Capitulo 5: La regla

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Llego lunes nuevamente, pudo ser un buen día pero la maldita regla me había llegado. Sentía como la furia corría sobre mi y también las ganas de llorar por el hecho de que me había bajado. Si fuera el colmo, hoy me tocaba educación física y no tenia excusa alguna para saltarme la clase, si tuviera una profesora de esa asignatura seria mas fácil y ella podría entender, pero no era un gordo feo señor el cual coqueteaba con la mayoría de alumnas. Asco total.

Era la ultima asignatura por suerte. 

Estaba sujetándome el cabello mientras caminaba al campo donde nos esperaba el profesor. Este sin piedad alguna, nos hizo correr 20 vuelta al maldito gigante campo de grama y luego hacer despechadas, creyéndose un militar de primera, absurdo. 

Estaba haciendo todo a la perfección a pesar de lo incomoda que estaba. Con suerte, mi madre y mi abuela nunca tuvieron cólicos, era lo único que agradecía en estos días, porque mis amigas me cuentan lo horrible que es soportarlos. Pobresitas.

Después de pasar dos periodos seguidos de educación física, el timbre sonó dando la señal de la hora de salida. Me deje caer en las gradas del campo, agotada. Tome mi botella de agua y la bebí como nunca antes había bebido, ni si quiera en mis partidos me cansaba tanto.

Sentí una gran sombra sobre mi y eleve mi vista, era Blake. Sudaba y anteriormente tenia una camiseta azul, pero suponía que se le había cambiado a esta negra. Tenia una toalla, con la cual se secaba el sudor y el me extendió una. 

- Gracias. - la recibí y comencé a secarme el sudor.

- Te miras mas cansada de lo normal. - se sentó junto a mi.

El sol me pego justo en la cara ahora que Blake no estaba parado.

- Por favor, quédate donde estabas. - rogue.

Blake simplemente rió y se puso de pie para colocarse donde estaba.

- Entonces, ¿porque no has aguantado esta clase? - elevó una ceja. - Es raro de ti.

Suspire.

- Solo sera este día, ya la otra semana aguantare mas. - me puse de pie y sentía mis piernas temblar.

Blake me dio la espalda y se agacho un poco.

- Sube. - señalo su espalda.

Abrí los ojos en par y quería matarme por el hecho de estar sonrojada.

- Pero...

- Solo hazlo. - me interrumpió.

Me subí a su espalda y él comenzó a caminar hacia el instituto. Disfrutaba ir en su espalda y a pesar de que había sudado aun así sentía el olor de su perfume, ese olor que tanto amaba. Pero ese momento se fue al carajo cuando me recordé sobre la regla.

 Pero ese momento se fue al carajo cuando me recordé sobre la regla

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- Bájame, Blake. - me removí para que me soltara.

A pesar de que me había movido él me sostuvo fuerte para no soltarme y dejarme caer.

          

- ¿Por que?

Cuando pregunto me quede muda unos largos segundos, ¿debía decirle? ¡Claro que no! Pueda que sea normal pero me daría mucha vergüenza decírselo.

- Solo bájame, por favor. - pedí.

Blake me soltó y se giro a mi.

- Estas en tus días, ¿verdad? - sonrió.

Sabia que mis mejillas ardían terriblemente, ¿como lo supo? ¿De verdad lo comprendió de esa manera? Me gusto un poco mas al saber que era de mente abierta.

- Si. - dije en voz baja y baje el rostro para que no vea lo apenada que estaba.

Escuche una risita por parte de él y juntos caminamos hasta los vestidores. Él entro a su respectivo vestidor y yo al mio. Me di una breve ducha, me cambie y salí. No esperaba encontrarme con Blake, pero él estaba sentado enfrente mientras miraba su celular. Intente darme la idea de que no estaba allí por mi así que seguí mi camino sin decirle nada. Escuche pasos detrás de mi y en unos cortos segundos él se coloco justo a mi lado.

- Diablos, te estaba esperando. ¿Porque no me avisaste? - pregunto confundido.

- Lo siento, no creí que era por mi.

- ¿Y por quien mas lo haría? - rodó los ojos y rió. - Te acompañare a casa. 

Sonreí al escuchar eso y caminamos hasta mi casa, él contándome anécdotas de su desastrosa familia las cuales me hacían reír sin parar. Nunca había sentido como los minutos se pasaban volando hasta este momento, me despedí de Blake y me adentre a mi casa. 

Él hacia que mis días mejoraran, estaba segura.

Él hacia que mis días mejoraran, estaba segura

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~*~

- Necesitas hacer mas ejercicio. - dijo mi padre mientras cenábamos.

Apreté los los puños y seguí comiendo mi cena, ignorándolo. Últimamente me hacia esos comentario mas seguido y yo trataba de ignorarlos, pero algunas veces me costaba.

- No le digas eso. - regaño, mi madre. - Ella esta bien así como esta.

- No, yo ya le dije que no quiero hijas gordas. 

Escuche la risa de mi hermana menor, le causaba gracia como mi padre me humillaba constantemente.

Esa frase fue el colmo, deje mi plato a un lado y me levante. Ni siquiera di el "gracias" simplemente me repugnaba estar allí con esa clase de personas. No solo y las cosas con mi padre se fueron a la mierda desde esa noche y ahora él comportándose como le de la puta gana, estaba aburrida.

Me cepille los dientes, me coloque pijama y sin querer hacerlo realmente, me pare enfrente del espejo.

- No estoy gorda, no estoy gorda, no estoy gorda... - repetía una y otra vez. Sentí como las lagrimas se asomaban en mis ojos. - No voy a llorar, no voy a llorar... - repetía ahora, pero fue inutil. - No voy a ll... - mi voz se quebró y lagrimas comenzaron a salir. - No puede ser. - dije en forma de derrota. 

ImposibleWo Geschichten leben. Entdecke jetzt