Último aliento

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12:20 Am.

Todo está oscuro, miro hacia el techo de la habitación en la que me encuentro y solo encuentro una inmensidad infinita de oscuridad.
A mi lado no hay nadie, como siempre, mas sin embargo no sé cómo calmar esas ansias que tengo de que algún ser me acompañe pero no cualquiera; el...

Un dolor increíble en mi estómago me hace levantar de inmediato, esto ha pasado desde hace ya algún tiempo. Tal vez se deba a la falta de buenos alimentos en mi estómago ya que desde que salí corriendo de casa no he tenido ni una sola oportunidad de comer algo decente y eso ya hace un mes.
Mi cuerpo está débil lo sé, una fiebre intermitente llega por las noches y no se va hasta el amanecer cuando decido que tengo que levantarme para trabajar en el día; No hay comida, no hay buenas horas de descanso.
Me arrastro por el suelo en busca de alguna medicina, sé que aún me quedaba alguna de la vez en que tuve que robar una farmacia para tratar de calmar estas pesadas noches pero en medio de siluetas nocturnas y un dolor inmenso no logro hallar nada. 'ayuda' susurro pero mi voz solo hace eco en la habitación antes de que las siluetas desaparecieran y la oscuridad me llevara con ella.

9:24 AM
Abro los ojos de un solo golpe, una exclamación sale de mis labios secos mientras me reincorporo en el suelo. Miro a mi alrededor, ya no hay oscuridad pero si una calma y una sensación de soledad que me dan ganas de llorar más me aguanto las lágrimas porque le había prometido a mi padre adoptivo antes de su muerte que iba a seguir caminado aunque todo se encontrara en un complete desastre...como ahora.
'Toc toc toc' Suena la puerta del departamento de hotel en el que estoy viviendo, no he pagado ni un centavo desde hace una semana así que el propietario debe estar aquí para venir a sacarme. Me levanto lentamente mientras el sonido se repetía en la superficie de madera cada vez más desesperado
-ya voy- Digo en voz alta aunque no sé de donde saque la fuerza para decir esas palabras.
Tambaleando, llego a la puerta y la abro preparado para enfrentarme al enfurecido propietario; mas para mi sorpresa llego fue una sorpresa divina. –Kanda...-
-Moyashi, debes venir conmigo- Su voz gloriosa y por supuesto enojada retumbo en mis oídos hasta casi hacerme caer.
Él fue la razón de mi escape de casa, en mi nuevo "hogar" con mi nuevo tutor, el ser gay está prohibido y al yo confesarme en público durante una fiesta social provoco una Guerra en casa que fue el motive de mi escape.
Paso hace al menos un mes y medio, yo ya llevaba más de un año mirando fijamente al hijo del socio de mi tutor. Su nombre: Yuu Kanda.
Era más que obvio que era adoptado como yo, su tez asiática y cabellos negros como la noche lo delataban debido al contraste que tenía con la tez más morena y apellidos franceses de sus familiares cercanos. Y esa diferencia exótica lo era todo para mí.
No me atrevía a confesarme debido a que sabía lo estricto que era Marian (mi tutor) referente a las relaciones además del poder social que mi familia y la de Kanda tenían, revelar mi sexualidad sería un caos.
Pero fue en esa fiesta cuando le vi vestido en un traje oscuro que combinaba sus ojos y sus labios cerca de los míos en un beso que no podía darse que decidí mandarlo todo a la misma mierda y le grite en medio de la gente.
-"Yuu Kanda, me gustas"- Solo escuche un 'oh' a mi alrededor y seguido de eso, murmuro, ninguno que mostrara simpatía por el acto arriesgado que acababa de cometer.
En cuestión de segundos mi maestro me tomo de los brazos y Kanda desvió su mirada fría a mi persona, parecía desprecio, si eso... mi amor me despreciaba mientras que yo era vergonzosamente arrastrado entre la multitud hacia a paliza que me esperaba luego.
Pero si me despreciaba ¿Que hacia aquí? ¿Como me encontró?...
Allí estaba el en este nuevo y lamentable presente, viéndome enfermo y miserable ¿acaso se burlaría de mí?
-Kanda ¿que haces aquí? ¿Marian te mando a buscarme?-
-No, Marian no tiene ningún interés en saber dónde estás- Respondió el en una voz serena como si no le sorprendiera mi estado, a cambio sus palabras golpearon en mi pecho como una bala, sabía que mi tutor no era preocupado por mí pero aun así no deseaba su odio. –Vine por mis propios métodos, mis propias razones-
-¿Te burlaras de mí?- Prácticamente escupí las palabras aunque no podía despreciarle...no, yo lo amaba.
-Nada de eso, vengo ayudarte pedazo de idiota ¿Me dejaras pasar?-
Quería responder algo grosero y sacarlo de mi vista pero... simplemente me hice a un lado y deje que el entrara en mi pobre habitación de motel.
Todo estaba sucio y desordenado, la cama llena del sudor de mis fiebres nocturnas y en el suelo había un líquido verdoso, tal vez de alguna medicina que tire por la noche al desmayarme.
-Interesante estilo de vida- Comento Kanda antes de darse vuelta y mirarme, sus ojos tan perfectos traían a mí una sensación que mi cuerpo apenas podía tolerar, tambaleé de nuevo pero un sucio sofá me salvo de llegar a tocar el piso.
-¿Que deseas?- Le pregunte evitando su cara perfecta, como la cara del ángel caído que te dio la destrucción.
-A ti- Respondió el haciendo que mi aliento se detuviera un instante provocando un mareo inoportuno.
-¿A mí? ¿qué clase de broma es esta? - Le dije aun sin mirarlo, con una voz más dulce de la que pretendía.
-Estuve pensando mucho en la noche de la fiesta, tu confesión de adolescente desesperada de ese día hacia mi...-
-No estoy para bromitas idiotas, Bakanda- Interrumpí sin deseos de escuchar lo demás
-¿Puedes esperar que termine?- Replico Kanda en voz alta, tal alta que mi cuerpo salto aunque estaba seguro que ni siquiera llego a grito. –Fue estúpido lo que hiciste, arriesgaste todo por un momento de debilidad, ahora vives en desgracia por ello tan solo mírate, no puedes levantar la cabeza sin que vayas a desmayarte, vives en una porquería cuando con el Sr Cross tenías cualquier lujo que se te antojara, todo por tu pequeño show...- Iba a hablar en ese momento, no tenía las fuerza ni las ganas para tolerar un regaño además del que ya me daba la vida por no haber nacido "correcto"; pero sus palabras siguientes borraron todo de mi cerebro- No podías decirme tus sentimientos en secreto, en un sitio oscuro solo para nosotros, allí...solo allí yo hubiera podido decir que si y protegerte del desgraciado mundo-
'¿Qué? 'Pensé pero mis palabras no salieron, solo mi mirada se levantó de nuevo hacia su perfección pero estaba vez soportando la vista con el peso de la curiosidad. Kanda suspiro.
-Veras, niño idiota- Si, me dijo así sin ningún tipo de delicadeza – Sabia que yo te gustaba desde el principio, nunca fuiste nada discreto, fue muy molesto en un principio ¿sabes? Todos tus pequeños actos hacia mi eran de lo más molestos pero... jamás nadie había hecho tales cosas por mí- En ese momento sus palabras se acallaron y solo el silencio reino entre nosotros.
Yo no sabía qué hacer, jamás espere esas palabras y odiarme a mí mismo por ser tan obvio era solo otra raya más en la cebra de odio personal que cargaba a mi espalda.
-Quiero sacarte de aquí- Volvió a decir el con un tono más calmado pero sin suavizar la expresión fría de su rostro- Levanta tus cosas, te llevare a mi hotel y me encargare de ti-
-No necesito tu lastima- Comencé a decir, aun sin sonar lo suficientemente duro pero a juzgar por su expresión el mensaje llego de igual manera –Si haces esto solo para no tener un cargo de conciencia pues pierdes tu tiempo, si yo vivo o muero no es tu problema ni de nadie, ya me acostumbre a estar solo-
-Ves que si eres un complete estúpido?- Me respondió a él y se acercó más jamás supe su intensión ya que mi rabia interior lanzo mi cuerpo hacia él, dispuesto a descargarse de todo ese peso que había empezado por su culpa pero de nuevo mi cuerpo debilucho no lo aguanto y la oscuridad fue lo único que llegue a alcanzar.

Stupid Love Notes by Yen21 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora