Cap 2

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Emma tocaba como siempre con esa pasión que la caracterizaba. Porque sus dos grandes amores eran Leo y su violín. ¡Bravo Emma! Este recital estará a la altura que siempre nos ha caracterizado por años. Bien clase ya es hora de irse. Emma ven chére. ¿Estás lista para tu solo? Lo estoy. ¡Confió en que será algo extraordinario nunca antes visto! Ella sonrío. Su profesor era algo emocionalista pero enseñaba muy bien y a pesar de ser algo extrovertido era exigente y perfeccionista. Recordó cuando empezó, su primer día, dijo que era una aficionada, y que todos eran simples pulgas invisibles sin éxito. Aquellas palabras a muchos le ofendieron pero a ella no. Al contrario eso la hizo querer ser mejor, porque ella había pasado por muchas cosas fuertes y las había sobrevivido. Demostraría que está también la haría más fuerte. Y ya pasado tres años se había dado cuenta de que su profesor  tenía toda la razón. Él se había encargado de hacerla explotar su talentoal máximo. Se encontró con Abby en el pasillo. Emma esta noche es nuestra noche. Si lo es. Esta noche dos cosas maravillosas me pasarán. Tendré mi primer solo y veré a Leo.

Emma llego a la mansión. Peter la recibió. Buenas tardes Srta. Emma. Peter sabes que no me gusta que me llames así. Eres como mi abuelito bello. Le comenzó a dar besos. Basta Emma pueden verte y darme tremendo regaño niña. Ambos reían. Si lo dices por Debora, me da igual lo que piense. Tú has sido el único que en realidad me quieres en esta casa. Y Magda por supuesto. Niña Emma, no se como no pueden querer y adorar a una niña tan buena. Pero ya vaya a la cocina que Magda le ha preparado una merienda muy rica. ¿Pastel de fresa? No sé ande vaya; vaya. Magda la recibió con un delicioso pastel de fresa. ¿Nerviosa? Pues...Un poco. Pero no por el concierto. Hoy Leo estará allí. Niña enfóquese en su carrera. Que esta noche es sumamente importante. Esa debe ser su prioridad ahora. Ya habrá tiempo para el amor. Ahora vaya a prepararse para esta noche. Emma le hizo caso.

Llego la esperada noche de todo músico. Esta noche Emma daría su solo de violín. El concierto iba maravilloso. Todo estaba como se había ensayado por todo un año. Los bailarines, la escenografía, la música. Todo era perfecto y Emma estaba más que feliz. Llego el momento de su solo. Se paró detrás de una pantalla.

Comenzó a escucharse melodías que se mezclaban con su violín y la pantalla con imágenes hermosas. Era algo mágico. Y Emma se sentía como en las nubes entre aquella melodía que había compuesto para aquella noche tan especial porque su musa, su inspiración para todo aquello estaba allí. Ella se sentía llena y si moría en aquel mismo instante estaría feliz porque había derramado en aquellas notas su amor, pasión y fuerza. Toda ella en melodía. Tocaba con suma entrega. Terminó su solo y se levanto una ola de aplausos que inundaron el lugar como lo hizo su música. Emma sonrío ante aquello que jamás espero recibir. Agradeció al público su muestra de cariño y admiración. Al terminar el concierto salía de los camerinos hacia el encuentro que por tanto tiempo había esperado. En la recepción busco y encontró lo que tanto anhelaba ver. Iba camino hacia él quien le miraba sonriendo y con un ramo de flores en sus manos. Sus miradas se encontraron y para ella solo existían ellos dos en aquel espacio, nadie más a su alrededor. ¡Emma! Le recibió en sus brazos y ella no quería que aquel momento terminara. Quería permanecer allí por siempre. El aroma de su perfume la invadió y el calor de sus brazos la arropó. Tocaste...¡Maravilloso! Gracias por las flores. Espero te gusten. ¡Sí! Son hermosas. Eran maravillosas porque eran sus primeras flores y se las había regalado él, Leo su amor secreto. La mayoría regala rosas pero tú no eres la mayoría. Eres distinta así que pensé en margaritas blancas y amarillas. Claro están perfectas. ¿Y tu familia? Ahí vienen. ¡Leo! Rose la prima de Emma corrió hacia él y le beso en los labios para luego abrazarlo. Emma no podía creer lo que sus ojos veían. Y en ese preciso momento todo pareció oscurecer alrededor de Emma. Se encontraba totalmente desorientada. ¡Emma querida prima! Estuviste genial. La confusión empeoró pues su prima jamás la trataba con dulzura, ni amabilidad. Siempre la trató como un estorbo, algo que le quitaba brillo desde la escuela. Su tío y Debora se acercaron. Vaya la inversión a válido la pena Emma. Dijo su tío. A lo que Emma solo asintió con su cabeza. No podía emitir palabra alguna ante aquella escena. Solo quería despertar de aquella pesadilla. Rose allí están los Macwilliams saludemos. Leo es importante que los saludemos cariño. En un momento te alcanzó. Está bien. Emma nuevamente estuviste excelente. Rose volvió a besar a Leo y se marchó. Sé que debes estar sorprendida por todo esto. No quería decírtelo así pensaba invitarte a cenar y explicarte todo. Tranquilo, entiendo. Emma tenemos que hablar y dejarte saber cómo estuvieron las cosas. Ve con ellos yo...tengo que saludar otras personas. Pero quiero presentarte a alguien que quiere conocerte. Y tenemos mucho de qué hablar. Será otro día debo irme. Te llamo mañana para quedar. Le dijo él. Ok. La beso en la mejilla y fue tras su familia. Ella solo quería huir de allí sentía que le faltaba el aire. Salió corriendo y cuando estaba a punto de largarse de allí por el pasillo choco con un torso fuerte que la recibió en sus brazos. ¡Disculpe! Dijo desesperada tratando de irse pero aquellos brazos le impedían hacerlo. Vio quién era. Era el mismo hombre del metro. Vaya parece ser que siempre nuestros encuentros son algo torpes. Sonrío pero ella no mostraba signo de gracia alguna. Su rostro mostraba tristeza y desesperación. ¿Estás bien? ¡Sí! Solo déjeme ir. Se logró zafar y se marchó de prisa. Una vez fuera Emma miro a todas partes sin saber qué hacer, ni a dónde ir. Solo quería correr. Y eso hizo. Corrió hasta que su cuerpo no pudo más, llegó a un parque y allí se sentó y lágrimas no tardaron en salir de sus ojos. El dolor surgió y cada vez era más fuerte e intolerable. Había recibido muchas heridas en su vida pero aquella era demasiado fuerte. Debía de ser una pesadilla y solo quería despertar. La noche que prometió ser la más maravillosa de su vida por la cuál había soñado y preparado, resultó ser una oe pesadilla.

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