El tiempo de gloria acabó en un parpadeo. El mes restante pasó fugaz, dejándole un sabor agridulce. Sus predicciones fueron acertadas cuando entregó la novela a su editora. Ella eligió el final alternativo, dándole a él un nuevo rumbo a su carrera como escritor, un campo literario diferente como complejo ya que sus conocimientos eran casi nulos.
Aceptó que su novela fuese publicada con aquel desenlace un tanto bastante contradictorio a sus ideales. Aun así, Odette le aseguró que sería un éxito. Y pasó, Love again —título que le dio a su nueva obra— pronto se convirtió en el libro más vendido en la ciudad. Otro éxito, más fama o, bien, la fama se lo ganó William, él sólo era un mero espectador de aquel seudónimo.
Volvió a la misma rutina de hace un año atrás. Al principio le costó porque se acostumbró a salir de viaje constantemente y ahora... le quedaba retomar el ritmo.
No perdió tiempo y, a pesar de tener varios borradores con posibles nuevas obras, descartó volver a escribir algo similar a su novela recién publicada.
Seguiría sus propias reglas. Su propia esencia.
Dos meses después de la publicación y de su último viaje.
Una persona dentro de la sociedad actual, sobre todo siendo un hombre joven, está ligada a un centenar de responsabilidades y obligaciones. Aunque siempre existirán esas excepciones en las cuales muchos jóvenes se dedican a... nada. Guillermo Díaz no encajaba en ninguna. Si bien su vida estaba más que constituida con sus deberes y obligaciones, él no era normal. Un ser totalmente aislado del contacto humano —obviando, por supuesto, a Odette—, carente de esa facilidad para socializar, para hacerse notar, decir «aquí estoy, soy uno más del montón». No. Definitivamente su vida, su rutina, no concordaba en lo absoluto con los jóvenes de su edad.
¿Qué chico normal dudaría en salir de fiesta, tener amigos?
Él.
Un carácter totalmente bohemio. Una mente libre donde solo albergaba espacio para sus historias, sus personajes, sus ideales. Hilvanando asiduamente palabras, uniéndolas, formando versos, diálogos, párrafos y, tal vez, eso era lo único que necesitaba. Él se sentía feliz siendo como era. ¿Por qué desperdiciar tiempo en salidas o posibles amigos cuando su propia consciencia podía libremente crearlos? ¿Qué ganaba estando en un bar o discoteca rodeado de personas que no tenían ni idea de lo que hacer con sus vidas?
Posiblemente divertirse.
Sin embargo, sus mejores amigos eran los libros quiénes jamás —desde que aprendió a leer— lo abandonaron. Siempre dispuesto a hacerle compañía en una noche de sábado, mejor aún si llovía. El panorama ideal. ¿Por qué necesitaría de un ser humano como amigo si ya tenía a Mávros? Sí, con su mascota hablaba diariamente, aunque sabía muy bien que jamás obtendría réplicas del minino, pero a él le gustaba pensar que aquel gato negro lo escuchaba, que le prestaba atención cuando pedía un consejo sobre cierta trama o nombres para sus personajes.
ESTÁS LEYENDO
Wings Of Freedom©
FanfictionSolitario. Bohemio. Amante de los viajes en tren. Ama su vida, su independencia... su libertad. Su lema: «su vida, su rutina, sus reglas». Nadie conoce a la persona detrás de los libros ni siquiera su verdadero nombre. Escritor-novelista bajo s...