El enamorado y La escéptica│Portgas D. Ace│ #LCA18

Capitulo 10 ✓

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Akari es tan maravillosa, no puedo decirles que no estaba asustado, porque sería mentira. A partir de ese día, todo fue mejorando poco a poco.

Miércoles, 29 de octubre del 2014 3:52 p.m.

Hoy decidimos ir todos juntos a pasear. Marco y Thatch han estado un poco intensos desde que Akari y yo decidimos empezar de cero, sin embargo, Sabo solo se ha limitado a sonreírme y guillarme el ojo cuando estamos juntos, y Elizabeth pues, ella solo converso conmigo "amablemente" claro, ella "amablemente" me advirtió, que, si llegaba a ver a Akari con una pisca de infelicidad, se iba a encargar de que nadie me encontrara.

Eso da miedo ¿Qué tan picado debo de quedar como para que nadie me encuentre?

Además, solo quedamos siendo amigos, no somos novios o algo parecido como para que esa amenaza obtuviera lugar.

—Ace...— Parpadeo varias veces, notando que me he parado de golpe, al pensar en los pequeños pedazos de mí mismo, distribuidos por toda la ciudad. La pelirroja se carcajeo por mi reacción, haciendo que yo sonriera un poco—. ¿Ace porque esa cara de susto?

—Akari, pues yo, veras... — Iba a contestarle a la niña de cabello rojo, cuando Elizabeth me mira con ojos sombríos—. ¡Nada, no es nada!

—uhmm... Claro, entonces sigamos.

Me agarro de la mano y me sonrió con sus mejillas impregnadas de rojo, respire fuertemente, llenando mis pulmones de aire y conteniéndolo por los nervios que me provocaba esa acción.

Esta chica cada día es más hermosa.

La verdad es que desde que decidimos empezar de cero, y me refiero a ser amigos, pues ella y yo pasamos mucho tiempo juntos. Sé que solo ha pasado una semana -ok, casi una semana- pero nos llevamos muy bien.

Ella realmente es muy linda.

—...Entonces le dije que me azotara— Parpadeo varias veces antes de reaccionar por las palabras de la pelirroja.

— ¿Qué? — Me detuve abruptamente mirando fijamente a los ojos a Akari, sintiendo un leve calentamiento en mis mejillas.

—Ace no me estabas prestando atención— Refunfuño como niña pequeña.

Akari estaba frunciendo la boca, mientras que sus manos se encontraban en sus caderas, suspiré y le sonreí, he estado muy pensador hoy, oh bueno, siempre ando dando vueltas en mi cabeza.

—A ver vaquero— Me sonríe y se pone una mano en la barbilla—. ¿Qué pregunta existencial tienes para mí?

—Vamos Akari, no siempre te bombardeo con mis preguntas— Le sonreí mientras ladeaba la cabeza.

Ok, tal vez y solo tal vez, no tengo un filtro con ella. Mis preguntas idiotas las termino formulando en voz alta y ella siempre está ahí para mirarme, reírse y después contestarme con algo más tonto.

— ¿No? ¿Quieres apostar? — Me sonrió y sus ojos se llenaron de un brillo que me causo escalofríos—. Porque puedo hacerte una larga lista

—No, está bien. Te creo— Hable rápidamente, ella se rio y solo negaba con la cabeza.

—Uhm ¿Ace? — Vi que la pelirroja miraba hacia los lados.

— ¿Si, pequeña?

— ¿Y los chicos? — Me miro con las cejas fruncidas.

Oh... ¡No lo hicieron!

Malditos, son un fiasco, son una imitación barata de cupido, son... son...

¡Los mejores amigos del mundo!

—Creo que nos dejaron— Ella solo voltea sus ojos, ante mi obvio comentario.

—Ace, no es que sea la princesa de la obviedad, pero... ¡Eso es más que obvio!

—Oye, pequeña cascarrabias, con calma o enserio te pondrás toda rugosa— Toco su frente mientras digo esto, ganándome un manotazo de su parte.

—Dime pequeña otra vez y no respondo.

Nos miramos fijamente y yo comencé a reír.

—¡Pe-que-ña!

Admito ser una persona suicida, Akari ya ha golpeado a un chico, es obvio que siendo yo no sé contendría, pero es que se ve tan hermosa cuando se enoja.

Ambos salimos corriendo entre el camino en el que estábamos, yo la rodeaba y ella buscaba la manera de agarrarme, corrí unos 20 pasos lejos de ella y me detuve, me di la vuelta para correr a su dirección.

Vi en sus ojos las alarmas sonar, así que comenzó a correr lejos de mí.

La agarré, posando mis manos en su cintura y la elevé, comenzando a dar vueltas. La oía reír sonoramente, después de unas cuantas vueltas, la baje y como consecuencia del mareo caímos al suelo.

—Por dios, eso fue...

—Divertido.

La miré y vi como sus facciones se iban entristeciendo, no, no.

¿Qué hice?

—Oye pequeña, ¿Qué sucede? — Me acerqué en donde ella estaba sentada, quedando a lado de ella, puse mi brazo alrededor de sus hombros y ella me miro con los ojos brillosos.

—Es solo que... que, ha pasado mucho tiempo desde que me sentía tan feliz— Sus mejillas se volvieron más rojas y sus ojos se cristalizaron poco a poco.

—Oh, pequeña, ven acá— Le dije abriendo mis brazos para que ella se acurrucara en mi pecho.

Ella se acercó, envolviendo sus brazos en mi espalda, mientras que yo la atraía más a mi cuerpo, besando su cabeza, tratando de calmarla, permanecimos así un buen momento.

Akari, ella es una chica hermosa y ella lo sabe, pero no hace alarde de ello, es más, los únicos hombres a su alrededor somos nosotros, además de eso, se hace respetar. Es alguien muy feliz y esas palabras me sorprenden, no sé qué haya sucedido en el pasado.

Yo estoy aquí, en su presente y como un buen amigo, estaré para ella en lo que necesite.

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