Clase II

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Después de todo lo que paso en la clase de zumba, Marco vuelve a casa contando a sus amigas lo vivido en el gimnasio.

La noche cayó, Marco se bañó, se alistó para dormir y quedó pensando en quien sería su profesor de yoga que tocaba al día siguiente.

-Espero que el profesor de mañana no sea como el de zumba.- Pensó Marco poniendo una mano en su cabeza en señal de estrés.

Al día siguiente, salió de su casa y camino donde sería la próxima clase, era en el segundo piso de una tienda de mercadería. Subió la escaleras un poco ansioso, tocó la puerta dos veces y una mujer con ropa deportiva le abrió.

-¿Vienes por Yoga?- Marco asintió.- ¡Pasa! ¡El profesor se esta preparando para dar la clase!

El castaño entró tratando de ver quien era el profesor, lo único que pudo divisar fue una cabellera rosa, que hizo que el día de Marco se fuera a la mierda.

-¡Dulzura! ¡Nos volvemos a encontrar!- Tom se separó de las mujeres que se encontraban a sus lados y camino rápido para llegar donde Marco.

-Si...- Sonrió forzado, el castaño ya estaba harto de el mayor.

-¡Debe de ser el destino! Espera, ni me digas. ¿Tomaste también la clase de gimnasia?- Preguntó con una hermosa sonrisa y mucha emoción.

-Si.. lamentablemente.- Susurró lo último el castaño sonriendo tímidamente para después girarse tratando de no hacer contacto visual con el pelirrosa.

-¡Genial! Estaremos casi todos los días juntos, princesa.- Tom pasó su brazo por los hombros del castaño dando un beso en la mejilla de este, haciendo a Marco sonrojar.

-Si, genial, estoy ansioso.- Soltó con sarcasmo, cosa que no se notó mucho.

-¿Ansioso?- Preguntó Tom con una sonrisa aunque se veía bastante confundido.

-¡Ansiosa! Dije ansiosa.- Se "corrigió" el castaño mirando hacia otra parte, el pelirrosa parecía sospechar.

-Bien, ¡comencemos con la clase!- Y se separó de Marco quien soltó un suspiro de alivio.

Al final, la clase fue normal. O, claro omitiendo algo.

Mientras Marco hacia los ejercicios, se supone que debía estar parado separando un poco las piernas y tratar de tocar la punta de los pies. El castaño no alcanzaba, el instructor se dio cuenta y se puso por detrás de Marco, de la misma forma que el, agachándose, para que el castaño pudiera alcanzar la punta de sus pies, cosa que rato después consiguió.

-Aún siento como su pene tocaba mi trasero.- Pensaba el castaño haciendo una mueca mientras caminaba a su casa a paso lento.

Llegó a una calle donde los autos estaban parados por el semáforo y escuchó un grito.

-¡Marcia!- Era el pelirrosa en un auto bastante lindo, Marco se acerco a él.- ¿Quieres que te lleve?

-Eh, no quiero ser una molestia para ti.- Dijo el bronceado pasando una mano por detrás de su cabeza.

-Vamos, no pasa nada.- Y ante la mirada del pelirrosa, el castaño no se pudo negar.

Ya en el auto, Tom sentado al frente del manubrio y Marco en el asiento de copiloto, el instructor miró detenidamente a el castaño mientras esperaba que el semáforo cambiará a verde.

-¿Crees que no me di cuenta?- Habló Tom acelerando al ver que los autos avanzaban y que el semáforo estaba en verde.

-¿Disculpa? ¿De que hablas?- Marco miró al chico a su lado, confundido, extrañado.

El pelirrosa no habló. Siguió conduciendo. El castaño por otra parte lo miraba atento, cada una de sus facciones, se detuvo a pensar y contemplar cada milímetro de su rostro, pero se dio cuenta de algo.

¿A donde mierda iban? Marco nunca le dijo su dirección. El bronceado giró su vista a la ventana, mirando como su casa era pasada a una alta velocidad.

-¿A donde vamos?- Preguntó temeroso, mirando frenéticamente a todos lados.

-A mi casa.- Aceleró aún más, hasta que frenó en seco.- Llegamos.

Más Que Un Baile. ♡Tomco♡ #PremiosTiempo2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora