"Todo cambio al conocerlo (Parte 1)"

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  Sinceramente, ya tenía bastante con el terror de mi cabeza, pero esto alimentaba más dicho terror, el que no me pudiera mover, era peor, solo me acurruque en el árbol más cercano, mientras abrazaba mis piernas. Esperaba que en cualquier momento llegara mi padre a rescatarme, pero la espera se hizo notar y el cansancio también. No quería dormir y sentir más ese horror, pero el sueño me gano y fue inevitable entrar de nuevo en ese mundo de mal sueño.

Entre pesadillas y horrores, sentía que en la inmensa demencia de esa oscura y tétrica imaginación, donde pareciera no a ver un fin, sentía el gélido tacto de una mano, -alguien tomaba mi mano- y comenzaba a caminar por un largo sendero, mientras me a legaba de todo el caos en mi cabeza.

Fue cuando desperté, me dolía un poco la cabeza, me percaté de que no estaba en el bosque, más bien en una habitación bastante oscura, no por ser de noche o tener las cortinas cerradas, era por los tonos rojos oscuros que a acomodaba el inmueble. Al querer incorporarme en la esponjosa cama de sabanas negras, vi que mis heridas habían sido curadas y vendadas.

Me sentía asustada, pero no me limite a estar ahí esperando a ver que sucedía conmigo. Mi padre me enseño muchas cosas, entre ellas analizar cualquier situación con calma. Me levante con cuidado de no hacer ruido y me dirigí a la ventana para ver en donde me localizaba, en efecto seguía en el mismo bosque, pero al darme cuenta esto era una casa enorme, tan grande que no se veía el piso de afuera por debajo de la pared.

Cheque todo en la habitación para ver cualquier indicio de donde me encuentro, revisaba cajones y roperos. Solo vi que en el armario había muchos trajes oscuros y de un gran tamaño. En ese momento no se me hizo raro.

Al ver que no encontraría nada más en la habitación decidí salir e indagar. Al parecer la persona o personas que viven aquí les gusta mucho los colores oscuros. Ya que el pasillo era enorme, tenía una alfombra negra que lo cubría, las paredes era de madera de granadillo negro natural, pero no quitaba que era muy oscuro su color, los muebles eran del mismo color que en la habitación, ese color oscuro bastante perturbador, había cuadros pero en la penumbra no se distinguían. Todo era alumbrado con velas, me recordaba un poco a mi hogar. Me percate del olor a humedad encerrada, no me sorprendía así olía el sótano de mi casa, ya que no había luz.

Entre tantos aromas del ambiente, no te uno delicioso o mi hambrienta panza era lo que pensaba y me decía que era momento de comer y con lo que le callera era más que suficiente. Así que decidí seguir el aroma entre pasillos lúgubres, habitaciones enormes y escaleras de alfombras finas. Pero, al fin llegue al origen de tan suculento aroma; este era una cocina que al igual que todo en este lujar era enorme, pero aquí había más luz y los muebles eran de madera de nogal americana con detalles blancos, algo rustica para tan enorme casa. En el centro de la cocina estaba una gran barra con sillas para comer a su alrededor y en un lujar de esta había un plato con panqueques de chocolate con jarabe de maple y fresas silvestres, había un vaso de jugo de naranja recién exprimido. Todo estaba colocado de una manera tan ordena y bonita, que ni ganas de mover algo daban. A lado de todo esto había una nota con una caligrafía muy hermosa, que decía lo siguiente: -

 A lado de todo esto había una nota con una caligrafía muy hermosa, que decía lo siguiente: -

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Esto me asusto un poco, ya que mi duda aquí, es como sabían mi nombre. Pero el hambre era muy traicionera en ese momento y no pude evitar sentarme a comer el delicioso manjar. Tome lo que había ensuciado y lo comencé a limpiar, mi padre me enseño modales, era inevitable.

Al terminar, al fin me percate de algo que comenzaba a inquietarme, que en ningún momento note que alguien estuviera cerca o vigilante de mis acciones.

De nuevo los aromas vuelven a invocarme a seguir caminando entre tantos pasillos. Esta vez olía a leña y hollín. Sin tener nada más que hacer me encamine hacia este. Cuando llegue, aquí era una sala de estar con mucho libro y tres sillones rodeando una chimenea, que está en el centro del salón. La calidez me invito a acercarme, por sueño, pero yo no quería sucumbir al sueño provocado por dicha calidez, estaba más atraída por los libros. En mi casa era una habitación pequeña llena de libros de hierbas y conjuros que eran de mi madre, que en ese entonces mi padre no me dejaba leer.

Me acerque al estante más grande y observe con deleito, tanta información, solo con observarlos me percate que había varios con letras diferentes que nunca había visto y otros en idiomas parecidos al mío pero aun así no era lo que conocía. No pude aguantar las ganas de hojear alguno de ellos cuando tome uno y lo abrí se oscureció la habitación con un gélido viento, haciendo que cerrara el libro y abrazándolo. Me comenzó a doler la cabeza y aun así no soltaba el libro, entonces fue cuando escuche a alguien, buscaba de donde provenía la voz, pero me di cuenta que no era una voz física, era más bien una voz mental. No era mi voz mental cual me dice si está bien o mal, esta voz era masculina, ronca y bastante atemorizante.





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Caminos cruzados (CreepyLove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora