Escape del lugar dónde viví prácticamente toda mi vida.
Me dije a mi misma que no me metería con nadie, ¿pero qué?
Aparecieron Connor, Tristan, Chris...
La había cagado.
Me había involucrado con ellos. Había establecido un vínculo, éramos amigos.
Me importaban, y la peor parte, yo les importaba.
Mi plan siempre fue que mi nueva vida le valiera mierda a cualquier persona, pero las cosas no eran como yo las había querido.
En fin, ¿las cosas me salían bien?
No, y esta no era la excepción.
Había ido hasta el instituto con el fin de comenzar el beso, terminarlo, y hacerlo de la manera en que yo quisiera, pero no fue así.
Brad había tomado el control sobre mis labios.
Había hecho el puto beso suave y sentido. Sí, sentido.
Sus manos se habían posicionado a los costados de mi rostro, mientras me besaba suave y lentamente.
Podía sentirlo, podía interpretar su "Perdón" por sus movimientos y la forma en que me besaba.
Puta mierda.
"Idiota"
Oh, Dios. Esto no podía seguir así.
Reúno valor, y tratando de no ser tan brusca, me separo de él.
Lo primero que veo es a una Dess echando humo por los oídos.
Bueno, al menos eso sí me salió como quería.
Con mi vista periférica, observo como Brad abre los ojos y los tiene fijos en mi, pero no puedo devolverle la mirada, porque sé que si lo hago esto no va a terminar bien.
Sonrío satisfecha hacia Dess, como diciendo:
Sí, zorra, acabo de besarlo en tu cara.
Su cara se empieza a tornar roja, y me encanta. Está furiosa.
-Nos vemos luego-digo hacia Brad sólo para cabrear más a Dess.
El me mira aún desconcertado y hace ademán de querer hablar, pero por suerte un chico detrás suyo, llama su atención antes.
-Eh, campeón, ¿podemos hablar del trabajo...
Y ese es mi pase de salida.
Ya no puedo seguir cerca del castaño.
Casi que corro hasta el Toyota, rogando que Brad no venga detrás mío.
Mi corazón recobra el ritmo normal cuando veo, ya dentro, que está ocupado hablando con su compañero.
-Estás jugando con fuego, princesa.
Mierda.
Doy un brinco del susto al verlo en el asiento del acompañante.
-¿Qué estás haciendo aquí?¿Y...y cómo entraste?-digo llevando una mano a la altura de mi corazón.
Él sonríe de costado.
-Básicamente, este es mi auto, igual que todos los vehículos que usa Chris, tengo una copia de todos... así que, bueno, ya sabes...-responde tranquilamente.
-Vete-ordeno. Ya tengo a Brad que tiene mi cabeza hecha un lío, no quiero nada más.
-Vamos, Sam, no te puedes escapar de mi, sé todo-dice haciendo énfasis en la última palabra, haciendo que me estremezca.
No, el no puede... no.
Estoy siendo exagerada, sólo eso.
-Pero está bien,-¿Qué?- igualmente, sólo vine a dejarte una cosa-revuelve su bolsillo trasero y saca...¿Qué es eso?
Algo rectangular que cabe en la palma de su mano, envuelto por un papel de regalo, y un moño en una esquina.
¿Qué carajos...
-Y no se te ocurra deshacerte de él, porque entonces sí me enojaré, y creo que no es algo que quieras ver-dice acercándose y dejándolo sobre mis piernas.
Su cercanía otra vez me produce eso que tanto odio.
Lo estoy deseando.
Sin previo aviso, captura mis labios y me da uno de esos besos que él sólo sabe dar.
-Llámame-me guiña el ojo y se va.
Oh, Dios.
Un puto iPhone último modelo activado.
Eso es lo que me dio Louis.
Ya estoy de malas de vuelta, Louis me distrajo, y reconozco que no pensé en Brad un sólo segundo mientras estuve con él, pero el castaño está de vuelta merodeando en mi cabeza ahora.
-Me tocas un pelo y te corto los huevos-repito por quinta vez a Chris.
Está al lado mío, mirando la televisión, o algo así... yo no estoy prestando atención a...¿Qué putas es esto? Definitivamente no es el canal de cocina dónde lo deje.
-¡Christoffer!-le doy un codazo.
-Auch-se queja- Es que sólo aquí veo Venus, mi madrastra bloqueo todos los canales porno-explica haciendo un puchero.
-Y a mi qué, cómprate una antena-digo quitándole el control remoto y cambiando de canal.
Tampoco es que nunca haya visto porno, pero es que Chris me desespera.
-Me dijiste que te podía tocar-repite.
Volvemos a los mismo.
-Me estás tocando lo huevos que no tengo, deja de molestar de una puta vez-contesto mientras hago zapping.
-Bah, aburrida-dice de mala gana y se levanta del sillón.
Hasta que se fue.
-¿Tienes un iPhone?-dice detrás mío.
Ay, no.
Me levanto y voy hacia él para arrebatarselo de las manos.
-¿Qué?¿Qué?-dice con voz adormilada Tristan bajando de las escaleras.
Sí, se despierta a las cuatro de la tarde.
-Que se metan en sus asuntos-digo con intención de encerrarme en mi habitación, pero el timbre suena.
-¿Quién es él idiota que toca timbre?-dice Chris riendo, mientras camina hasta la ventana.
Yo me pregunto lo mismo.
-¿Simpson?-vuelve a hablar Chris.
¿Qué?
Mierda.
-¿Sam?-pregunta Tristan.
-No se les ocurra...
-Hola, Simpson-dice Chris con la puerta abierta.