Capítulo Treinta: Verdades que duelen

10.3K 637 17
                                    

Annie

¿Han experimentado ese dolor? Ese, el que aparece cada vez de que pierdes algo muy valioso para ti, cuando crees perder algo irreparable. Algo demasiado valioso.
¿O ese odio tan fuerte? El que sientes cuando te enteras de que alguien te traiciona o de que alguien te hace daño y tu no puedes detenerlo.

Se le llama impotencia.

Un sentimiento cruel que hace que todo tu ser arda en llamas o se doblegue ante el dolor más grande que puede existir.

Y eso era precisamente lo que había experimentado en las escasas dos horas en las que estuve conduciendo como loca por toda la ciudad en busca de mi familia. Temiendo a cada instante de que algo malo les pudiera suceder y que yo no podía hacer nada para protegerlos.

Impotencia.

Eso experimente y era justo lo que sentía ahora al ver a esa mujer de pie frente a mí. Mi odio hacia Brigite Heremish había incrementado en su mayor alcance en tan sólo dos horas, toda mi furia estaba canalizada completamente hacia ella, hacia mi propia sangre.

-¿Por qué no fuiste por Diane?- espetó mi padre

Los tres estábamos encerrados en su despacho mientras que Carrie y Diane nos esperaban en la sala, mi hermana estaba triste y preocupada porque Brigite jamás fue por ella y es por eso que Carrie la consolaba mientras mi padre y yo hablábamos con su esposa.

-Estaba ocupada-

-¿Ocupada?- ironicé -¿Qué puede ser más importante que mi hermana?-

-Bien- suspiró -Lo olvidé-

-Brigite- espetó mi padre -¿Cómo pudiste olvidar a Diane?-

-Es tu hija maldita sea- dije furiosa

-Lo sé- asintió -Le pondré más atención la próxima vez-

-No- negué -Ni creas que te dejaré a cargo de ella de nuevo-

-Es mi hija, Annie- me miró molesta -No puedes quitármela-

-Puedo y lo haré- espeté -Es mi hermana y tu ni siquiera como su madre has servido, te he dado tantas oportunidades que la verdad estoy cansada, sólo la lastimas...-

-Pero es mi hija-

-Cuando te conviene- espeté -¿Cuánto la conoces?-

-Lo suficiente para saber que es idéntica a mí-

-No- reí sin humor -Dios la libre de tan grande penitencia-

-Basta- dijo mi padre

-No- espeté

Ya me había quedado callada bastante tiempo y ahora estaba cansada, harta, de que siempre me quedara callada. Ahora sería distinto.
Hace cinco años que Brigite Heremish me dejó a cargo de nuestra familia, ahora, era tiempo de hacerle justicia a mi lugar en esta casa y para eso debía establecer nuevas reglas.

-¿Sabes cuál es su comida favorita?-

-Yo...-

-¿Su aroma favorito?-

-No-

-¿Su canción preferida?-

-No-

-¿La pesadilla más reciente que ha tenido?-

-No, pero...-

-¿Su película favorita? ¿Su artista favorito? ¿El mayor sueño que tiene? ¿Su animal favorito? ¿Su fruta favorita? ¿Su única alergia? ¿Su broma favorita? ¿El libro favorito?-

Amor Por Contrato ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora