Era un día como cualquier otro. Caminaba junto a mamá y mi hermana, dando largos pasos para no perdernos entre las personas que pasaban a mi lado. No lo niego, durante todo el día esperaba con emoción mi nuevo celular, era en lo único en lo que pensaba. Me negaba en pensar en aquel chico, que durante días, en lo que se había ocupado era en hacerme daño, en jugar con lo que sentía por él, en tomarme y como si nada al día siguiente soltarme. Él, ya había perdido todo lo bueno que me había entregado y solamente me encontraba en el proceso de superarlo.
Sabía hacia donde se dirigían mis pies en aquel momento, en esa tarde que por alguna razón se respiraba un aire totalmente diferente, tenía una leve corazonada de que algo no común iba a suceder.
Entre las conversaciones de mamá llegamos a la primera tienda departamental que visitaríamos aquella tarde. Camine hacia las escaleras que me llevaban al segundo piso, en un descuido mi mamá y mi hermana se encontraban entre los pasillos repletos de ropa. Estaba tan ansiosa, que tuve que demostrar paciencia ante la situación, esperando con tranquilidad a que ellas decidieran tomar el primer piso e ir por lo que veníamos. !Tu celular! Gritaron mis pensamientos. Mientras eso sucedía, observaba la gran cantidad de personas que caminaban alrededor de mi, algo no muy normal entre semana en esa tienda. Al fin comprendí, era el famoso "buen fin" difundido por todos los canales de televisión, y por todas las tiendas que anunciaban las grandes rebajas en sus productos durante todo un fin de semana en el año.
Paseaba por los pasillos, tomando entre mis dedos alguna prenda que robara mi atención, olvidándome del primer motivo del porque me encontraba ahí. Todo era lindo, pero no era lo que buscaba.
- Vamos al primer piso - dijo mamá.
- Claro mamá - deje a un lado la blusa negra que veía.
Volvimos al primer piso, exactamente donde se encontraba lo que quería.
- Yo iré a ver lo demás, mientras ustedes vayan a elegir tu celular- comento de nuevo mamá, mirándome.
- Si, esta bien, buscanos ahí - contesto mi hermana.
Telcel, Movistar, Unefon... Fue ahí donde me detuve a ver un celular blanco con rosa en el mostrador. Ya había visto de todo tipo, tamaño, color, marca, pero ese en especial me gustaba mucho su estilo, era perfecto para mi.
- Que te parece ese - apunte con mi dedo pidiendo la opinión de mi hermana.
- Esta mono - dijo mostrando una sonrisa de aprobación - pero no quieres ver más?
- Bien, por último vamos a Iusacell - dije fastidiada.
Tenía frente a mi de nuevo varios celulares, ninguno me pareció interesante.
- Ya decidí, quiero aquel - dije sin vacilar.
Camine hacia el último lugar donde habíamos estado, feliz.
- Les podemos mostrar el que gusten - dijo una voz femenina detrás del mostrador.
- Si, gracias - continúe viendo ese celular con detenimiento.
- Si tu quieres ese, esta bien, le decimos que te lo muestren?
- Si - dije acomodadome el cabello hacia donde el quisiera quedarse.
- Nos puedes mostrar ese?
- Claro que si - ya no era una voz femenina, si no de un chico. Nada mal, pensé. Saco el celular del mostrador de cristal y con cuidado me lo mostró, mientras escuchaba de su voz los beneficios de este - puedes tomarlo para que lo veas mejor - comentó sonriendo. Tome el celular que me estaba brindando, hubo un leve roce de manos, provocando que sonriéramos de manera mutua y poniéndome algo nerviosa, aunque trate de no mostrarlo.
Me gire hacia mi hermana, y le sobresalte un poco al ver a mamá a su lado discutiendo sobre algo.
- Mira mamá ese es el que quiere - se adelanto mi hermana a decirle.
Levante el celular que tenía en mis manos, mostrándoselo e hizo un gesto de aprobación, dándome rienda suelta para elegir el que yo quisiera. Sin pensarlo dos veces, me gire nuevamente hacia el chico entregándole el celular.
- Me das este, por favor
- Claro que si - se mostraba demasiado amable y de nuevo insistía en que no estaba nada mal el chico. Borra ese pensamiento mujer, hoy es la primera vez y la última que lo verás, fuera ilusiones.
El chico sin nombre comenzó a hacer sus maniobras con el celular, saco un papel,se apoyo sobre el mostrador y me lo entregó dándome indicaciones.
Camine hacia almacenamiento, regrese con el celular, y se lo di al chico que continuaba robando ciegamente mi atención. Comenzó a escribir el número del celular en un papel y mientras lo hacia de vez en cuando me lanzaba una mirada que me intimidaba, quise seguirle el juego y de vez en cuando lo hacia también, con la diferencia que yo lo hacia cuando él no me veía, y cuando él lo hacía yo fingía no mostrar interés ante él, quería mostrarme difícil de conquistar, aunque por dentro estuviera totalmente atraída por él.
- Pon una recarga a este número y regresas conmigo. Sonreí sin pensarlo y asentí. Fue así como entre miradas y sonrisas terminó gustándome por pocos minutos.
No al menos hasta que regrese a casa, feliz de la vida, con el celular en las manos y lista para agregar lo que quisiera. Lo encendí, entré a mis contactos para registrar a mis amigas para hablar con ellas después de todo esto. Pero fue todo lo contrario, ya que me sorprendí mucho al notar que ya tenía un número registrado. Como era posible si acababa de utilizarlo? JULIO apareció en mis contactos, sin pensarlo vi la foto y era nada más y nada menos que el chico que me había atendido. "Julio" por lo poco que supe, el chico que me atrajo de manera increíble y que me atrevía a decir que me había gustado aquel día, se llamaba así, sin embargo, no me atreví a llamarlo, ningún mensaje, absolutamente nada. Lo considere como alguien a quien nunca iba a tener y lo deje en el olvido sin borrar su numero de mi celular.
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EL ARTE DE SOLTARTE
Teen FictionAun recuerdo la primera vez que sentí tu ausencia. Me duele saber con certeza que esta vez tu adiós ya no es un "hasta luego". Las personas me gritaron que las cosas solo sucedían una vez, sin embargo, considero que me engañaron. Si eso fuera verdad...