- ¡Alice, despierta! ¡Hoy es el primer día! - escucho unos gritos que me hacen despertar de un bote. Me froto los ojos antes de abrirlos.
- Qué alegría... - digo irónicamente.
- Venga, levanta. Verás que todo sale bien. - me dice tirando de mi brazo para que me levante de la cama.
- No quiero empezar... No tengo ganas de que me miren raro. - le digo. Ya lo pasé mal con eso en el instituto, no quiero que vuelva a pasar.
- Yo tampoco... La mayoría de la gente que hay aquí estuvo conmigo en el instituto y me miraban mal entonces... - me cuenta. - pero nos tenemos la una a la otra. - me dice sonriendo. Le devuelvo el gesto, me levanto de la cama y voy al cuarto de baño para asearme y vestirme.
***
Salimos de la residencia y vamos camino a la cafetería para desayunar antes de ir al pabellón, donde nos han citado para dar información sobre el curso y demás. Cuando llegamos, nos sentamos en una mesa y en seguida me habla Sara.
- Cuéntame, ¿por qué dices que te van a llamar «la rara»? - me pregunta.
- Estoy acostumbrada a que lo hagan. - le digo. - En el instituto al que yo iba, la mayoría de la gente me llamaba así, excepto mis amiga, claro. - le cuento, mientras ella hace un gesto de preocupación. - Ya me acostumbré tanto que me lo tomaba como un apodo.
- Me pasó exactamente lo mismo. - me dice. - Hasta mi hermano me llama así. - me cuenta. - Lo que no entiendo es por qué eras la rara, siendo tan guapa y vistiendo tan bien.
- Porque era y soy fan de Vegetta777. - le digo. Ella abre los como platos.
- ¿En serio? ¿Por eso? - me pregunta sorprendida. - Pues vaya... Ellos se pierden a una chica estupenda. - me dice.
- No sé que haría sin ti, si estuviera aquí sola. - le digo. La verdad, es que cuando estoy sola me desanimo mucho; necesito tener a alguien siempre cerca.
- Lo mismo te digo. - me dice mientras bebe un sorbo de su café. - Los pocos amigos que tengo se han ido a otra universidad, así que solo te tengo a ti. - dice sonriéndome.
- Y me vas a tener siempre. - le digo. Ella me sonríe.
La verdad es que Sara me parece una chica un tanto... peculiar; no quiero llamarle rara. Pero detrás de eso, hay una chica muy risueña y muy fuerte después de lo que habrá pasado. Se luce feliz, intacta, como si nunca le hubiese pasado nada. En cambio, a mí, sé que se me nota la mirada triste; siempre que me miro al espejo veo esos ojos caídos y esas ojeras que nunca he tenido. No soy fuerte, la verdad. Todo lo contrario, soy muy sensible: me dicen lo más mínimo y me duele. Además, voy con miedo a todas partes pensando en lo que la gente pueda pensar de mí. Siempre intento dejar la mente en blanco y disfrutar de cual sea el momento. Pero no puedo.
- Es la hora, tenemos que empezar la universidad. - me dice Sara sacándome de mis pensamientos. - Tenemos que ir a mirar las listas de las clases... ¡a ver si nos toca juntas! - dice muy entusiasmada mientras me coge del brazo para levantarme de la mesa.
Entramos, por fin, a la universidad. Está repleto de gente y el pasillo principal es enorme. Seguimos caminando hacia delante hasta encontrar el talón de anuncios con el listado de las clases.
- Primero A. - decimos las dos a la vez.
- ¿¡Primero A!? ¿¡En serio!? - dice Sara a gritos.
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Septiembre
Teen FictionSegunda temporada alternativa de «¿Sólo Tres Días?» No es necesario leer «¿Sólo Tres Días?» para poder leer esta historia. ***************************************** Alice ha pasado por el peor desamor de su vida. Ha estado saliendo con el famoso Yo...