Asesino en serie (Justin Bieber & Miley Cyrus) ©

Capitulo 19: Corazón Latiente

Un sonido me interrumpió de mis pensamientos, era el sonido del motor de una moto, pero no de cualquier moto…

- Hola, Miley – dijo el motociclista. 
Solo pude observar sus hermosos ojos, y luego se saco lentamente el casco, meneando su hermoso cabello castaño de lado a lado. Mis ojos se iluminaron pero mi cuerpo se quedo estancado.
- Pensé que no volverías… - susurre en un hilo de voz. 
- Necesitaba verte, saber si estabas bien… - contesto él bajándose de la moto. 
- ¿Sin contar el peligro? – le pregunte. 
Pero era demasiado tarde para pensar en el peligro, ya estaba arrojada en sus brazos conteniendo las lágrimas que me invadían hace días… 
- ¿Por cuánto durara está vez? – me anime a preguntar. 
- Solo disfrutemos… - me contesto. 
- ¿Disfrutar? – pregunte alejándome – Significa que te volverás a marchar…
- Solo quiero tu seguridad – me dijo. 
- Pero contigo estoy segura, realmente lo estoy – le dije. 
- Pues eres la primera que se siente así – dijo él con una pequeña risa - ¿Y si te sucede algo? , jamás me lo perdonare, Miley. 
- ¿Pero de que me tienes que proteger? – le pregunte. 
- De muchas cosas y especialmente de mi mismo – dijo. 
- ¿De ti mismo? – le pregunte.
- ¿Te atreves a tomar el riesgo? – me pregunto. 
- Solo…no quiero perderte, eres lo último que me queda – dije mientras lo abrazaba nuevamente. 
- No dejare que nada te pase…nunca… - dijo mientras me besaba la frente. 

Tres de diciembre, los exámenes finales ya estaban dados, el año cerrado y el viaje de estudios en acto.
- Pásalo excelente – le dije a Antonella mientras esperaba que se subiera al bus. 
- No será lo mismo sin ti, Miley – dijo abrazándome. Luego se volteó y me grito - ¡Estaré más cerca de lo que crees! – río. 
Ella se subió y lentamente comenzó a llover y dos mensajes llegaron a mi celular, el miedo recorrió mi cuerpo y lentamente comencé a leer el primero. 
<< Mira lo que encontré, tienes que verlo, te espero en la esquina, te quiero>> 
Sonreí con alivio al ver que no era nada más que Justin, pero el segundo me quito ese respiro rápidamente…
<< ¡Miley cuándo dejaras de meterte en el medio de la situación! ¿Acaso no ves que tú misma te condenas? , te quiero a ti o si no alguien que de verdad amas saldrá lastimado…tic tac, el reloj comenzó>> 
Mis manos se quedaron heladas, estas amenazas cada vez eran más insufribles…pero esta vez sabía lo que tenía que hacer. 
- ¿Justin? – llamé por teléfono. 
- ¿Dónde estás Miley? – pregunto él. 
- En la comisaria… - dije en un hilo de voz - ¿Puedes venir y esperarme afuera? 
- Voy enseguida – dijo cortando el teléfono. 
Mi madre se sorprendió al verme y rápidamente me pregunto con poco interés:
- ¿Qué sucede ahora, Miley? – pregunto. 
- Espero no quitarte tu tiempo – dije entregándole mi teléfono y el mensaje. 
Ella lo leyó y luego me miro sin entender. 
- Es un número desconocido, me ha estado acosando durante varios meses…creo que él podría ser el asesino.
Mi madre me seguía mirando y poco a poco estallo en risas y luego de eso volvió a su típica solemnidad y junto las cejas en forma de reproche:
- ¿Qué hare contigo, Miley? – pregunto - ¿Tanta atención necesitas que inventas algo así? 
- ¿Inventar? – repetí enfadada - ¡Mamá yo no he inventado nada! 
<< - ¡Mamá créeme no es lo que parece! – le gritaba.
- ¡Cállate la boca, Miley! – me dijo ella. 
- ¡Mamá debes creerme, es verdad! – le rogué >>
Era como estar viviendo todos esos tiempos nuevamente, los gritos, las ganas de llorar y la desconfianza volvían. Los recuerdos me agobiaban la cabeza en especies de dejavú, de caer siempre en lo mismo…
- Miley, déjame trabajar – dijo sin tomarme atención. 
- ¡Mamá hablo, enserio, este tipo me está acosando, mira, mira cuantas veces me ha enviado estos mensajes! – le dije. 
- ¡Miley es suficiente, deja las mentiras y madura de una vez por todas! – grito. 
- Sabía que no me creerías… ¿cuándo lo has hecho, no? – dije cogiendo mi celular y saliendo del lugar lo más pronto posible. 
Justin estaba esperándome sentado en la moto, al llegar no dijo comentario de mis lagrimas ni de porque me encontraba ahí, solamente me entrego el casco y como siempre sujete fuertemente sus caderas y puse mi mentón en su hombro, cerrando los ojos para olvidar el mal rato.
Nos comenzamos a alejar del centro de la ciudad y nos desviamos por unos cerros, dejamos atrás la calle y empezamos a andar por calles de arena y pasando por praderas y alamedas hasta parar cerca de un lago. 
- ¿Dónde estamos? – pregunte al bajarme. 
No me respondió me cogió la mano y me llevo a un pequeño bote y comenzó a remar, el lago era hermoso rodeado de cisnes y con las alamedas encima de nuestras cabezas mostrando el simple y bello sol…
- ¿Te gusta? – me pregunto. 
- Me encanta, no sabía que existía algo así – dije sonriendo. 
Nos quedamos en la deriva mientras contemplábamos el crepúsculo en nuestras cabezas. Por primera vez sentía como mi corazón latía a cien kilómetros por segundo, sin poder controlarlo.
- Te amo, Miley – susurro Justin.
- ¿Qué? – pregunte, sabiendo lo que oí.
- Te amo – susurro un poco más fuerte.
- ¿Disculpa que dijiste? – volví a preguntar, él me miro frustrado y yo eche a reír. – Pensé que nunca lo dirías – dije conmovida. Él me cogió la mano - ¿Quieres que lo diga? Creo que no es necesario tú lo sabes. 
- ¿Qué cosa? – dijo distraído luego de haberme observado largo segundos. 
- Yo te amo más – le sonreí. 
Él se me acercó y rápidamente me lanzo agua y así paso el mejor crepúsculo de mi vida, y cada vez que el crepúsculo caía sentía que todavía había oportunidad en mi vida todavía podía volver a empezar.

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