El día de la embajadora de los monstruos había empezado de forma positiva. Recién al levantarse había recibido un excelente desayuno a modo de "bienvenida a tu nuevo ciclo escolar" e inmediatamente habían comenzado una vez acabando el denso desayuno especial. Toriel le había preparado un salón especial dentro de las ruinas para sus estudios, el cual consistía en una inmensa biblioteca con la colección personal de la ex reina. No cabía duda que le esperaba mucho por aprender y aún más por conocer.
Una vez entrando, su madre le mostró su plan de estudios, el cual no sólo contenía lo esencial por conocer acorde a su grado y edad, sino que contenía información mucho más densa que no cualquiera podría llevar a cabo.
-Ahora que eres la embajadora de los monstruos, es esencial que conozcas de todo -le explicó una vez que la humana había mostrado su asombro ante el contenido -Nuestra historia, costumbres, tradiciones, conocimiento de la magia...
-Pero yo soy humana -se desconcertó con esto último -Yo no tengo la capacidad de la magia.
-Pero es importante que la comprendas. Ya que todo monstruo puede usarla, será necesario que tú la entiendas, sus diferentes manifestaciones, sus usos y demás... este conocimiento podría serte útil para conocer más a fondo lo que implica ser un monstruo.
-Ser un monstruo...
Rápidamente captó Toriel el fallo en su comentario y se avergonzó de hacer sentir mal a su niña ¿En qué estaba pensando? Seguramente se sentía excluyente de todos siendo la única humana en todo el subsuelo, pensaba. Rápidamente pensó en algo para arreglar su garrafal comentario.
-Mi niña, no quise...
-No te preocupes -sonrió tranquilamente - Estoy muy interesada en saber eso.
Y era del todo cierto. Desde que supo de su existencia, no dejaba de preguntarse cómo era cada tipo de monstruo. Había tantas variedades, especies, colores y tamaños... que le era muy curioso saber sobre cada uno de ellos. Incluso algunos tenían su propio lenguaje y aun así todos podían comunicarse sin problema alguno. En comparación con los humanos... ¿que implicaba realmente ser un ser humano? Ni ella siendo uno podía responder a eso.
-Po...podemos descartar esa clase si quieres... -Toriel continuaba avergonzada por su tontería -Después de todo no es tan importante...
-¡Claro que lo es! Siendo embajadora, debo saber sobre todo de ustedes -comentó con firmeza -Sabiendo todo esto, podré entender cuáles son sus necesidades y saber cómo ayudar a cada uno ¿no es así?
-Si... tienes razón -terminó sonriendo al notar que se había comprendido la importancia de esto - Como embajadora y como una Dreemuur, debes saber de todo. Por eso también deberás saber nuestra historia, leyes, tradiciones, idiomas y mucho más.
-¡Estoy lista!
Saber que conocería todo sobre los monstruos, la llenaba de determinación.
Habían comenzado con historia, mucho antes de la guerra. Le había emocionado a la humana el contar con esa clase de conocimiento, y mucho más al saber que el reino era tan inmenso como para tener aldeas específicas para cada tipo de especie, sin embargo, indirectamente había comprendido que la guerra había sido tan devastadora como para reducir la población de los monstruos limitándose no sólo a convivir entre todos, sino a ser mucho menos de lo que solían ser.
También había aprendido que anteriormente se le asignaba una profesión y rango específico acorde a cada especie, sin embargo, al ser un problema el no poder decidir qué ser por tus aptitudes y talentos, el antecesor de Asgore, su padre, había acabado con esa costumbre y había creado una ley para dejar que los monstruos pudieran decidir por su cuenta qué profesión tener y poder desarrollar sus aptitudes y talentos a sus anchas.
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Osado corazón (Undertale)
FanfictionFrisk está harta de lo mismo una y otra vez, por lo que decide hacer lo correcto para salvar a todos. No contaba con la nueva ruta que surgiría ante su decisión. *Ganadora del segundo lugar en AwardsTale2020, en la categoría Undertale*