Nunca creí llegar a esto, pero estuvimos muchos meses tratando de esperar una respuesta, aunque ya estaba frente a nuestros ojos.
Desde un principio nuestras vidas dependían y dependen de Dios,
ahora solo queda seguir adelante y ser felices,
y recordar cada momento con amor y alegría.
Sin olvidar que hemos sido la risa, el suspiro, el llanto, y mucho mas, para la otra persona.
Pero esto no termina acá, esto sigue; ya que la amistad y la locura por Dios, nos sigue uniendo.
Simplemente, gracias por tanto.
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