Capítulo 10

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Catherine y Edward llegaron a la puerta que daba paso al comedor. Él se paró y le cedió el paso. El Sr. Harsley y el Sr. Night estaban ya sentados esperando a los dos comensales que faltaban. Avanzaron hasta la mesa, y en un galante gesto Edward separó la silla de Catherine de la mesa y le ofreció asiento, para después ayudarla a arrimarse.

Cuando todos estuvieron sentados a la mesa los criados sirvieron los platos. La cena constaba de salmón guisado y algunas verduras hervidas. Todos comenzaron a comer, y en un sabio intento de romper el silencio incomodo que se había creado, el Sr. Night sacó el tema inicial de conversación.

- Bueno Srta. Dashwood, ¿por qué no nos cuenta algo más sobre la fiesta del día de Brighton? Tengo entendido que es considerada la mejor de la región. -

- Claro. La fiesta es el 25 de abril, el día de St. Mark. Es una fiesta bastante modesta. Por la mañana hay una exposición de caballos que ofrecen los vecinos del pueblo, que más tarde es convertido en concurso, y una vez el jurado ha dictaminado cual es el ganador, el alcalde procede a entregar el premio, que es de cincuenta libras. - toda la mesa escuchaba atentamente a Catherine, que pese a sus temores, no se encontraba para nada incómoda. Es más, se encontraba muy a gusto.

Continuó hablando mientras que el Sr. Kingsley la miraba encandilado. Ya era momento de que aceptara que él también se había enamorado de ella. Esa mujer tan introvertida y reservada. Esa mujer, que a diferencia de las otras no le trataba por el interés. Esa mujer, la primera que le había hecho aceptar que no llevaba razón y le hizo querer pedir disculpas tan sólo usando su letrada labia. Esa mujer elegante y atractiva. Sí. Estaba perdida y absolutamente enamorado de ella.

- Después, todo el pueblo se reúne en la gran explanada que hay al otro lado del río, cerca del aserradero, y se organiza una gran merienda. Y después la fiesta tan sólo se alarga hasta que cae la noche, con animados bailes, divertidos juegos y algunas actuaciones. Y para finalizar, cuando ya es noche cerrada, comienzan los fuegos artificiales. - Terminó de explicar Catherine.

- Vaya, suena realmente divertido. - comentó el Sr. Harsley.

- ¿Asistiran? - preguntó Catherine.

- Ohh claro. No nos gustaría perdérnoslo. Será una buena oportunidad de conocer a gente nueva. Además, pasado mañana llegarán a Oak Park mi hermana, la señorita Charlotte Harsley, y la hermana del Sr. Kingsley, la señorita Adele Kingsley, y estoy seguro de que a ellas también les sonará bien la idea de asistir a una fiesta al aire libre. - dijo el Sr. Harsley.

- Estoy en lo cierto al dar por hecho que vos y vuestra familia asistireis verdad Srta. Dashwood. - Dijo el Sr.Kingsley, al fin participando en la conversación.

- Pues claro. Expondremos tres caballos percherones en la feria, que son la pasión de mi padre, y después simplemente disfrutaremos del resto del día en compañía de nuestros vecinos y amigos. -

-Dígame ¿ha heredado usted esa pasión? - le preguntó Edward a Catherine, y ella no entendió la pregunta.

-¿Disculpe Sr. Kingsley? -

- ¿Le gustan a usted también los caballos? -

- Ohh sí, ciertamente. He de confesar que uno de mis mayores placeres mundanos es salir a montar en una tarde de otoño, disfrutando de los colores que trae al bosque. Mi padre me regaló una yegua cuando yo cumplí cinco años, la llamé Lily, y muy a menudo disfrutamos de  largos paseos por el bosque. - dijo Catheine conquistando aún más el corazón de Edward, pues su mayor pasión eran los caballos. Era bien sabido que algunos de los mejores caballos del país procedían de los establos de Pearl House, la residencia principal de los Kingsley, en Londres.

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2016 ⏰

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