoy entre el celeste y el verde claro —dijo Lucy.

—Pues, como el negro no es un color, creo que entonces el morado —dije.

—¿En serio? El morado también es mi color favorito —y se dio vuelta y me miró un par de segundos a los ojos. Sentí que estaba viviendo el Deja vú más grande y doloroso de mi vida. Ella me había dicho exactamente lo mismo hace 3 años... Sentí como si estuviera volviendo al pasado.

Como si todo se hubiese congelado me miraba, la miraba, me miraba, la miraba, me miraba, la miraba.

¡Di algo carajo!

—¡Buena! El morado es pulento.

¡Ay Señor! Azul ¿No se te podía ocurrir algo mejor?

—Sí, de acuerdo, aunque me gusta bien obscuro porque cuando se aclara...

—Parece rosado —la interrumpí para seguir hablando por ella.

—Y el rosado no me gusta —dijimos al unísono, como un coro. Se detuvo el tiempo, la miraba, me miraba, nos mirábamos.

—¡Wow! Ustedes son de locos, es como sí se conocieran de toda la vida... Ahora que lo pienso las dos son como de la misma onda, son muy parecidas, y las dos tienen sus comentarios ácidos y son como distintas del resto —agregó Lucy.

¡Vamos carajo! ¡No te hagas la tonta! Estoy segura de que tú sabes que las dos fuimos amigas, y estoy segura de haberte contado algo... Si no jodas ¡Eramos todas en algún momento del mismo grupo de amigos!

Lucy es inteligente, y bien analitica, estoy segura que ella se sabe nuestra historia y nuestra onda al revés y al derecho, y sin si quiera haberle contado mucho. Estoy segura que lo que dijo lo hizo intencionado... Quizás qué planea, nos está guiando hacia un lado... Quiere que conectemos.

¡Está experimentando contigo! Es como Freud, pero más diabolica.

No supe qué responder, Lucy me la había planteado difícil. Y con los nervios de punta agarré el lapiz, y miré hacia el pizarrón donde estaba siendo proyectado el power point como si justo la profesora hubiese dicho algo tan importante para mí aprendizaje que no podía perdérmelo... Sí, el método cientifico en la historiografía... Espera ¿Esa mierda existe? ¿Cómo esa basura va a tener un método cientifico? Si no se pueden establecer verdades absolutas, es demasiado subjetivo, así que solté el lapiz indignada.

Toda esa extraña reacción bipolar había ocurrido en sólo 8 segundos, así que más que un silencio incomodo había quedado como una pausa requerida.

—Sí, pero Azul es más bacán, de repente dice cosas que impresionan —me sonrió al dar su segura y justa respuesta al dialogo abierto que había creado Lucy. Le entró bien a lo que Lucy quería.

—Eh... No lo creo —balbuceé, no sabía qué responder a eso. No lo esperaba, estaba siendo extrañamente amable conmigo, sentí que algo estaba pasando, algo raro, eso no era normal.

—¿Qué no? Tú lo sabes —dijo y se dio vuelta, sin dejar de pasar unos instantes por mis ojos, y volvió a concentrarse en pintar su dibujo.

Miré a Lucy con la peor de las miradas posibles, las cosas que insinuó me llevaron a ese momento tan incómodo. La quería matar, y que sí, yo quería acercarme a Amanda, pero no de esa manera, eso fue demasiado directo, y demasiado abrupto, no estaba lista. Aunque supongo que jamás hubiese estado lista, por algo se llevaban evitando las cosas por tanto tiempo.

¿Ahora qué vergas con Lucy? ¡Averigua yegua! Que eso no fue casualidad de la vida.

La miré con tono interrogativo - Oye ¿Qué onda?

—¿Qué onda qué? —me respondió con cara de desentendida y de desinterés. Se estaba haciendo la huevona, no había caso, había que dejarlo ahí.

Saqué unas galletas de mi mochila, las dejé sobre la mesa y empecé a comer. Lucy también empezó a sacarme galletas, era algo normal, siempre que alguien se sentaba cerca mío y yo sacaba mi merienda en clases le compartía, a tal punto que la gente que me conocía del curso ya no me preguntaban, llegaban y me sacaban. No me molestaba, pero esta vez Lucy se estaba sirviendo de mis galletas como paga, se estaba pagando por haberme ayudado con el movimiento.

No sé como, pero esa chica siempre me lee la mente... Siempre me ha frustrado saber que ella me conoce tan bien, mis cosas buenas; mis cosas malas, sobre todo las malas, las conoce. Halla siempre la manera de conocer hasta mis más profundos secretos, incluso cuando era más joven, cuando iba en básica siento que ella me conocía más de lo que yo misma me conocía.

"Es como Freud, pero más diabolica"

Azul AcquabiancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora