-¡También me compró la lámpara de vocaloid que te había dicho que quería! -me dijo Vianney entusiasmada.
-¿De verdad? ¿¡Con el despertador incluido!? -casi grité.
-¡Sí! ¡Suena con diferentes canciones cada día!... Oh, espera... Está soñando el timbre.
Ella se levantó corriendo de la cama. Sabía que la persona que estaba tocando ahí, era el que llevaba el correo. Sabía que las rosas estarían en sus manos en ése instante. Después de unos minutos ella regreso con lágrimas en los ojos y la carta en las manos.
-Alex... -Masculló-... Tú...
-Feliz cumpleaños -sonreí.
Ella lloró mientras abrazaba el enorme ramo. Se veía aún más diminuta y el ramo ocupaba toda la cámara, solo la escuchaba sollozar.
-¿Estás llorando por qué mi regalo es un popo?
-¡No! ¡Tonto! -Apretó el ramo apunto de romper cada rosa-, es lo mejor... Alex... Alexander... ¡Gracias!
-Me alegro que te haya gustado.
-Me encantó... Alex...
Pasó de una a dos horas llorando, riendo y agradeciendo. Me encantaba verla tan feliz por algo tan simple.
Después de un rato, ya era como a las 2 de la madrugada. Nuestra conversación tomó un camino no antes visto muy seguido por los dos.-¿Entonces... Sigues siendo virgen? -Me preguntó mientras comía palomitas. Yo me escondía bajo mis sábanas.
-Eh... Sí, Vianny... Y estoy seguro que tu también.
-¡Sí! No es difícil de adivinar.
-Me gustaría que... Cuando deje de serlo sea con la persona que más quiera en ése momento.
-¡Conmigo de eso está seguro! -La miré aún más sonrojado.
-¿Tú... Crees?
-¡Claro! Bueno... Estoy segura que nos vamos a conocer en persona. Me lo prometiste.
-Es una promesa que voy a cumplir -respondí con una sonrísa.
-Alex... ¿Has visto a una "persona" desnuda?
-¿De... De qué hablas?
-Vamos, sé que eres, literalmente una persona inocente. Tus ojos no han visto más allá de los videojuegos y el anime.
-Eso sí, creo.
-Alexander... ¿Me quieres ver?
-¿Te quiero ver? Sí, conocerte en persona es lo que más quiero -Ella comenzó a reírse.
-No, tonto. ¿Quieres... Verme? Mi cuerpo... A mí... Desnuda...
La miré sorprendido e inmutado. No sabía que decirle. ¿De verdad quiere que yo la vea desnuda? Jamás en mi vida he visto a una persona desnuda, más que a mí, claro está. ¿Qué hago?
-Alex... ¡Reacciona! -Ella reía al ver mi cara de preocupación.
-Oh, lo siento. Me quedé sin saber que decir.
-Sí, lo sé. Es algo loco. Pero nadie me ha visto desnuda... Quiero que seas el primero.
-Me quieres pervertir. Eso es otra cosa -reímos.
-Sí, quizás. Solo te faltaría ser un poco pervertido para ser perfecto.
-Creí que ya lo era -bromeé y ella rió. Suspiramos y nos miramos por unos minutos.
Ella... Ella colocó la laptop en un mueble con vista hacia a la cama, de la manera en la que yo pudiera verla completa. Vianney en ése momento usaba una camisola larga con botones. Dejaba en visto sus blancas y delgadas piernas.
Comenzó a desabrochar lentamente los primeros botones de abajo, ocultaba su cabeza con el cabello que le caía de una suave manera. Yo estaba entre retirar mi mirada o quedarme admirando. Pero justo en el momento en el que vi sus bragas azules, ella me miró para cerciorarse que la veía. La miré a los ojos y le di una pequeña sonrisa.-No dejes de verme.
Me ordenó. Asentí. Manteníamos contacto visual hasta que terminó de quitarse la camisa. Pase saliva al mirar su cuerpo. Ella no usaba en ése momento un sostén, así que pude ver mucho. Era la primera vez, en mis 15 años de vida, que yo veo a una chica estando consiente de lo que es verla.
No evité lo que es obvio. Me sentía muy... No sé... y cosas... Pervertidas por primera vez pasaron en mi mente.
Quise más que nada tener a Vianney junto a mí. De verdad.
Ella me miraba sonriendo, no sé que planeaba por su mente en ése instante, pero apuesto a que era parecido a lo que yo pensaba.-¿Y bien?
-Vianney... Eres hermosa -Ella se hundió en la cama soltando pequeñas risas.
-Gracias, Alex -me miró por unos segundos-, me encantas. ¿Te lo había dicho ya?
-Eh -me oculté tras las cobijas de nuevo-, tu me encantas todavía más.
-Alex, ¿estás...? -Ella comenzó a reír.
-Cállate, Vianney -Me cubrí más y sentía el calor en mis mejillas.
-Ahora eres pervertido, créeme que a las mujeres les gusta los hombres un poco pervertidos.
-¿Tu crees?
-¡Ah! Pero pervertidos solo con ellas, no con todo el mundo.
-Oh, entiendo. Entonces, debo ser pervertido solo contigo.
-Sí, mi Alex.
Ella me miraba sonriendo, seguimos charlando por un rato hasta que la vi dormirse. La estuve observando. No hice el menor ruido. Ella se veía tan tranquila, linda y apacible. Vianney era una chica energética, divertida, no temía mostrarse tal cual es, ella defendía a muchos y demostraba cuán valiosa es una persona. Era muy buena consejera, su imaginación no tenía límites, ella sabía lo que valía. Pero... Las personas así, siempre caerán en dolor. No sé porqué, una persona tan increíble, tan especial, tan única, tendría un secreto tan grande. Un secreto de esos que lastiman, que hacen daño, un secreto que ella guardaba por lo mismo... Por no causarme daño.
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Mi nombre es Alex
Random"No puedo dormir" -mamá me tomó entre sus brazos. "Tranquilo, cariño" -la dulce voz de mi madre a media noche era sumamente tranquilizadora. "No puedo dormir" -dije entre lágrimas, completamente a oscuras, abrazándome a una almohada humedecida- "¿Dó...