Un recordatiro

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—Aaaalice. —Mi madre siempre tenía un tono de voz dulce, nunca me agradó, era demasiado empalagosa para mi gusto.
—Alice? —por obvias razones no iba a decirle "Qué pasa mamá? Aquí estoy" tenía 2 años, así que Alice bebe se quedo jugando en el arenero.
—Te encontré Alice, pequeña traviesa- al ver a mi madre Alice bebe sonrío y la abrazó del cuello mientras mi mama la sostenía en sus brazos.

Mi madre era realmente hermosa, su cabello rojo y su rostro fino con sus ojos color gris como las nubes de lluvia, era alta para ser mujer.

—Vámonos, tu padre nos está esperando en el auto, me dijo que tenía un regalo para ti. —Alice bebe reía sin parar y ese mismo día conoció al perro más maravilloso del mundo. "Jack".

Después de 2 años más, mi madre casi nunca pasaba en casa salía del país por viajes de trabajo, era artista, en verdad la extrañaba. Con mi padre siempre salíamos los viernes a pasear con Jack nos divertíamos mucho los tres, mi padre era como un niño siempre le gustaba reír y jugar nunca me dejaba sola, siempre me gustó su sonrisa.

—Alice, nunca debes olvidar que yo estaré siempre a tu lado, nunca te dejare ni a ti ni a tu madre, nunca —era una de sus frases favoritas siempre me lo repetía, me cansaba su frase casi llegue a odiarla.

Cuando mi madre llego a casa de un viaje largo tuvo otra hija. Yo la quise nombrar Tainy pero mis padres dijeron que parece nombre de perro así que la pusieron Ana, el nombre que yo quería ponerle era más original. Yo amaba mucho a Ana la amaba con todo mi ser, era igual a mama a diferencia de los ojos que eran negros, yo no sabía por qué los tenía negros mi padre tenía ojos verdes, mama dijo que era cuestión de genes antiguos.... por alguna razón nunca la creí. Su personalidad era fuerte, parecía que nada la lastimaba, cuando se caía no lloraba, sus compañeros la molestaban y ella les devolvía el doble o se defendía con golpes, yo a su edad era una miedica lloraba por todo y no me gustaba hablar. Mi padre nunca se llevo bien con mi hermana.

Mi padre perdió su niño interior, no le gustaba estar en casa y aveces solo me llevaba a mi con el, me cansé de que me trate como si fuera su única hija.

—Papa debes llevar a Ana también.
—luego de haberle dicho eso mi padre no me volvió a llevar de paseo.

Ana y yo solíamos pasar en casa solas, mamá trabajaba y papá... bueno papá no estaba. Era divertido nunca nos aburríamos, nuestra actividad favorita era pintar nuestro cuarto, cada centímetro lo teníamos con dibujos y pintura, supongo que sacamos el don de mama, Ana me enseñó a trepar árboles ella era muy ágil.

Cuando tenía 11 descubrí porque no teníamos abuelos, mi padre y mi madre se fugaron de casa cuando eran muy jóvenes, desaparecieron de sus familias y se casaron. Todo lo supe por Ana, era buena averiguando cosas.

Descubrí también que Ana solo era mi media hermana.

Ahora entiendo porque papá nunca la acepto, no era su hija, era hija del amante de mi mama. Yo nunca deje de amar a Ana, incluso me apegue mucho más a ella.

Mama se largo de casa.

Ana y yo pasábamos solas casi siempre, aprendí a ser independiente y Ana igual.

Mama murió, nunca supe cómo, pero lo oí mientras papa hablaba con una vecina.

Papa decidió dar a Ana en adopción. Yo  decidí ir con ella, de otro modo estoy segura que acabaría matando a mi padre.

Nunca volvimos a ver a papá.

Ana casi nunca sonreía, por más que yo trataba no lo hacía, se volvió muy sensible a la deprecien todo su dureza se fue. Por otro lado, a mí me resultaba difícil sentir mayor cosa.

El orfanato era una mierda, aprendimos a odiar a los niños... aunque Ana solo tenía 10. Siempre  fui una cerebrito pero lo era por qué me gustaba, perdí el interés total en la escuela, Ana ya no iba a la escuela.

Hubo una temporada en la que Ana descubrió como fugarse del orfanato por unas horas, encontramos un lugar hermoso. Lo llamamos "el mural" pintábamos todo lo que quisiéramos, al menos en esos días Ana sonreía.

Parecía que Ana conseguiría de nuevo su fuerza. Pero no fue así.

Un día regrese de la escuela y fui al cuarto de Ana y mío, entre al baño, encontré a Ana muerta con una gran herida en la muñeca y un estilete en su otra mano. Después de esa semana yo jamás volví a llorar, supongo que gaste todas las lágrimas que tenía.

La odie por eso, me odie por eso. Nunca me percaté de lo que hacía mientras yo no estaba con ella, nunca me percaté de que estaba sola, jamás supe en lo que pensaba, era solo una niña de 11 años. Odie la escuela más que nada en el mundo, no fui a la escuela por un año.

Decidí no atormentarme por mi familia, decidí olvidar a toda mi familia.

Decidí vivir por Ana.

Me adoptaron, era una pareja que nunca pudo tener un bebé, pero no querían un bebé no les gustaba los niños, querían un heredero.

Los odiaba, era la típica familia ricachona y amargada, me dieron todos mis caprichos, no me amaban, era su perro.

Aprendí muchas cosas, aún seguía teniendo 15, dijeron que debía volver a estudiar, yo acepté solo si nos vamos a otra ciudad. Accedieron.

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Abrí los ojos, me senté en mi cama y ojee mi cuarto.

—Joder, que clase de persona tiene un sueño en donde se narra su propia niñez? —me gruño el estomago.

Salí a la sala y encendí la tele, empece a ver películas de terror mientras comía algunas frituras.

Amo ser yo.

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2017 ⏰

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