Capítulo 34.

3.7K 177 8
                                    

Sin pensarlo dos veces fui a donde estaba Hannah y deposité un beso en sus labios.

Me apartaba rápido de la misma manera que había ido hacia a ella y la mirada.

—¿Que haces aquí?—Pregunté.—

—Me había escapado unos momentos del trabajo.—

—Ah.—

Sonreí levemente y me quedaba mirando a sus ojos.

—Iba a preguntarte qué que quieres hacer este fin de semana.—Le decía colocando mi mano en su rostro.—

—Pues no sé, ahora mismo, me pillas descolocada.—

—Yo te lo decía por... por si quieres una velada íntima, en un pequeño hotel, una cena romántica, tú y yo..—

—Para eso ya tenemos la casa.—Hannah alzaba sus cejas mirándole, y se reía.—

—Encima que quiero ser un romántico.—

—Romántico e idiota.—

Rodeaba mis ojos por que me estaba cortando todo el rollo y luego la miré.

—Vale, de acuerdo, te dejo que me lleves donde quieras este fin de semana.—

—Genial, gracias.—

Apretujaba sus mofletes y ella ponía una cara molesta aunque se reía.

Apretaba sus labios contra los mios dándole un fuerte beso y ella se apartaba de mi tocando sus labios.

—¡Bruto!—

Me reía levemente viendo su reacción y ella me daba un pequeño guantazo en mi rostro, de broma.

—Por idiota, a la, adiós.—

Se iba de repente mientras me reía levemente y negaba después.

Será... irritable.

Y adorable.

Decidí ir al vestíbulo para atender a una chica que esperaba para pagarme y la atendía.

Cuando se fue.

Venía de repente Bárbara tocando su pelo rubio ondulado y se ponía frente mía.

—Que novia tan guapa tienes.—Decía ella, sonriente.—

—Si, gracias.—Dije en un tono serio pero luego sonreí pensando en Hannah.—

Bárbara se me quedaba mirando con esos ojos azules que tenía tan penetrantes y se iba.

Nuevamente volvía a lo mío.

<< .... >>

Estábamos en el muelle junto a la playa por la noche.

Frente estaba el hotel que decidí llevar a Hannah.

Hoy nos habíamos instalado, creo que Hannah necesitaba relajarse al igual que yo pero ella más.

Estábamos dando un paseo y Hannah decidió ir a la arena.

No quedó otro remedio que ir con ella.

Paseaba descalzo junto a ella viendo la luz de la luna que estaba llena y el ruido al romper las olas.

Hacia muchísimo frío pero parecía que Hannah no le importaba.

—Pues ahora estoy más contenta que antes.—

—¿Por qué?—Pregunté mientras andaba junto a ella por la playa, y miraba al frente.—

—Por qué podrás pasar las navidades conmigo y podremos tener más tiempo juntos.—

Un Golpe Duro 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora