Cuentos de personas

Pensamiento tras un rompimiento

El pasar del tiempo se vuelve tormentoso al inicio, tanta agonía fue insoportable para un corazón roto que destrozo cada parte de mi tonto joven yo, eran tiempos muy oscuros aquellos donde creía que con amar con tanta devoción jamás sería dañado por un engaño por la persona amada. El temor invadió cada sector de mi interior haciéndome dudar hasta de mi misma forma de ser ¿Si el problema hubiera sido yo? Solo poniendo excusas para encubrir una mala jugada del destino propio que se me dio con la mala suerte de haber caído en el amor a una edad temprana ignorando las advertencias de la vida hasta que al final volvía a dejarme herir por no escuchar lo que trataban de evitarme. Esos momentos fue todos como una gota de lluvia que no pensaba dejar de caer así mismo era yo quien se hundía, pero nunca encontraba el golpe que lo despertará para volver a esta realidad que se aleja a cada mirada vacía o devastada que podía ser reflejada por mis ojos dolidos. Entonces un día desperté de golpe cuando al fin llego el choque con el suelo, al notar todo mi entorno todo se había vuelo un lugar sombrío con mi cuerpo hecho añicos por las heridas causadas por la tristeza, ya nada era igual para alguien tan devastado como lo era yo, en la propia primavera dejé de enamorarme por cada flor brillante que se atravesaba en mi camino con una sonrisa tan calidad que ocultaba las fechas del fuego del infierno, alejándome de los temores que causaban el amor volví a huir para ocultarme por un tiempo en la soledad que era una compañera fiel y la única que me aseguraba que no podría volver a ser herido. Renací de las cenizas de las cicatrices que dejo una mala historia de amor que tuve que vivir por el caprichoso destino que adora jugar con mis propios sentimientos, hasta que ya nada siento no había dolor ni tampoco felicidad solo algo vació que dejo una ruptura muy obvia para todos menos para mí que de tonto me había dejado cegar por la ilusión de palabras que en realidad no significaban nada viniendo de esos labios secos sin ningún grado de arrepentimiento por sus actos, solo una historia con un final desastroso.