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CAMILA
Una brisa fresca invadió la mitad de mi cuerpo, sentía que mi espalda estaba expuesta al instante traté de tomar las sábanas sobre mi para no sentir frío. A tientas busqué por la cama pero me detuve al sentir un cuerpo a mi lado.
Me asusté por un momento abriendo los ojos de golpe y topándome con Lauren. Aún seguía dormida a mi lado y parecía que tenía un buen sueño, por que tenia una mueca tierna en su cara y sus labios mostraban el comienzo de una leve sonrisa. Sus pestañas negras y largas descansaban sobre su mejilla mientras algo de su cabello despeinado cubría la mitad de la almohada. Miré un poco más abajo en donde me sorprendí al mirar uno de sus pechos descubiertos al igual que una de sus piernas, la posición en la que se encontraba parecía cómoda. Yo estaba a tan sólo unos centímetros del suyo, igual cubierta hasta mi cintura por la sabana sólo que yo estaba boca abajo y Lauren dormía con la espalda sobre la cama.
Suspiré para después dejarme caer en la almohada y sonreír como adolescente.
Aún no creía que Lauren me había pedido que fuera su novia de esa manera tan romántica y luego el detalle del collar, su sonrisa y la forma en que minutos antes de entregarnos me había besado, en medio de la nada mirando luces artificiales y en el auto a la orilla de la carretera, en el pasillo y luego recordé como había dudado por segundos lo que queríamos hacer, me había bastado mirarla a los ojos para convencerme de que la necesitaba igual que ella a mí.
No estaba segura de algo, pero tenía un leve recuerdo antes de dormirme escucharla decir que me amaba. Aunque no hacia falta saberlo de su boca, lo sabía por la forma en que habíamos estado juntas en la cama, habíamos hecho el amor sin darnos cuenta por qué desde que la invite a dormir junto a mi había descubierto que esos te quiero que le decía se quedaban cortos a lo que en verdad sentía. La amaba. Amaba como me hacía sentir, amaba lo que hacía de mi con tan solo una sonrisa. Luego la manera en que trataba a Ki, cuando le ayudaba a hacer su tarea, su sonrisa sincera al acompañarlo en sus tardes de Skate y mirando películas como si Lauren también fuera un niña, como si fueran amigos de toda la vida. Solté un suspiro largo sin poder dejar de sonreír. Cuando cerré mis ojos de nuevo y trate de controlarme escuché su voz.
-Te miras muy feliz. Su voz ronca después de despertar también era algo que amaba. Abrí mis ojos para toparme con los suyos, algo enrojecidos después de abrirlos después de varias horas, la observé detenidamente.
Me giré para mirar el techo no sin antes tirar de la sabana para cubrirme.
-Lo soy. Dije timida, en el momento sentí como jaló la única tela que me cubría y me miraba sin pudor alguno, se acercó a mí por un costado abrazándome por las cintura.
-Eres hermosa también. Mis mejillas tal vez estaban enrojecidas provocando que ella soltara una risita ronca.
-Lauren. Le reclamé golpeando su brazo de forma leve.
-Es que es la verdad, si pudieras algún día mirar a través de mis ojos te darías cuenta y jamás volverías a replicar.
Su mano se situó justo en mi vientre donde comenzó a jugar en mi ombligo.
Yo no quise mirarla de nuevo a los ojos, aún no me sentía preparada, se daría cuenta de que tan perdida estaba por ella.
Se acercó más a mi de un momento a otro, besó mi cuello con suavidad para luego situarse sobre mi completamente desnuda. No era lo mismo ver su cuerpo con la luz de la luna a mirarlo con la luz del sol entrando por la ventana. Así que mi corazón comenzó a latir como loco en mi pecho, ella abrió mis piernas con sus manos para situarse en medio y subió sus cara frente a la mía. Nuestros ojos fijos unos en otros me hicieron sonreir y levantar mi cabeza de la almohada para alcanzar sus labios. Un beso delicado pero seductor hizo que comenzaremos de nuevo una danza entre nuestras bocas, su lengua alcanzó la mía, mientras sentí como la mano que mantenía en mi vientre bajaba hasta situarse sobre mi centro, acarició por unos segundos antes de subirla hasta mi cuello, dejo de besarme y me acarició mis labios con los dedos que anteriormente me habían tocado.
-Quiero hacerlo de nuevo. Soltó. Sus palabras me hicieron excitarme por completo. Miré el reloj tras de ella marcando las 10:30 am y sin poder evitarlo caí de nuevo en sus brazos.
Sus dedos entraron a mi boca haciendo un sonido llamativo y los lamí mientras ella se movía sobre mi haciendo que nuestros centros se tocarán. Solté un gemido y ella aprovechó para sacar sus dedos de mi cavidad bucal y dirigirnos hacia mi entrepierna.
No podía creer lo que estaba haciendo, introdujo dos de sus dedos en mi entrada y sin esperar mi respuesta los movío dentro con rapidez. Su cuerpo sobre el mío comenzó un lento movimiento ayudando a que nuestros pechos se tocarán, mis manos tomaron su espalda encajando mis uñas en su piel tratando de controlar las sensaciones que me hacía tener, comenzó a entrar y salir de mi frenéticamente haciendome gritar mucho más alto que anoche.
Cerré mis ojos por instinto y atrape sus labios con los míos. Sin dudar en lo que está a apunto de hacer baje mi mano derecha entre nuestros cuerpos y dejando de besarla le pedí.
-No dejes de hacerlo, déjame tocarte igual.
Ella asintió desesperada y al llegar a su centro metí uno de mis dedos en ella, el gemido que salió de sus labios me hizo actuar desesperada igual que ella y entre besos fugaces y pequeños mordidas en sus hombros la hice sentir como ella a mí. Nos penetramos por minutos hasta que alcanzamos el clímax entre jadeos y respiraciones entrecortadas.
Mordí sus labios para reprimir mis gritos al tensarme, ella había aplicado otro de sus dedos y comenzaba a moverse, cansada de tratar de hacer lo mismo salí de ella y coloque mis dos manos sobre sus nalgas para ayudarle a moverse sobre mi.
Me hizo tener dos orgasmos seguidos hasta que finalmente cayó sobre mi cuerpo mientras yo la abracé hacia mi con mis piernas, besé toda su cara y susurré cosas lindas en su oído.
-Te amo. Solté de repente sin darme cuenta, había sido involuntario, es sólo que me sentía debilitada hacia ella y no podía ocultarlo más después de lo que me hacía.
Ella río un poco y abriendo sus ojos me miro fijo, a mis labios y luego se detuvo en mis ojos. Sus brazos me rodearon mucho más y me beso tiernamente.
-Yo también te amo Camila.
Suspiré profundo y recargados nuestras frentes. La siguiente hora nos la pasamos entre caricias y besos, ella logró dejarme unas cuantas marcas en la piel y mientras yo no perdí la oportunidad de besar sus dos pechos y besar su abdomen.
-¿Lauren? La llamé cuando comencé a sentir su respiración lenta estaba apunto de quedarse dormida, pero yo no podia, había prometido a Amy pasar antes del medio día por Kilian.
-mmmm. Logró emitir el sonido.
-Amor. Dije sorprendiéndola ella levanto su cabeza de mi pecho para mirarme.
-¿Amor? Preguntó con una gran sonrisa.
-Ajam amor...debemos ir por Kilian.
Bufó bajándose de mi y cayendo sobre la cama de espaldas.
-Vale entonces vamos a bañarnos.
Yo negué divertida. -No creo que sea buena idea.
-Ok. Giró los ojos de juego. -Bañate tu primero pero con una condición.
Su sonrisa coqueta me pareció sospechosa.
-Haber dime.
-Bueno que cuando te levantes y vayas al baño no te cubras.
Solté un carcajada luego ella me siguió.
-No es broma. Su voz sonó muy seria lo cual me obligó a mirarla.
Mi ceño se frunció ante su petición real.
-No lo haré.
-Ok entonces nos bañamos juntas.
-Lauren no estoy jugando.
-Yo tampoco. Después de eso bufé enfadada y me puse de pie enredando la sabana en mi cuerpo, tomé algo de ropa de mi clóset y justo cuando abría la puerta del baño sentí que me tomaba por la espalda. Ella si se había levantado desnuda. Me besó en el cuello y aprovechándose de mi descuido arrancó la sabana de mis manos. Su vientre se unió a mi espalda y su centro a mis nalgas haciéndome estremecer. -No lo había sentido así. Dijo sobre mi oído de forma sensual.
Comenzó a frotarse sobre el, y colocó sus manos en mi cadera. -Pero como no quieres bañarte junto a mi tu te lo pierdes. Sin pena levantó la sabana del suelo y la enredó de nuevo sobre mi cuerpo.
Cuando entre en la ducha mi cuerpo se relajó. Minutos después ya había puesto mi ropa y peinaba mi cabello miré en el espejo el reflejo de Lauren, ella permanecía en la puerta recargada.
-Estoy lista, tomé un baño en la ducha de Kilian y creo que ya es un poco tarde ¿No crees? Yo solo asentí. -Encontré algo de mi ropa en tus cosas supongo que las dejé un día.
Asentí de nuevo y me giré la mirar su sonrisa.
-¿Ya nos vamos?
-Si sólo pongo mis zapatos.
-Ok te espero en el auto.
Caminó sin dudar hacia mi tomándome de la cintura. -Te amo. Me dió un fugaz beso. Cuando se separó yo me quedé estática mirando a la nada y tratando de entender que diablos me había hecho. Terminé de acomodar mi cabello y coloqué unas sandalias a juego con mi ropa casual, agarré mi cabello en una coleta y salí de la casa cerrando la puerta.
Lauren esperaba recargada en el auto, con unos jeans y una playera guinda de una banda de rock. Al estar junto a ella me abrió la puerta y entre sin esperar.
Ya iba algo tarde por Kilian así que llamé a Amy para explicarle que estábamos en camino.
Después de que Lauren arrancará Amy descolgó la llamada.
-Vaya por fin te dignas a recordar que tienes un hijo.
Me dijo divertida por el auricular.
-Hola Amy buenos días.
-Casi tardes, por que estás tan nerviosa hasta acá lo percibo.
Miré de reojo a Lauren algo apenada y ella sonrió abiertamente, estaba alto el tono así que seguramente escuchaba lo que mi amiga me decía.
-Estoy normal...sólo...¿Donde está Ki?
-Jugando en la calle.
-¿Que? Le grité.
Lauren a mi lado soltó una carcajada.
-Es broma tranquila mamá, está viendo la televisión y ansioso por verlas.
-Vamos para allá.
Antes de cortar la llamada habló mi amiga de nuevo.
-¿Y entonces tuvieron sexo?
Rápidamente miré hacia donde Lauren, sentí mi cara caliente y miré que estábamos frente a un semáforo. Ella me miró levantando sus cejas divertida por la situación.
-Eso...podemos platicarlo luego.
-Esto es fantástico ¿Es buena en la cama? Dijo descubriendo la verdad de la situación. Quería meter en mi cabeza en alguna parte y no sacarla hasta que Lauren se olvidará de haber escuchado la penosa conversación.
-¡Amy! Le dije entre dientes.
-Solo suéltalo ¿Quieres?
Mi novia me miró esperando la respuesta.
-Vale, si lo es. Dije por fin, Lauren se acercó con una sonrisa a mi y me besó la mejilla. Eso me dió la suficiente seguridad. -Es mi novia ahora.
Suspiré ruidosamente y escuché el chillido de alegría de mi amiga.
-Estupendo Camila, no te pediré detalles por teléfono así que te espero aquí en unos minutos luego me platicaras todo en la oficina.
Colgó dejándome con el teléfono en el oído.
-Me gusta que lo digas. Dijo algunas calles antes de llegar. -Que eres mi chica ahora.
-Creo que me está gustando decirlo.
-Bien pues espero que estés lista para decírselo al peque.
Mi cuerpo se tensó de inmediato aún no sabía como se lo diría a mi hijo y menos como lo tomaría.
-Lo supuse corazón, pero para que veas que tan buena novia soy debo decirte que tengo una idea, ¿Qué te parece salir a un paseo los tres y decírselo mientras tiene un helado en su mano? Creo que es una buena distracción.
Suspiré feliz, por primera vez en mucho tiempo me sentía protegida por alguien, sentía que ahora Lauren era realmente parte de nuestras vidas, comprendí que aceptarla de nuevo a mi lado había sido la mejor decisión.
Salimos tomadas de la mano del auto para luego tocar el timbre de la casa. Una sonrisa radiante de mi amiga nos recibió apenas entramos, Kilian apareció con el ceño fruncido y solté la mano de Lauren por instinto. Traté de regalarle una sonrisa pero su mirada me hizo sentir culpable.

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