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Consiguió despertarse mucho antes de lo usual gracias a la gran hambre que estaba teniendo en esos momentos, sin embargo, había un problema: Tenía una flojera inmensa de cocinar.

ㅡNada que una cafetería no arregle

Se levantó perezosamente tomando un poco de agua del vaso que siempre ponía en el pequeño mueble junto a su cama, buscó su ropa lo más rápido que su lentitud le permitía, no por nada su familia le decía Min el Caracol.

Cepilló sus dientes al igual que lavó su cara como hacía todas las mañanas, al estar listo tomó sus llaves junto con el celular y un pequeño cuaderno de notas que cabía perfectamente en el bolso de su abrigo favorito. Salió de casa caminando en dirección a la cafetería más cercana que pudiera encontrar.

Parecía que el día iba a ser diferente a lo que acostumbraba.

...

A lo lejos pudo visualizar un letrero bastante bien decorado. En letras coloridas se encontraban escritas las palabras Coffee & love, su estómago realizó un vergonzoso sonido proclamando el hecho de que no había ingerido nada desde hace veinte minutos, necesitaba comer algo y aunque nunca hubiese estado en ese lugar su hambre era tanta que si le ofrecían una cucaracha la podría ingerir sin chistar.

Cuando por fin estuvo dentro se sentó en un lugar bastante apartado de la gente que se hallaba ahí, un mesero le tomó la orden y en el momento que se fue sacó su libreta junto a un bolígrafo.

Comenzó a escribir

Hoy es un nuevo día, cariño.

He decidido venir a una cafetería porque el hambre me estaba matando pero la flojera de cocinar también, ¿No es gracioso?

El nombre del lugar es Coffee & Love, demasiado cursi para mi gusto pero parece bastante bueno, tiene una decoración hermosa y se nota demasiado limpio, mis respetos al dueño del establecimiento.

Cambió de hoja pues estas eran tan pequeñas que no lograba escribir todo en una sola.

Ah; aún deseo tanto tenerte conmigo, estoy seguro que te gustaría.

¡Es una cafetería magnífica y tienen unas flores que huelen demasiado bien!, sin embargo no sé de qué tipo son.

Te amo.

Siempre tuyo, MYG.

Cuando su desayuno llegó dejó su cuadernito abierto encima de la mesa para dirigirse al baño a lavar sus manos, nunca comía sin hacerlo antes, además había agarrado un bolígrafo y no se sabía cuántas bacterias existían en este mismo.
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En el momento que sus papilas gustativas hicieron primer contacto con el café y los hotcakes no pudo sentirse más enamorado, de ahora en adelante aquel lugar se volvería su favorito para los días donde sus ganas de cocinar fueran nulas.

ㅡAhora entiendo por qué hay tanta gente ㅡSonrió sólo un poco mientras terminaba su bocado ㅡTodo es tan agradable aquí ㅡInconscientemente miró hacia arriba con un brillo especial en sus ojos. ㅡRealmente quisiera creer que puedes escucharme... ㅡSuspiró y volvió a dar un sorbo a su caliente café americano sintiendo como el calor recorría todo su interior, la sensación era agradable. Aún más en días tan fríos como aquel. 

Volvió a comer esta vez en silencio hasta terminar su desayuno y pedir la cuenta, sin percatarse de que desde algún lugar una persona le dedicaba miradas discretas esperando secretamente a capturar su atención para brindarle una cálida sonrisa.

Sin embargo eso no ocurrió.

[...]

ㅡMuchas gracias ㅡHizo una pequeña reverencia a la persona de la caja antes de salir del lugar, su mañana era demasiado tranquila al igual que el día en general, a pesar del aire frío el clima era demasiado bueno a su parecer.

ㅡ¡Vamos a dar un paseo! ㅡExclamó cual niño pequeño mientras comenzaba a caminar emocionado hacia un parque cercano, el cual tenía un lago hermoso, y la belleza de este no se iba aunque estuviese congelado.

Todo iba perfecto, había comprado una paleta de caramelo para sentarse en una banca mientras observaba a las personas pasar alegres frente a él, siempre tenía en cuenta que debía disfrutar el día antes de que la noche llegara, pues cuando eso pasaba todo era diferente.

La soledad le consumía a partir de las 21:00 horas, en ese momento del día todo se hacía deprimente para él, las personas le parecían insoportables, las canciones de amor estúpidas y la ausencia de su novio le llevaba a pensar en el suicidio.

Siempre era lo mismo, vivía noches infernales en negación y al día siguiente despertaba como si nada hubiera pasado aceptando el hecho de que el otro hubiera muerto desde hace poco más de un año.
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ㅡ¿Cómo se le dice adiós a alguien que amas? ㅡPreguntó a la nada cuando llegó a casa pasadas las 8:00 pm, el silencio como respuesta le enfermaba. Pronto su cara se transformó a una de amargura total mientras se recostaba en la cama mirando el lado completamente vacío, acarició la almohada sintiendo el llanto brotar de sus ojos evidentemente cansados.

ㅡTaehyung, te extraño tanto.

Sollozó, sin saber que en otro lugar al mismo tiempo alguien estaba sonriendo con amplitud mientras recordaba su sonrisa y aquellas palabras que le habían motivado pues al fin alguien reconocía su esfuerzo por mantener el buen aspecto de su propiedad.

"Es una cafetería magnífica y tienen unas flores que huelen demasiado bien"

ㅡMYG ㅡMurmuró la otra persona aún sonriente, mantuvo la creencia sobre el amor a primera vista desde que tenía tan sólo 9 años de edad y ahora se encontraba pensando que por fin lo había encontrado en ese chico de cabello negro y piel pálida que por la mañana había visitado su cafetería por primera vez.

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