Una gran responsabilidad recaía sobre mis hombros. Estaba colapsada, pero por una parte mantenía la esperanza de que esta situación fuera para beneficio de aquellos que quieren que la Tierra prospere. Aunque estuviera engañándome a mí misma.
Obviando la tensión que nos envolvía, fuimos directo al grano. Al principio empezamos aclarado los orígenes de cada uno. A ver, no todos los días te encuentras con una Diosa que se encuentra hablando contigo y compartiendo té y pastas. Se lo debía.
Luego, empezó a cuestionar mi manera de llevar mi manada durante los últimos años. Eso me enfureció sobremanera. Sé que quizás los he extralimitado demasiado, siendo siempre exigente con ellos siempre que se requiera una intrusión en mi intimidad. Pero yo nunca les quité su libertad, nunca obligué a nadie a formar parte de mi grupo. Incluso no tengo preferencia entre ellos y nos los clasifico según sus capacidades o sangre como muchas manadas hacen. Para mí siempre serán imprescindibles todos ellos y son todos importantes y queridos por igual. Nunca pondría alguno de ellos por encima otro.
Y cuando estábamos en la intensa conversación de quién lo hubiera hecho mejor que el otro recordé a Lisa, y como si hubiera sufrido un vómito verbal empecé a decirle todo. Por un momento pareció que todo se calmó, hasta que volvimos a tomar el hilo de como un alfa de verdad debería llevar a sus subordinados.
Incluso habló del ya no mi humano Kyle (ahora ya tenía otra dueña). Cosa que nos ha llevado también a una fuerte discusión. Qué le importa a Byran si quiero mucho a este humano y que además este me conozca más que nadie. Algo en mi me decía que era su lobo el que estaba celoso por tener una relación tan estrecha con un humano. Y es que quién no amaría con cada célula de su cuerpo a Kyle. Solo lo he conocido en la última década, cuando este tan solo tenía 17 años. Y a pesar de que nunca le dije nada, él notando que yo era diferente no me dejó. Por eso y otras muchas más cosas quiero y necesito a Kyle.
En definitiva, por las horas que estuvimos intercambiando palabras (algún que otro grito y algún golpe-por mi parte por supuesto-) puede observar que Bryan, era un alfa violento. No se había ganado a su manada por su gracilidad para tratarles, sino que le siguen fielmente y les respetan por miedo. Pero eso nunca realmente infunde un respeto sincero.
Y le dolió mucho cuando se lo dije, y sin miramientos ni nada me mandó a la mierda. ¿Es este el mismo hombre que horas atrás no quiso marcarme ni tomarme porque le preocupaba mi integridad?
Yo creo que aparte de su naturaleza de hombre lobo, que de por sí tiene dos personalidades interiores, este hombre sufre algún trastorno de estos que los humanos padecen tan regularmente. O sufre perdidas de memorias. O incluso podría tener algún hechizo de estos que te toman posesión y hablan a través de cuerpos que no...No me estoy yendo demasiado lejos. Dejémoslo por un hombre sin demasiados escrúpulos. Y muy, pero que muy terco y orgulloso.
O simplemente es porque nunca se pensó que las cosas con dedicación y paciencia también se pueden hacer. Pero si él de verdad quiere darme una oportunidad deberá empezar a ver las cosas de otra manera. A mi manera. Desde luego, a veces yo también recurro a los puños. Si es que no hay otro remedio.
-No es por nada, pero me trajiste con tu magia este de tele transportación extraña, y para llegar mi hogar necesito como hora y media, y no más de veinte minutos en forma de lobo, pero como habrás notado, mi lobo es dos veces más grande de lo que era antes y no puedo salir así de la nada. Así que como me trajiste, debes devolverme- dijo mientras mira cualquier sitio menos mi cara.
No quedaba rastro alguno de los momentos anteriores que parecía querer luchar y esperar por mí.
Pero me di cuenta de algo que ni siquiera yo había podido ver. Los hombres lobo no son como los humanos ni como los Dioses. No hay especie alguna, ni siquiera persona que sea igual. Cada uno sigue sus ideales, sus valores. Incluso se pueden cambiar según la situación.
Ahora que me conoció ya no es el mismo Bryan que me encontré unos días atrás entrando en un restaurante. NO. Ahora es alguien con mucho más poder. Ha cambiado, y él se ha dado cuenta pero no sabe cómo hacerle frente. Se dio cuenta cuando se transformó y vio como aumentó de tamaño. También me di cuenta yo cuando ahora mismo ya no puedo entrar en su mente. Sus patrones mentales han cambiado. Se da cuenta de que su instinto natural, su cuerpo, todo él se está preparando por algo muy grande y diferente a lo que está acostumbrado.
No puede decirme que no porque sabe que de momento no es la respuesta adecuada, pero no sabe que puede hacer más. Por eso intentó contradecirme en cada cosa que le estado planteando. Necesita sentir que aún puede hacer algo por sí mismo. Que sigue siendo dueño de sí mismo y de su vida. Se retrae en sí mismo. Por eso cuando da un paso hacia delante, por temor a lo desconocido y a lo que se pueda enfrentar en un futuro, da dos pasos hacia delante.
Porque tiene todas las de perder. ¿Qué digo? Tenemos todas las de perder. Ser una Diosa no significa saberlo todo, ni de lejos. Desde un principio temía eso. Pero era algo inevitable. Era inevitable ver como la profecía quizás no había que interpretarla tan literal como parecía. No todo aquello que vemos es lo que en realidad es. Hay muchos otros factores y obstáculos que parecen dificultar que yo y Bryan estemos juntos. Y somos nosotros mismos. Pensamos demasiado, queremos vivir un mañana, pero no pensamos en el hoy, en este instante. Nos preocupamos de lo que pueda sucedernos si quizás nos precipitamos, pero no pensamos en qué pensará sin no nos arriesgamos.
Y yo a pesar de todo sigo teniendo las mismas ganas de afrontar y luchar contra todo esto como ayer, como hace dos siglos, o como hace milenios atrás. Y estoy segura de algo: mañana también estaré allí.
¿Por qué? Porqué a pesar de tener todo el poder que tengo, necesito un sueño desesperadamente, por qué sin un sueño no se va a ninguna parte. Y ahora que había encontrado al hombre que me iba a acompañar para estar al lado de mí, juntos intentaremos que estos se hagan realidad.
-Pues vamos antes de que desgastes mis paredes y el aire que nos envuelve- sin darle mucho más tiempo a mirar más la nada para no fijarse en mí, le cojo de la mano, y pienso y deseo, estar en su casa.
El mismo torbellino y la sensación de vértigo nos envuelve. Tres segundos después nos encontramos en un jardín. El jardín de su casa.
Era un lugar triste a pesar de ser un jardín. Y mira que yo no debería estar diciendo esto, porque la naturaleza en sí es alegría y belleza. Pero ese sitio no tenía absolutamente nada. Había piedras que supongo que tenían un fin ornamental, en medio de unas hierbas y perfectamente podados y cortados. Pero era un lugar completamente solitario. Porqué eso es lo que el jardín me dijo. Un jardín no es algo al que debes decorar para hacer tu casa más bonita. Sino que hay que cuidarlo, mimarlo para que este esté bien, y te lo diga.
Con tan solo un movimiento de mi mano, hago que con una llamada vengan aquellos seres vivos que hacen del jardín su hogar. Y poco a poco se va haciendo va agradable.
Todo esto lo he hecho mientras que el mareado que tengo a mi lado se estaba recomponiendo.
-Yo de devolvería el jardín tal y como estaba antes. MI madre odia los bichos esos y no le gustan todas esas flores con colores llamativos- me aconsejó Bryan mientras se erguí desde su posición.
-Pues me da a mí que el jardín se va quedar así y que tu madre con el tiempo sabrá apreciarlo- le contesté sintiendo como se me dibujaba en el rostro una enorme sonrisa.
-Solo quiero dejar en claro una cosa. No intentes cambiar todo aquellos que te encuentras con tu camino por el simple hecho de que quieras y puedas hacerlo. Quizás estén mejor tal y como estás- después de decir estas palabras me di cuenta de que no hacía falta ser muy listo para darse cuenta de lo que se refería.
-Querido Bryan, ¿me estas siendo indirectamente que tú desde que me conoces sientes que te estoy cambiando por obligación y tú no quieres ese cambio?- pregunté mientras me acerqué hasta entremezclar nuestros alientos.
-Sí...Digo no. Tu ni nadie logrará cambiarme- sé que no se lo cree ni él- Me refería a que no conoces a mi madre, y que te estoy asegurando de que esto no será de su agrado.
-Si ya, digas lo que digas no me importa. Y créeme mirándote a ti ya me imagino como es tu madre. De algún lado debías de sacar ese humor de perros, porque de tu padre no lo creo- le respondo alejándome un paso hacia atrás.
Esto lo enfureció porque sin hacer ahora demasiada fuerza- ya que sabía lo que pasaría si no se controlaba- me cogió de la barbilla para acercarme otra vez a su rostro con las facciones ahora endurecidas de una manera salvaje.
A mis ojos se veía aún más ardiente.
-Que seas Diosa, Alfa, mi pareja y todo lo otro que me falta, no te el derecho de faltarme el respeto ni a mí ni a madre. ¿De acuerdo? Puedo ser comprensivo, leal y paciente con aquél que me respete. No te metas en algo que desconoces Zara, porque a pesar de todo tú y yo somos muy diferentes y no nos conocemos. Así que, tómatelo como un consejo, y no me tientes- cuando terminó sin poder evitarlo rompí a reír a carcajadas limpias.
Sabía que no era el momento, pero es que así me salió.
-Bryan, a mí me encanta tentarte, ¿es que no te das cuenta? Y tienes razón no nos conocemos, pero nuestros cuerpos aun así se reclaman. Desde el momento que nos vimos, supimos que algo entre nosotros estaba mal, pero no por eso no te respeto a te admiro, Bryan. Y no te voy a faltar el respeto ni a ti ni a tu madre, si vosotros no me lo faltéis a mí. Te veo muy sensible. Te dejo ahora para que pienses y pongas en orden todo esto. Sé que es difícil, pero deberías comprender, que este peso que ahora sientes desde hace unas horas entre tus hombros, yo lo he tenido que soportar desde que he nacido. Hasta pronto Bryan- me acerqué a sus labios para depositar un pequeño beso para cerrarle la boca, y entre sus ojos, desaparecí.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
< Un día pregunté a la cebra:
"¿Eres un cebra blanca con rallas negras o negra con rallas blancas?".
La cebra, mirándome fijamente, me preguntó:
"¿Eres un hombre nervioso con algunos momentos tranquilos o eres un hombre tranquilo con unos instantes nerviosos?
¿Eres un individuo descuidado con algunas maneras pulidas o eres un individuo pulido pero con algunas cosas descuidadas?
¿Eres un hombre feliz con algunos instantes de tristeza o eres triste con algunos momentos de felicidad?"
A la cebra que no le haré más preguntas sobre sus rallas. >
Me parecieron unas bonitas palabras de Shel Silverstein que tienen un gran significado aunque el contexto sea algo sin sentido cuando empiezas, pero luego le das vueltas.
Siento mucho haber tardado tanto en actualizar, pero es que no encontraba la inspiración. Y este capítulo me ha costado mucho escribirlo, y aun así, no me encuentro satisfecha de lo que escrito.
Tengo demasiado tiempo libre, pero no las ganas ni la inspiración para coger el ordenador y sentarme y ponerme a escribir. Lo he intentado, y esto es lo que ha salido de mí.
Intentaré que para esta semana suba algún otro capítulo, porque de verdad que tengo muchas ganas de hacerlo, pero algunas veces me colapso y no encuentro la manera.
Como siempre, les deseo lo mejor.
Un votito y un comentario para mi les aseguro que me ayudaría muchísimo.
Besos,
Nadie10