Capítulo 12

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Una gran responsabilidad recaía sobre mis hombros. Estaba colapsada, pero por una parte mantenía la esperanza de que esta situación fuera para beneficio de aquellos que quieren que la Tierra prospere. Aunque estuviera engañándome a mí misma.

Obviando la tensión que nos envolvía, fuimos directo al grano. Al principio empezamos aclarado los orígenes de cada uno. A ver, no todos los días te encuentras con una Diosa que se encuentra hablando contigo y compartiendo té y pastas. Se lo debía.

Luego, empezó a cuestionar mi manera de llevar mi manada durante los últimos años. Eso me enfureció sobremanera. Sé que quizás los he extralimitado demasiado, siendo siempre exigente con ellos siempre que se requiera una intrusión en mi intimidad. Pero yo nunca les quité su libertad, nunca obligué a nadie a formar parte de mi grupo. Incluso no tengo preferencia entre ellos y nos los clasifico según sus capacidades o sangre como muchas manadas hacen. Para mí siempre serán imprescindibles todos ellos y son todos importantes y queridos por igual. Nunca pondría alguno de ellos por encima otro.

Y cuando estábamos en la intensa conversación de quién lo hubiera hecho mejor que el otro recordé a Lisa, y como si hubiera sufrido un vómito verbal empecé a decirle todo. Por un momento pareció que todo se calmó, hasta que volvimos a tomar el hilo de como un alfa de verdad debería llevar a sus subordinados.

Incluso habló del ya no mi humano Kyle (ahora ya tenía otra dueña). Cosa que nos ha llevado también a una fuerte discusión. Qué le importa a Byran si quiero mucho a este humano y que además este me conozca más que nadie. Algo en mi me decía que era su lobo el que estaba celoso por tener una relación tan estrecha con un humano. Y es que quién no amaría con cada célula de su cuerpo a Kyle. Solo lo he conocido en la última década, cuando este tan solo tenía 17 años. Y a pesar de que nunca le dije nada, él notando que yo era diferente no me dejó. Por eso y otras muchas más cosas quiero y necesito a Kyle.

En definitiva, por las horas que estuvimos intercambiando palabras (algún que otro grito y algún golpe-por mi parte por supuesto-) puede observar que Bryan, era un alfa violento. No se había ganado a su manada por su gracilidad para tratarles, sino que le siguen fielmente y les respetan por miedo. Pero eso nunca realmente infunde un respeto sincero.

Y le dolió mucho cuando se lo dije, y sin miramientos ni nada me mandó a la mierda. ¿Es este el mismo hombre que horas atrás no quiso marcarme ni tomarme porque le preocupaba mi integridad?

Yo creo que aparte de su naturaleza de hombre lobo, que de por sí tiene dos personalidades interiores, este hombre sufre algún trastorno de estos que los humanos padecen tan regularmente. O sufre perdidas de memorias. O incluso podría tener algún hechizo de estos que te toman posesión y hablan a través de cuerpos que no...No me estoy yendo demasiado lejos. Dejémoslo por un hombre sin demasiados escrúpulos. Y muy, pero que muy terco y orgulloso.

O simplemente es porque nunca se pensó que las cosas con dedicación y paciencia también se pueden hacer. Pero si él de verdad quiere darme una oportunidad deberá empezar a ver las cosas de otra manera. A mi manera. Desde luego, a veces yo también recurro a los puños. Si es que no hay otro remedio.

-No es por nada, pero me trajiste con tu magia este de tele transportación extraña, y para llegar mi hogar necesito como hora y media, y no más de veinte minutos en forma de lobo, pero como habrás notado, mi lobo es dos veces más grande de lo que era antes y no puedo salir así de la nada. Así que como me trajiste, debes devolverme- dijo mientras mira cualquier sitio menos mi cara.

No quedaba rastro alguno de los momentos anteriores que parecía querer luchar y esperar por mí.

Pero me di cuenta de algo que ni siquiera yo había podido ver. Los hombres lobo no son como los humanos ni como los Dioses. No hay especie alguna, ni siquiera persona que sea igual. Cada uno sigue sus ideales, sus valores. Incluso se pueden cambiar según la situación.

El poder de una manadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora