La creadora de versos: Etéreo recuerdo.

Capítulo 4

Iris  consiguió salir del paso tras recitar su verso. Eloy la dejó libre de entre sus brazos y ambos retomaron la caminata. Iris quedó con la mente despejada tras las risas y carcajadas que su amor le regaló pícaramente y aligeró su paso por la tensión de hace unos instantes. Eloy tuvo que avivar el paso para quedar a su altura pero no se metió mucha bulla en ello pues disfrutó del vaivén de las caderas de su mujer mientras ella iba delante.

ㅡ Me encantó el poema, lástima que no lo disfruté antes. Pero he de reconocer que forzarte a besos para escucharlo mereció la pena. Gracias mi bella dama ㅡdijo Eloy justo cuando ambos quedaron a la misma altura.
ㅡ Nunca se te ocurrió preguntarme y ya sabes que esas cosas... me hacen sentir como una niña.

Él sonrió de satisfacción con la jugada.

La pareja prosiguió su viaje con linda singularidad cuando él se percató de una grandísima sonrisa de satisfacción en la cara de ella.

ㅡ ¿Por qué sonríes ahora? ㅡpreguntó él con gran curiosidad por la inmensa felicidad que de repente ella mostraba.
ㅡ Acabo de acordarme de cuando di a luz a mi primer hijo.
ㅡ Fuiste muy fuerte ㅡy agarró con fuerza a su esposa por el hombro estrechándola en un bello abrazo.
ㅡ Sólo dejé que la naturaleza brillara con su grandeza.
ㅡ Aquellos momentos fueron inolvidables, ¿no escribiste sobre esos instantes ningún poema?.
ㅡ Me apena decir que no.
ㅡ ¿Por qué?
ㅡ Supongo que por falta de tiempo primero y más tarde por no poder igualar con palabras tan bellos acontecimientos.
ㅡ ¿Y a qué esperas para dedicarle un poema?
ㅡ ¡Tú lo que estás es muy aburrido!
ㅡ No, simplemente disfruto de ti.
ㅡ Jejejeje ㅡrió ellaㅡ. ¡Tonto! Jijiji.
ㅡ Venga anda, crea algo que nunca es tarde.
ㅡ Está bien ㅡdijo Iris reconociendo que su marido aquel bello día andaba algo insoportablemente tierno ㅡpero déjame pensar... ㅡ. Iris dio un suspiro y cerró los ojos mientras caminaba.
ㅡ Te vas a caer ㅡdijo Eloy mientras la dirigía cual Lazarillo.
ㅡ Necesito contactar con la naturaleza ㅡdijo Iris.
ㅡ Así con lo que vas a contactar es con el suelo.
ㅡ Me desconcentras, cállate un momento, jijiji.
ㅡ Está bien pero quédate parada que no quiero llevarte a cuestas.
ㅡ Está bien, me sentaré aquí en esta piedra junto a este abeto.

Ambos volvieron a parar en medio del camino. Iris volvió a cerrar los ojos y Eloy se quedó mirando el casi imperceptible movimiento de los labios de Iris.

Pasado unos minutos Iris abrió sus ojos azules de par en par y mirando el anillo de casada en su blanca mano recitó:

Todo cobró completamente sentido
la primera vez que quedé embarazada.
Me sentí mujer, feliz de lo decidido,
plena, llena, amada, necesitada.

Nunca supe porque vine al mundo
hasta que mi vientre dio su fruto.

Por más que yo lo intenté
jamás encontré las palabras
que describieran perfectamente
la belleza de ser... mamá.

Ser madre fue la mejor experiencia,
el más bello recuerdo de todo mi ser.
Ser madre fue la más bella melodía
y lo mejor en mi vida fue mi bebé.

Amé cada una de sus sonrisas,
sus palabras casi incomprendidas,
sus primeros pasos en la vida,
y cada una de sus pequeñas caricias.

Sin ti, jamás lo habría podido vivir.
Sin él, jamás lo habría podido sentir.

Mas aquella experiencia no fue la única.
Repetirla dio aún más sentido a mi vida.
Y por segunda vez me sentí completa,
amada, necesitada y en el amor serena.

Gracias.

Ella se quedó en silencio con una lágrima sostenida.

ㅡ Te amo ㅡle dijo él con orgullo inigualable mirando a su mujer y feliz de haberla conocido y tomado como esposa.