CAPITULO XXIII "FESTIVAL DE LOS FAROLES"

728 80 18
                                    

Me retoqué los labios, todo estaba listo para la gala de ésta noche, no sé qué es lo que Edgar pensaba pactar para los chinos, pero lo que sea, seguro tiene que ver con acabar con los Palacios y su compañía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me retoqué los labios, todo estaba listo para la gala de ésta noche, no sé qué es lo que Edgar pensaba pactar para los chinos, pero lo que sea, seguro tiene que ver con acabar con los Palacios y su compañía. 

Edgar entró a mi habitación, lucía una traje típico chino, siempre se veía guapo con un traje, el tipo tenía porte y elegancia, lo que a muchos les faltaba, Edgar tenía el poder de hacer al traje elegante, no que él fuera elegante solo por el traje. 

- ¿estás lista?

asentí mientras me acomodaba el cabello, Edgar se acercó a mi y me besó el hombro.

- estoy lista.

- te ves preciosa. 

siguió besándome el hombro, recorrió mi clavícula con sus labios hasta llegar a mi cuello. 

- ¿en serio quieres retrasar el festejo que les has preparado a tus invitados? 

creo que el problema fue cuando se miró en el espejo, el percance de ayer le había dejado demasiado sacudido, la cicatriz fresca en su rostro no le venía bien, por lo que actué de inmediato y le quité la mirada del espejo.

- ¿qué le haces a los trajes que te sientan tan bien?

sonrió de medio lado, creo que mi halago había cumplido con el objetivo porque me besó los labios y me sostuvo unos segundos mientras me ponía sobre la mesa, me abrió las piernas y acarició mis muslos, me miró encendido.

- quítate la tanga. 

- ¿disculpa?

- quítate la tanga o te la arranco de un jalón.

sonreí divertida y me bajé la tanga de manera suave, se quedó atorada en mi zapatilla y él la tomó, se secó con ella el sudor mientras yo me reía excitada, volvió a la carga y siguió besándome mientras acariciaba mis muslos, subió las manos poco a poco hasta llevar a mi monte de venus, en dónde buscó mi zona erógena y comenzó a provocarme.

gemí y me reí.

- que manos tan rápidas tienes. 

- ya sabes, todo sea por complacerte. 

- si fuera así, Marcia no tendría algo de lo que me pertenece. 

me mira de manera seria y acaricia mis labios.

- sabes que te amo, Karen, a mi manera, pero te amo. 

nunca me lo había dicho, pero él actúa como si fuera así, el pánico se apoderó de mi cuando pensé seriamente si es que yo también le amaba, solo me había quedado en un querer y me dio tanta rabia pensar en el Palacios en ese momento. 

- estás bien loquito.

le digo con una sonrisa en mis labios, él apoyó su cabeza en mi pecho, acaricié su cabello suavemente mientras él besaba mis pechos.

❖ 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐲𝐞𝐬: 𝐎𝐩𝐞𝐫𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐂𝐚𝐜𝐞𝐫í𝐚 ❖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora