Rey.

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Capitulo 31.

Erza.

En cuanto reaccione, vi mi peor temor. Natsu y Jellal muertos.

¿Qué mierda había pasado?

Me acerqué con dificultad a sus cuerpos. Un resplandor en el abrigo de Jellal me hizo ir a el. En cuanto vi que era, mis manos temblaron.

En mis manos tenía la profecía. Se veía a Lucy en un mal estado. Se veía cómo iba atacar a Levy. Tenía unos minutos de ventaja. Mire con pesar a Natsu.

¿Por ti está así Lucy?

Salí cojeando. Llegue a la maldita colina que me daba una perfecta vista de las ruinas, de las consecuencias de la batalla.

El campo de fuerza se deshizo. Busque a los lados y sorprendentemente en mis pies tenía un arco. Tome la flecha de un color blanco con plumas verdes. Como si fueran de pavo real.

Al momento en que iba a lastimar a Lucy. No lo dude.



Enseguida, Lucy cayó. Y yo, yo había cometido lo peor para mí. Deshacerme de una amiga para siempre.



Los enemigos alzaron los brazos en son de paz. Todo había terminado.

No había ni rey ni reina. Y mucho menos un maldito loco por querer gobernar a todos.

Un calor intenso en mi cintura hizo que me levantara la poca tela que me cubría. Tenía la profecía allí. No recuerdo haberla guardado en mi.

Ahora, indicaba que tenía que regresar con Natsu y con Jellal, a un lado se veía alguien tirado.

Con las pocas fuerzas que aún tenía. Corrí hacia el puto castillo. Llegue a la habitación y me acerqué a la persona amarrada y tirada.

Saque el costal café de su cabeza y mechones rojos salieron de él, los ojos cansados de color verde me miraron.

—¿Rey? — pregunte dudosa, el soltó un quejido. Creo que eso era un sí,

—Necesito que sea fuerte, Natsu y su novia Lucy han sido asesinados.— enseguida comenzó a moverse, lo levante con precaución, sus ojos se dirigieron a los cuerpos que estaban tirados.



—No pude salvarlos. Conozco a Lucy, había dos posibilidades. Una que ella se volviera loca, o dos que Natsu tomara su lugar. No puedo cambiar el pasado. Pero de lo que sí puedo es cambiar el futuro.— dijo agachándose con cuidado, buscando entre la ropa de Natsu.

—Gracias Layla, tu hija cambio nuestro mundo.— saco una pequeña libreta de color marrón, y una pluma de pavo real, por arte de magia. La pluma de pavo real, comenzó a gotear tinta.

Comenzó a escribir.

—Cuida a Natsu mi querida Erza, será una excelente maestra en este mundo. Dile a Jellal que deje de atormentarse con estupideces.

Las flechas que tenían incrustadas Natsu y Jellal se transformaron en la flecha que había clavado en el cuerpo de Lucy. Después, comenzaron a desaparecer, en sus cuellos aparecía una pequeña flecha tatuada.

—Ese dibujo, significa que son los nuevos, son la nueva era para esta ciudad.

Voltee a ver al antiguo rey, quien comenzaba a desaparecer en su mismo fuego.



—¿Cómo es que sabe mi nombre?— dije antes de que desapareciera.

—Se tu nombre porque tú en el pasado me dijiste que podíamos cambiar en futuro escribiendo. La idea se te había ocurrido, solo que demasiado tarde. Ahora. Ahora los salvaremos a ellos.

Yo escribo mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora