Estuve con esa sensación de que algo malo iba a pasar durante el resto del día, y para aumentar mi estado de paranoia, Zad no se dejó ver luego de nuestra conversación, sentía que me observaban en cada paso que daba, por lo que el sentimiento de persecución se fue acrecentando a cada momento.
Si Zad era un ángel y llevaba tiempo observando este territorio, quería decir que podría haber mas de ellos, o gente que trabajaba para ellos... Miraba a todos los que pasaban por mi lado con desconfianza, incluido a Tod.
- ¿De dónde conoces a Zad? - le pregunté durante el último reces
- Ya te dije que llegó en el verano, nos hicimos amigos por el club de deportes - me explicó mientras despeinaba mi cabello
- Pero... – continué mientras sacaba los mechones de mi cara - ¿Nunca viste a sus padres? ¿Otros amigos?
- Tenía un par de amigos que conocía de antes, por los demás eran todos los del grupo de deportes... ¿Por qué tanto interés? - quiso saber moviendo sus cejas de arriba abajo
- Porque, ya sabes... - fingí estar avergonzada, mejor que pensara que me gustaba a que supiera la verdadera razón - quiero saber un poco más de él... ¿Sabes cómo se llaman esos amigos? ¿O de sus padres?
- Sus padres siempre están fuera, conservaron sus trabajos y viajan seguido...
Eso no me sonaba para nada bien, era la típica excusa que daban en los muchos libros de ficción que había leído, cuando los padres en verdad no existían porque en realidad no eran personas, sino que cualquier otro ser... Un escalofrío me recorrió la espalda.
- Y sus amigos - continuó Tod sin saber todo lo que pasaba por mi mente - eran dos muchachos muy parecidos a él, buen porte... Apuestos...
- ¿Y es que ahora te has vuelto gay? - me fue imposible no reír ante sus observaciones
- No - se río también - pero las chicas quedaban prendadas a ellos como por un imán...
- ¿Sabes sus nombres?
- Eran – meditó por unos segundos - Michael y... Gabriel
Palidecí y Tod lo notó, le dije que estaba bien, que no pasaba nada... él atribuyó mi malestar a mi enfermedad del día anterior, así que no lo desconcertó del todo.
Mi última clase ese día era en el laboratorio de computación, para mi suerte, al menos algo que estuviese a mi favor ese día. Mientras la profesora nos daba nuestros trabajos, que en realidad nadie tomaba en cuenta, abrí una pestaña de incógnito en el buscador, teclee el nombre de Zad, Michael y Gabriel y agregue "ángel"... lo que apareció casi hace que me caiga del asiento. No eran simplemente ángeles, sino que eran de primer rango, casi la mano derecha de Dios, o quien fuese la deidad que andaba por ahí, eran arcángeles encargados de impartir la justicia y mantener el equilibrio de las fuerzas del bien contra el mal. El nombre completo de Zad era Zadkiel, el ángel de la misericordia, la benevolencia y el libre albedrío, en cuanto a sus amigos, que más podrían ser sus hermanos, no tenía ni ganas de verlos ni a kilómetros de distancia, menos aún con lo que descubrí: Gabriel era el arcángel de la venganza y la compasión, mientras que Michael era el encargado de la protección y de darle la oportunidad a las almas de redimirse de sus pecados.
Suspiré conmocionada acomodándome en mi asiento... ahora me alegraba de que el que se hubiese acercado a mí en primera instancia fuese Zad, la pregunta era: ahora que sabían que era a mí a quien buscaban, y que no iba a dar marcha atrás, ¿cuál sería su modus operandi?... si tan solo supiese donde estaban, o donde vivían para poder vigilarlos, si...
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El Espejo De Orquídeas (SUSPENDIDA)
FantasyLas horas del día pasaban lentas, pesadas, densas... demasiado extensas para mi conveniencia, las odiaba, me sentía como un autómata, sobre todo en aquellas en las que se tenía que hacer lo típico del día a día: levantarse, ir a clases, volver a la...