Irritado.
Estaba tan enojado que ni siquiera se molestaba en esconderlo y Rin, simplemente evitaba el tema, aunque le picaba demasiado la curiosidad no se atrevió a preguntar.—Suguro…—Murmuro entre dientes mientas azotaba el libro en la mesa.
Llevaba un rato haciendo lo mismo, recoger el libro, tratar de leerlo con cara de querer matarlo y luego azotarlo en la mesa. O el libro era muy malo o algo había pasado y el no se había enterado; pero eso no seria del todo nuevo.
—¿Yukio…?—¿Que quieres?
—¿Sucedio algo esta tarde?—Dio un salto hacia atrás cuando vio a su hermano levantarse por fin de su escritorio—S-Solo preguntó por tu mal humo… quiero decir, te veo tenso ja ja ja…—Murmuro con las manos en alto frente a el.
—Nada de lo que debas preocuparte, Rin—Sonrio levemente y se acerco a el—Por otro lado…
—Hmm?
—Tu me amas, ¿verdad Rin?—Dijo mientras acariciaba suavemente su cola, poniéndolo nervioso.
—Q-Que crees que preguntas idiota!—Alzo la voz un momento y luego la bajo hasta casi no escucharse—Po-Por supuesto… quiero decir, yo no haría nada con nadie que no me gustase…—Murmuro con la cabeza gacha y los ojos en todos lados, menos en su hermano.
Yukio sonrió enternecido. Toco su mejilla con tranquilidad, llamando su atención e invitando a su mirada a encontrarse con la suya. Inesperadamente, Rin no aparto la mirada esta vez, sonrió abiertamente y lo abrazó.
—¿Ya no te importa que somos hermanos?—Rio bajo Yukio, abrazándolo por la cintura y repartiendo besos en su cuello.
—Tu lo dijiste, ¿no?—Murmuro disfrutando las lindas caricias—Ya no somos solo hermanos y eso esta bien para mi.
Ambos rieron en voz baja y siguieron así un rato hasta que el celular de Rin comenzó a sonar. El tono de llamada era algo peculiar pero familiar para Yukio, así que fortaleció el abrazó impidiéndole moverse.
—Espera, tengo que ver quien es—Murmuro Rin con voz inquieta.
—Dejalo sonar—Respondio él.
Entonces sin pensarlo, empujo a Rin a la pared, dejándose llevar por los celos que le causaba ese maldito tono de celular que no dejaba de sonar. Fuerte, posesivo y agresivo. Un beso lleno de celos que gritaba por ser correspondido, pero Rin no podía seguirle el paso.
—Para…—Pero paso lo contrarió, siguió y siguió hasta que Rin ya no pudo mas y lo empujo—¡Te dije que pararas, Yukio! ¿Que demonios te pasa?
—¿Que te pasa a ti? ¿¡No quieres besarme solo porque quien esta llamando es Suguro!?—Le acuso.
—¿De que estas…?
Miro su celular en el momento en el que dejo de sonar, sorprendido.
—Espera… yo en ningún momento le puse ringtone personalizado…—Murmuro revisando su celular completamente extrañado—¿Como fue que…
—Fui yo—Respondio Yukio cruzado de brazos y con el ceño fruncido.
—¿Porque demonios hiciste eso? No, espera, ¿Por que tomaste mi celular? —Pregunto un poco enojado.
—No trates de cambiar de tema, ¿Porque te llama Suguro a esta hora?—Pregunto aun más mosqueado que antes.
—Yo que voy a saber si no me dejabas atender la llamada!
—Porque deberías atenderme a mi como mi hermano y novio, no a el!
—Esto es ridículo—Suspiro Rin pesadamente y salio de la habitación con Yukio detrás.