Todo estaba destruido, no quedaba casi nada de lo que alguna vez fue el este de Michilda, de las ruinas aun algunas seguían quemándose mientras otras ya solo se observaba el humo negro que quedaba después de un incendio, habían logrado ganar, acabaron con los intrusos que entraron queriendo tomar el control por ese lado, pero gracias al esfuerzo de todos los magos que se encontraban ahí fuera, dispuestos a defender a todos los habitantes con sus vidas no lo lograron, pero a costa de mantener a la población segura, habían perdido la vida una gran cantidad de magos quienes lo dieron todo y se enfrentaron con gran valentía a los enemigos, lo dieron todo de ellos mismos para defender su hogar.
Pronto se escucharon gritos y exclamaciones de júbilo, festejando la recién proclamada victoria todos los magos de pie o consientes festejaron que la guerra había terminado, todos a excepción de dos magas que no sentían esa felicidad que estaban un poco más alejadas del resto, entre las ruinas de lo cual se podría apreciar un día fue un hermoso y gran parque como en el que un día se volvieron amigas y en el cual estaban por volverse a separar esta vez para no volverse a encontrar.
-Nanoha...lo..siento...
-no, no te disculpes Fate-chan, no tienes por qué hacerlo pronto estarás bien ya lo veras.
-Si tengo...que...d-disculparme...al parecer *tos* *tos*...ugh.
-deja de hablar Fate-chan, no te esfuerces tienes que aguantar.
-e-escúchame...te pido d-disculpas...por no poder...mantener más tiempo...mí...p-promesa.
-olvídalo Fate-chan eso no importa ahora, ya verás que te pondrás bien y podrás mantener tu promesa sea cual sea.
Una de ellas, la maga que iba de blanco trataba de creerse sus propias palabras rehusándose de siquiera pensar podría perder a la que por tanto tiempo fue su amiga, su compañera y secretamente también la dueña de su corazón, mientras la maga de negro que tenía la cabeza recostada sobre las piernas de su amiga era consciente del que el fin de su historia se acercaba y no le importaba mientras lo último que viera fueran esos hermosos ojos zafiro que ahora brillaban más por las lágrimas retenidas, no se arrepentía de nada solo lamentaba no poder mantener su promesa más tiempo por eso sentía debía disculparse, por eso no le importaba cuanto doliera alzo su mano para tocar la mejilla de la que había prometido proteger, esta a su vez sujeto esa mano temblorosa que antes le había parecido tan cálida y la acerco más para sentirla.
"Tus manos ahora están frías, al igual que un copo de nieve"
-Nanoha...lo siento...ya no podre...p-protegerte más.
-ya te dije Fate-chan no importa estarás bien ya lo veras además de que hablas si esa era tu promesa ya la cumpliste...tú me salvaste...por eso ahora estas así.
"Parece que se fundirá con tanta ternura, si alguna vez la intento agarrar"
-No Nanoha...mi promesa era que...te protegería siempre...p-pero ahora...solo tendré que esforzarme más...para protegerte...d-desde donde este.
- ¿Por qué Fate-chan?, ¿Por qué tuviste que hacerlo?, ¿Por qué es tan importante esa promesa?
-porque...es la p-promesa que le hice...a mi persona amada.
La maga blanca no podía creerlo el destino no podía ser más cruel tantos años queriendo escuchar que la maga negra la amaba y justo cuando al fin se lo dice estaba por perderla para siempre pensó que la vida no podría ser más injusta y lloro ya no podía contenerse más, tenía el corazón y el alma destrozados, no quería perderla, no así y lloro aún más.
-n-no llores Nanoha...no importa si no sientes...lo mismo...yo lo hice porque...q-quería hacerlo...no te preocupes.
- ¡Tonta! Fate-chan eres una tonta ¿Por qué nunca me lo dijiste?
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El fin de una guerra
FanfictionEstar en medio de una guerra puede ser devastador pero la verdadera tragedia viene cuando esta acaba, ellos eran magos y como tal debían proteger la paz que alguna vez hubo, aunque esto pudiera significar su propia muerte.