– Más te vale que ese niño no se atreva a decir una palabra de esto porque te mato, Mingyu. –Seungcheol estaba muy preocupado por mantener la identidad de su primo escondida. No quería que le pasara lo mismo que él había vivido en la escuela, así que por eso era demasiado sobre protector con ese tema.
– Lo sé, lo sé... Veré como lo arreglo. –y tan pronto como terminó aquella frase, ambos corrieron a encerrarse en sus cuartos, dando unos portazos que cualquiera de los vecinos pudo oír.
Mingyu sacó su móvil, lo único que hizo fue revisar su lista de canciones y reproducir las mismas cinco que escuchaba siempre. Típicas canciones tristes, de esas con las que uno acostumbra a llorar solo, pero él no sentía nada, simplemente amaba escuchar los mensajes tristes de estas mientras se relajaba en su cama, mirando el techo como si este fuera la cosa más interesante. Esa era su manera de escapar a los problemas desde que era un niño.
Suspiró pensando en una forma de mantener a Wonwoo callado al menos hasta su graduación, que sería en tres meses más. Estaba tan molesto consigo mismo que la música no ayudó en nada y terminó lanzando el teléfono contra la pared, con una fuerza tan impresionante como para que volaran pedacitos de aquel artefacto por todo el cuarto.
Al día siguiente, Wonwoo se vio forzado a llevar una camiseta de cuello alto bajo su uniforme para que no le preguntaran nada sobre su herida, la cual extrañamente sanaba más rápido de lo que esperó, pero iba dejando una marca oscura en su piel que no querría mostrar a nadie. Llegó al colegio con la peor de las expresiones al notar que el moreno alto le esperaba en la puerta. Intentó con todo su ser ignorarlo y pasar de largo, pero una de sus fuertes manos le sujetó por la muñeca, logrando que se volteara a verlo a los ojos. La mirada de Mingyu era incluso menos amenazante que la que el mayor tenía en ese momento, pero era Wonwoo el que comenzaba a temblar.
– Déjame en paz... ¿No te alcanzó con lo de ayer? –Wonwoo hizo fuerza para zafarse del agarre de su muñeca pero solo consiguió que Mingyu apretara más.– ¿Me vas a dejar explicarte? –al preguntar aquello, el moreno sintió curiosidad por la pequeña marca morada, que sobresalía del cuello de la prenda que cubría la pálida piel del chico. Acercó su otra mano para descubrir que efectivamente le había quedado un moretón bastante exagerado pero no había rastro de la herida, la cual había cicatrizado completamente.
– ¡No me toques! –gritó Wonwoo al ver que Mingyu se acercaba demasiado con su rostro a su cuello, sin poder dejar de temblar a pesar de que su voz y su mirada parecían desafiantes.
– No levantes la voz, solo me preocupo por ti.– ¡Por Dios, escúchate! –empujó al menor zafando su agarre y arrinconándolo contra los casilleros. – Sacaste ventaja de mí y ahora te preocupas.
– Wonwoo, estás armando una escena. –comentó el mas alto mirando a todos lados mientras los demás alumnos se les acercaban para filmar lo que ellos creían que era una posible pelea.
–¿Qué?, ¿te da miedo que toda la escuela se entere de que eres un... ¡Mhhh!? – Mingyu... ¿Lo había besado?
Al principio opuso demasiada resistencia, intentando separarse sin éxito. Golpeaba el pecho del moreno con fuerza mientras este se encargaba de mantenerlo callado gracias a sus labios y su lengua que no paraban de invadir sin permiso los suyos, terminando por sumergirse en la perfecta sensación de aquel beso. Sus piernas no podían estar más débiles ante el fuerte contacto de los brazos ajenos en su cintura, que le apretaban contra el cuerpo de Mingyu como si fueran a romperlo en pedazos.
Los estudiantes no solo se sorprendieron, sino que el montón de gente se duplicó en algún momento durante ese beso y para cuando se separaron con sus respiraciones agitadas, al menos la mitad de la escuela se había enterado de su repentino "intercambio de opiniones".
Wonwoo no podía sentirse más avergonzado en toda su vida. Dedicó una mirada furiosa al moreno y le dio un golpe fuertísimo en la mejilla, literalmente haciendo que voltee la cara por el impacto, hasta logrando partir su labio inferior, que sanó en cuestión de segundos, aunque nadie más que él pareció notarlo.– Lo lamento, Wonwoo... No puedo controlarme cuando te veo y creo que ayer fui muy brusco contigo. –aprovechó la confusión de la gente. Después de todo, esa marca podía pasar como un simple chupón.
– Eres un desgraciado, Kim Mingyu. –con aquel tono amenazante que ni él se creía, salió corriendo del lugar de los hechos, dejando a Mingyu sonriendo como un idiota victorioso.
Se metió corriendo en el baño de personal y lo cerró con seguro. Se miró al espejo, observó su rostro completamente sonrojado y la forma en la que su respiración irregular hacía que su pecho subiera y bajara sin control. Sus labios estaban enrojecidos por la forma violenta en la que Mingyu los había tomado. Los relamió, pudiendo volver a sentir aquel toque amargo pero placentero de ese beso, que de solo recordarlo le hacía temblar completamente de pies a cabeza...Frente a todos, de esa forma tan vergonzosa ¿Cómo se atrevía?
Lo peor es que por más que intentara negárselo a si mismo, le había encantado tanto que ahora simplemente no dejaba de llenar su mente con pensamientos sucios sobre él y el moreno.–Maldita sea. Wonwoo, mírate, estás loco... ¿tanto te gusta ese maldito fenómeno? –se dijo a si mismo cerrando los ojos y abriendo el grifo para lavarse las manos y luego mojarse la cara con el agua que salía helada, a ver si así despejaba su mente un poco, después de lo que acababa de pensar en ese baño.
Tras unos minutos salió del baño y se dirigió a clases, llegando tarde. Que suerte que Mingyu no estaba en su clase, no quería cruzarse con él ni en otra vida. No lo soportaría...
Luego de eso, nadie le hablaba, seguramente por lo mismo que él no quería hablar con nadie. Maldito negro estúpido, por su culpa ahora era el bufón de todo su curso.
Ya habían pasado días desde el escándalo, ¿No podían simplemente olvidarlo?... Lo más estresante era que tenía que estar evitando cruzarse con Mingyu en todos lados, lo vieran como lo vieran, la situación no le favorecía en nada a Wonwoo.
Sintió que lo jalaban, empujándolo contra los casilleros del pasillo, provocando que cerrara los ojos con fuerza y al abrirlos encontrarse con uno de sus compañeros de clase, acorralándolo con los brazos a sus costados y amenazando con acercarse a su rostro.
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Sangre Dulce. -Meanie-
Fanfiction"El olor a sangre era muy fuerte. Abrió sus ojos y se separó del cuello de su amigo, no sin antes relamerse los labios y sonreír mostrando sus afilados colmillos ensangrentados. Wonwoo sabía que ese no era el Mingyu que él conocía, no podía tratars...