Un teatro abandonado

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Los ojos amielados de Dany se oscurecieron al oír la conversación de su hermana y la chica del teléfono —llamada Gaby—. No pudo evitar que el nombre de Alex resonaba en su mente, como si le sonase de algo.

Tara comenzó a sentir su corazón acelerándose  mientras su sangre comenzaba a helarse en sus venas en cuanto se dio cuenta de que Alex había desaparecido. Por un instante su mente no reaccionó, se quedó pegada al teléfono en silencio. Hasta que, de sopetón, volvió a la realidad y dijo con prisa:
—Vale Gaby no salgas de casa, iré a buscarla.

Inmediatamente después de dejar el teléfono sobre la mesa, Tara salió de la cocina como si su hermano ni estuviese allí presente. Dany se levantó al instante para ver con curiosidad a dónde se dirigía Tara. La encontró en el pasillo, junto a un perchero donde había varias chaquetas colgadas, tomando un abrigo fino de mezclilla y colando sus finos brazos entre las mangas.

—¿Sabes dónde está? —le preguntó Dany, con una ceja alzada al verla tan decidida.
—Ni idea, pero supongo que tendré que hacer un poco de trampas —le respondió Tara mientras se daba unos toquecitos con el dedo en la nariz.  Ambos sabían perfectamente a qué se refería.

Dany observó en silencio cómo Tara se acomodaba el cuello de la chaqueta y tomaba el pomo de la puerta mientras las llaves de su motocicleta tintineaban entre sus dedos.

—¿Necesitas que te acompañe? —preguntó Dany casi con miedo de la respuesta que podría darle Tara. Efectivamente, su hermana giró su cabeza, haciendo que sus ojos ambarinos e intimidantes dieran a Dany una especie de latigazo emocional en cuanto ambos cruzaron una mirada. El joven esperó a que Tara explotara y se pusiera a despotricar sobre él. Pero, para su sorpresa, Tara suspiró, hizo caso omiso y salió de casa.

Tras el portazo, todo quedó en silencio. Dany se había quedado solo en casa de su hermana, que hacía siglos que no la veía. Literalmente. Respiró hondo y se llevó las manos a la cabeza para revolverse los mechones de pelo castaño claro. Miró con curiosidad los alrededores, intentando averiguar por qué su hermana, en su sano juicio, había preferido vivir en una casa en lugar de un bosque.

Tara procuraba aminorar la velocidad de la motocicleta cada poco tiempo para intentar encontrar el mínimo rastro, pero nada. Unos cuarenta minutos después de dar vueltas y vueltas por el pueblo, tuvo la suerte de que frenó justo junto a un callejón. Había comenzado a marearse por ir durante tanto tiempo subida en su vespa de color negro. Estiró las piernas y se frotó la nuca junto a la tenue luz de una farola, mientras notaba cómo su mente se saturaba poco a poco por el estrés y la preocupación.
«¿Dónde diablos estás Alex?» Fue lo único que supo preguntarse una y otra vez, obligándose a sí misma a no pensar en el por qué de su desaparición.

De pronto su mundo dio un vuelco, y se apoyó en la farola para no desplomarse en el suelo. Todo aquello le estaba afectando demasiado.
Respiró hondo varias veces y alzó la barbilla para olisquear el aire una vez más. Pero aquella vez sí había algo, más cerca de lo que ella creía.
Un ligero olor a cuero la guió hasta el interior del callejón, apenas iluminado con la luz de la farola bajo la que se encontraba. Sus pasos resonaron con eco contra las paredes de ladrillos sucios por el tiempo, y mientras más y más se acercaba al fondo del callejón, más aumentaba la intensidad del olor a cuero.

Tras unos insoportables segundos de silencio tenso en el que sólo se escuchaba los sonidos de sus pasos, Tara por fin llegó al fondo de aquel oscuro lugar.

Y no había absolutamente nada.

Su corazón dio un brinco y un sudor helado comenzó a surcar su nuca y frente. Pero no iba a irse de allí sin mirar bien, así que abrió bien los ojos y fue palpando la pared en busca de algo.
Sus dedos se humedecieron por el tacto de los ladrillos mojados por las últimas lluvias de primavera. Hasta que se encontró con un espacio cuyo tacto era seco y distinto al de los ladrillos.

Saga Exilium: I Almas de jade y ámbar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora